Lenguaje extraverbal: un amigo silencioso

En un artículo anterior  hablamos de algunos gestos tan elocuentes que podían ayudarnos cuando se realizaban de manera estudiada o para conocer el pensamiento íntimo de un interlocutor. También pueden traicionar nuestros pensamientos si se realizan sin darnos cuenta. Para las personas sagaces, el llamado lenguaje extraverbal puede convertirse en un amigo silencioso.

APRETÓN DE MANOS

Tenemos el apretón de manos que aporta mucha información. El nivel de fuerza a imprimir en él debe ser firme y decidido pero lo suficientemente suave como para no resultar agresivo.

Un contacto débil donde solo se den los dedos suele manifestar poca confianza y seguridad, nerviosismo, rechazo o bien una falta de interés hacia quien lo recibe.

Demasiado fuerte puede dar la idea de una postura dominante y agresiva aunque a su vez puede hacer notar seguridad. Si se agarra el antebrazo con la otra mano se sugiere un deseo de estrechar la amistad o se pretende ejercer control sobre la otra persona.

El nerviosismo también puede manifestarse con sudor, humedad o frialdad de las manos, excepto en personas que normalmente sudan las palmas de sus manos de manera habitual por una reacción vagal padecida desde la infancia. En caso de sudar por esa zona de la mano, se recomienda secárselas en la ropa pero con disimulo, para que no se note.

En relación a la mano, cuando se ofrece hacia arriba y hacia el interlocutor suele estar indicando apertura y aceptación del otro, respeto o en algunos casos sumisión. Mas, cuando en nuestros gestos lo que contempla el otro es el dorso de la mano estamos manifestando inconscientemente inseguridad, deseo de separación, ocultación de los sentimientos o autoridad.

LOS HOMBROS Y EL PECHO HABLAN

Cuando en una conversación se dirigen los hombros hacia los lados del cuerpo, la persona puede estar indicando indiferencia, desinterés o aburrimiento.

La inclinación hacia adelante, hacia la otra persona, habitualmente sugiere interés en la persona con la que se interactúa o en lo que nos está contando.

El gesto de hinchar el pecho habitualmente es inconsciente y puede reflejar un intento de parecer de mayor envergadura, o para pretender impresionar o mostrar fuerza. También pudiera ser un gesto defensivo o agresivo. Aunque el hecho de hinchar el pecho se emplea también de manera inconsciente ante las personas que nos resultan agradables y atractivas.

LAS OREJAS Y LAS PIERNAS

Rascarse la oreja o de forma rápida la barba puede ser producto de diferentes tipos de picazón en esa zona y para ello se deben controlar las manos y evitar acercarlas a la cara. Aunque otras veces este gesto es empleado de manera inconsciente ante situaciones que deseamos abreviar pues nos cansan o aburren y queremos que terminen.

Otras posiciones, como tener las piernas abiertas y separadas cuando nos sentamos, reflejan extraversión o también arrogancia. Lo ideal es mantener una posición relajada y cómoda, ni muy abiertas ni muy separadas.

OTROS DETALLES GESTUALES

En una conversación, basta con asentir ligeramente con la cabeza para que quien habla conozca que estamos de acuerdo.

Pero otros movimientos o gestos, como fruncir el ceño o cruzarse de brazos, también pueden comunicar tanto o más que el lenguaje.

LAS MIRADAS DELATAN

Esquivar la mirada de nuestro interlocutor es por norma un síntoma de nerviosismo o utilizado inconscientemente por las personas que mienten o no son sinceras en lo que están diciendo, aunque también puede realizarse por timidez o por sentirse abrumado por el otro, por incomodidad o incluso por sentir atracción por nuestro(a) interlocutor(a).

La alternativa es intentar mantener la mirada durante un tiempo prudencial, parpadeando regularmente pero sin exceso. Por lo general es algo muy difícil de controlar.

Pero si desea aparentar que mira fijamente a los ojos de la otra persona, cuando se establezca la conversación evite mirar a los ojos y mire para una de sus orejas o a su entrecejo; la contraparte percibirá una mirada penetrante, directa, sincera y franca de su parte. Ensaye con algún familiar y notará los resultados.

En relación con pestañear, estamos informando de manera no hablada. Es una señal de información y el interlocutor puede modificar su parlamento según lo interprete. Se contesta de manera diferente si quien pregunta realiza pestañeos largos o cortos, que se diferencian por muy cortos períodos de tiempo.

Se dan respuestas más breves cuando la otra parte parpadea más lento pues se interpreta como un gesto facial de comprensión. Cuando es largo, quien conversa percibe que la otra persona ha recibido suficiente información, y por eso sus explicaciones son más cortas. Por esa razón, quien habla no siente la necesidad de esclarecer sus argumentos o de ofrecer un mensaje más elaborado, y seguirá respondiendo de manera breve.

Una conversación es una actividad conjunta donde participan tanto el emisor como el receptor con lenguaje verbal, a veces no totalmente sincero, pero también con todo tipo de acciones o gestos, casi siempre inconscientes, que ofrecen una información más verdadera.