Entre mis tropezones profesionales antes de llegar a este oficio de chismosa con carné, pasé medio curso impartiendo Historia Antigua y Medieval en una secundaria reglana. Era el año 2000, y como mi hijo no se adaptaba al círculo porque le parecía aburrido, cada tarde lo llevaba conmigo a la escuela para que se espantara la misma clase en cinco grupos de séptimo grado, cada uno con más de treinta adolescentes en pleno apogeo vespertino.
Fue entonces que descubrí mi habilidad de combinar cualquier asunto con la sexualidad de sus protagonistas para captar la atención del «público» y sobrevivir a sus constantes indisciplinas, inspiración que agradezco porque ahora me permite aventurarme en muy diversas ciencias y corrientes filosóficas para llevar el picaresco tema a cualquier escenario por todo el país.
El grupo más complicado era el séptimo tres, porque dos de sus alumnos me mantenían nerviosa todo el tiempo. Uno, muy aplicado e inocente, tenía unos ojos azulísimos me sacaban del paso (trauma de adolescencia, ya les contaré). El otro era un repitente de 15 años que estaba firmemente decidido a conquistarme como mujer, aunque yo doblara su edad y jamás hubiera alentado su fantasía.
La carga erótica de su mirada dejaba pálido al Decamerón que por entonces estudiaban, y con la electricidad que trasmitían sus “casuales” roces cuando yo circulaba para chequear tareas, podría haber mantenido en funcionamiento el ventilador del aula.
Esa fue una de las pocas veces en mi vida que no supe cómo manejar el acoso de un hombre, y ni pensar en denunciarlo porque esa impotencia me hacía sentir muy ridícula. Además, me conmovía mucho su entereza varonil, pues a pesar de su manifiesta conquista, él bajaba los ojos con respeto cuando yo amamantaba a mi bebé, en una tregua digna de admirar.
El resto del tiempo sonreía ladino y deslizaba su mirada por cada curva de mi cuerpo, revolvía su pelo para que me llegara su fresco aroma o ideaba obstáculos a mi paso para sujetarme diligente por la cintura cuando me enredara con ellos, gracias a mi conocida torpeza espacial.
Era más alto que yo, y su anacrónico uniforme apenas contenía una poderosa hombría en ciernes. Al empezar la sesión se las arreglaba para esperarme en la escalera con su meloso “Buenas tardesss, profe…”, y en cuanto lo rebasaba, colaba flores en mi pelo o acariciaba mi espalda con la libreta doblada. Era inútil protestar, porque se ponía a hablar con otro pionero de cualquier cosa con ese tono profundo y pausado que él sabía me llevaba al cielo, por mucha cara de gruñona que intentara poner.
Al terminar el curso pedí la baja del sistema de educación, volví a la agricultura y unos meses después llegué al periodismo. Como pasaba poco tiempo en Regla dejé de ver a mis estudiantes y poco a poco borré a muchos de mi memoria, incluido aquel chiquillo.
Diez años después, mi exalumno decidió visitarme. “Ya no soy un niño”, declaró desafiante, y no pude negar que al tamaño y la sensualidad se habían sumado otras cualidades. Apelé a todas mis fuerzas para negarme a tan apetecible espejismo en medio de mi desierto amoroso, pero él, previendo tal negativa, decidió confesar que en menos de 24 horas abandonaba Cuba por vías no muy formales, y su mayor nostalgia era no haber cumplido el sueño de tenerme en sus brazos al menos una vez.
unque ambas ideas me escandalizaron mucho, comprendí que con argumentos lógicos no lograría vencer su resolución de partir, así que accedí a la segunda locura para ganar tiempo e intentar disuadirlo (y también porque yo estaba deseando romper aquel hechizo, no voy a engañarlos).
«En una hora te recojo», dijo resoluto, y partió corriendo calle arriba con esa sonrisa ilusionada que regalan los hombres cuando se dan permiso para ser, además de actuar, en estos asuntos del alma y el deseo.
No se ilusionen: el chico no volvió. Estuve días, ¡meses! esperando una noticia suya. En mis pensamientos viajé de una captura a un accidente, y de una novia que acaparó su último tiempo en esta isla a un plan bien urdido para vengar mi rechazo cuando apenas era un púber anhelante…
Todavía no sé qué habrá sido de su vida. Ojalá un día googlee mi nombre, encuentre este foro y me contacte para sacarme de dudas. Pero, por favor, advierto a los pícaros que ya pensaron en tomarme el pelo: no jueguen con mi corazón de mujer y de madre, porque aún duele muy hondo el desencuentro con aquellos ojos, intensamente negros…
RAM69
29/5/19 16:05
hola soy nuevo en este sitio y lo que he visto, digo leido hasta ahora me encanta. antes leia la pagina de rebelde con sus cosas. Como todos tuve mis enamoramientos. La ultima y mas vivida en mis rcuerdos fue en el tecnologico mi profe de Geodesia, era rubia miope y muy linda. Nunca le dije nada pero siempre mis ojos iban tras ella. me quedaba a ayudarla con las cosas de la practica. Nunca mas la volvi a ver pero siempre la recuerdo. Como algo lindo
Javier Nd
17/4/19 11:33
Muy interesante este artículo de la sexóloga por su cuenta y periodista de profesión, solo una acotación si aparece ese chico ya no muy chico, cuantas cosas podrán pasar desde una nalgada hasta .....jajajaja, sería muy desconsiderado de alguien hacerse pasar por eso chico si al final no va a poder hacer lo que él hizo en su momento
ST
17/4/19 11:18
Hola amigos, que bueno estar de vuelta por acá para saludarles y de paso contarles que yo me enamoré de mi profe de química de 9no grado jajaja. El amor me duró poco pero estuve motivada incluso a entregarle mi virginidad porque estaba, como decimos ahora, muerta con aquel trigueño llenito de pelos. Me le colé un día en su casa pero el profe no cayó en mis redes. Por él suspiraba y hasta lloraba, tanto que mi mamá pensó que él me había "perjudicado" como decían en aquella época jajaja. No tengo mucho tiempo. Nos vemos. Ojalá pueda ir al Jardín Botánico el día 27.- Besitos. MUA.
Nor1
16/4/19 15:50
buenoooo! no logro evitar reflexionar sobre el articulo y apartarme un pelin del tema del mismo. casi que sobrentiendo que a fin de cuentas el "acoso" puede pasar por galanteo segun las circunstancias, la epoca y la percepcion de la persona "acosada". reafirmo que no renunciaria a piropear una desconocida en la calle con la intencion de acercarme a ella como manera de lograr conocer desconocidas. y lo otro, ah! la adolescencia! no creo haber atraido nunca la atencion de ninguna de mis profesoras de esa epoca. yo era feo, y a la luz de la experiencia de hoy dia, bastante infantil tambien. lo que si recuerdo era evidente el desorden hormonal que me tenia en todo momento alterado el paquete en aquel anacrónico uniforme. profesoras y alumnas eras constantes causantes de exitacion y aventuras imaginarias. todo en su epoca. algo normal.
sachiel
15/4/19 14:59
Decirles que yo tambien he sido profesor, y recuerdo que una clase (las he dado de varias materias diferentes, segun el año en que tocaron...)mientras explicaba algo, salió una voz simpatica dentro del alumnado que le decia por lo bajito a otra condiscipula. ¿quiene es ese muñeco...?, pero mis orejas de "tisico", la oyeron claramente; despues eso fue zas!!! y ya, recuerdo que se pareci un poco a Legna, pero con la contextura de Barbara la de Daniel DB.... Tambien he sido jefe a diferentes niveles, y con colectivos mayoritariamente femeninos en muchas ocasiones, donde pasa algo similar, que espero Milo toque en otra ocasión...
chairman
15/4/19 14:03
Pero, bueno, lo de esta mujer con los adolescentes es más de lo que imaginaba. Primero un chico de uniforme le da botella en la bicicleta y le roba un beso (coge el pico a la fuerza jajajajaja), luego esta otra historia, yo creo que algún trauma subyecente debe andar por ahí.
chairman
15/4/19 12:28
Yo tuve varias profes en la secundaria que me gustaban cantidad y a la que les dediqué montones de fantasías de adolescente vrgen y "solapiao". De ellas solo mantuve vínculo de amistad con una preciosa cubana de piel negra doce años mayor que yo (cuando me dio en 8vo. yo tenía 13 y ella 25). Un día, cuando era yo el que tenía 25 me la encontré en una esquina y nos pusimos a conversar, me confirmó que tenía 37 y había que ver a aquella negra preciosa (porque morena son las trigueñas) con su vestido sobre su nada exagerado, pero muy bien formado, cuerpecito; se paró frente a mí con sus brazos alrededor de mi cuello conversando bien cerquita mirándonos a los ojos; pero este pasmado inexperto que escribe lo que están leyendo (al menos en aquella época lo era) no aprovechó la oportunidad para "avanzar" más y cumplir su fantasía de adolescente de recibir unas clasecitas eróticas con la profe. Es una de esas oportundiades que uno solo se da cuenta de lo que perdió con el paso de los años. Ahora vivo en otra provincia, hace 3 años que no la veo y la última vez la vi recién casada y convertida al cristianismo. Sin comentarios.
Nor1
17/4/19 8:29
si, lamentable. cuando recuerdo mis casos como ese tuyo de la profe me siento contradictoriamente disgustado. por una parte se que la inexperiencia fue la causa, pero por otro duelen las oportunidades perdidas de momentos tan ansiados y que no se repetiran como el de la autora del articulo.
Elio Antonio
13/4/19 9:01
Hola :
En este momento, solo puedo llegar a decir que ha sido un excelente artículo. Milo, te agradezco lo que haces. ¡Ah! A Gorge, también debe tocarle parte de estos éxitos de Intimidades.
Saludos #DesdeGuantánamo al resto de los seguidores del sitio.
Nos vemos
(13-04-19 / 08:56 AM)
Una Dama
12/4/19 15:29
Saludos para todos, Milo deseo que el joven protagonista de la historia se comunique y esté bien. Tengo experiencias de enamorarme de profes en la Secundaria, (en plural pues miraba a discreción a mas de uno que casi de nuestra edad nos daban clases de Física o Biología, pero muy tímida nunca se los hice saber, ya en el Técnico Médio de Economía tuve una historia extraña y linda no con un Profe sino con el Médico que nos acompañó a la Escuela al Campo, con el que intercambié unos dulces besitos. (Actualmente un Cirujano Pediatrico y nos reimos recordando la historia como algo lindo de la juventud).
Cubano
12/4/19 13:33
Bueno yo tuve mi experiencia con una profe mayor , intente conquistarla y nunca cedió un día termine mis estudios , me fui y nada ,solo quedaron estas palabras dichas por ella si algún día nos volvemos a ver cuándo me saludes me saludas con un beso en la boca , pase el servicio militar y un amigo de estudios me dijo que en el IPA donde estudie mi técnico medio existían pasas de profesores y me presente y me puse a dar clases y para sorpresa mía aquel amor estaba todavía y como tengo buena memoria recordaba sus palabras y el saludo fue como nos despedimos en aquella ocasión, ella se sorprendió y ala ves se rio y hay comenzamos una relación bonita salió en estado y todo pero no tuvimos al bebe, yo ya tenía una mujer en esa época .
Holguinera
12/4/19 13:18
Hola a todos
Bonito y ocurrente tema ya que casi todos(as)hemos pasado esta etapa en nuestras vidas y el recuerdo perdura eterno.En nuestro caso(mujeres al fin)siempre se hace un tin mas dificil pues casi siempre la mayoria son Maestras(Profesoras) y la minoria el sexo masculino,aun asi recuerdo perfectamente a un profesor que tuve en Secundaria Basica del cual casi todas las muchachitas estabamos enamoradas...jajaja....se parecia mucho a Jose Luis Rodriguez el cantante(EL PUMA) de aquella epoca y nos derretiamos todas...pero hasta ahi.....el respeto de esos tiempos era otro.Mas nunca lo volvi a ver.Recuerdo era de Dibujo Tecnico y yo q nunca supe dibujar....DIBUJE....
Saludos a todos.
Legna
12/4/19 9:22
Quien no se enamoró platónicamente de algún profesor? Mi primera vez fue en la secundaria 7mo grado,jjj que clase de sacrificio caballero!! era profesor de karate Cho to Kan (no sé si se escribe así) Me apunté a las clases que eran opcionales solo para estar cerca, aquello duró poquito, jjj en la primera subidera de escaleras claudiqué jjj Luego dirigí mis anhelos hacia el profesor de dibujo básico, adoraba provocarlo, se ponía nervioso y yo estaba decidida a todo para conquistarlo, lo acosaba constantemente. Pero era un buen hombre, con sus principios bien enraizados y una tarde me pidió quedarme despues de clases, pero no en el aula, bajamos a la cancha que quedaba frente a la dirección y daba a una calle transitada, ahí sentados en un banco me habló con ternura, pausado, midiendo sus palabras, pero solo para que comprendiera que él no podía corresponder a esa ilusión que yo tenía. jjj Siempre había estado en la posición de la menor admirando al mayor, hasta hace poco que mi hija me cuenta de un amigo de ella que le dijo: ! Cómo me gusta tu mamá! jjj candela, ahora me tocó a mí sobrevivir con principios al acoso. Saludos a todos.
ZZ
12/4/19 8:07
Ahora, escondido de La Caracola que está durmiendo, confieso que en ese sentido trabajé duró durante mis estudios, todo empezó en la primaria con la PROFE Dayanis y pongo PROFE porque lo merece, que cara, que pelo, que cuerpo y que cerebro, todo un talento, una chica joven, rubia natural, super inteligente y de este lado un pequeño inseguro y muy penoso, pero fuimos convirtiendonos en amigos (Hasta hoy lo somos) y con ella empecé a intercambiar mis nacientes dudas sobre las relaciones interpersonales y así fuí perdiendo el pudor, ojo solo fuimos y somos AMIGOS, incluso ya de mayor le confesé jocosamente lo que me prndía de chico. Pués así aprendí a tratar a las mujeres mayores y en especial a las profes (Y vaya que funcionó) JAJAJAJA
Incluso luego ella misma me ayudó en una conquista en la universidad, que al igual que la de Daniel DB, era de ingles, uffffff, que buena lengua tenía ... para la pronunciación !!!!!!!!!!!!!!!!!!
Amore
11/4/19 22:43
Bueno en mi caso me encantaba un profesor que tenía en el tecnológico cuando estudiaba informática, pero nunca fue más allá de eso, aunque me hubiera encantado jaja. Más nunca lo he visto ni he sabido de él. Saludos a tod@s.
Daniel DB.
11/4/19 17:27
Es común tener entre los más acariciados recuerdos de juventud a esa profesora que "Siempre" recordaremos con la primera inspiradora de los más ardientes y candorosos deseos, fantasías e imagen preferida para nuestros primeros "trabajos manuales" jajaja Yo recuerdo a una profesora de Ingles que tuve en mi escuela secundaria: Capitán Fernando Alvares en Miraflores. Se llama Bárbara... ¡Ohhh Charito! Verdaderamente Bárbara, era trigueña tostada, achinada, media estatura, un pelo negro al igual que sus ojos, con unas pestañas largas... Vaya era un ángel, pero yo chico tímido al fin, solo la miraba y fabulaba, luego... trabajaba. Por eso quizás intuitivamente me gusta tanto el Ingles. Jajajajaja. Siempre los varones tendremos Profes que nos despertarán el deseo y perdurarán en nuestra memoria como un bonito recuerdo de nuestro sexual despertar. Saludos a todos, y que fluya el debate.
sachiel
11/4/19 17:13
Yo no. Que recuerde en la primaria sí, y en centros superiores despues, tambien, pero no emamoramiento, sino otra palabrita cubana que se las trae... ufff, esta historia se las trae, mi primer enamoramiento verdadero fue por unos ojos negros, y me derretia con "Nocturno" y "la Pequeña Compañia", cantando su popurrí...
Rodín
11/4/19 16:36
Creo que todos los muchachos (as) nos hemos enamorado de una profe en la secundaria, técnico o pre y hasta en la universidad. Se dice que mayormente son las estudiantes quienes se enamoran de sus profes pero también los muchachos lo hacen y bastante seguido. Solo con que sea una profesora joven, bonita y agradable basta para ponernos la cabeza mala...jajaja. Y ahora es mucho mas comun porque estan los maestros emergentes con casi la misma edad de sus estudiantes, al igual que los alumnos ayudantes en las universidades, sin contar las profes tembas que se mantienen muy bien con sus años, atraen y de que manera...jajaja. En fin... Muy buena la peña del martes pasado, se pasó bajo agua pero hubo buen debate acerca de "las parejas disparejas". Se extraño mucho a nuestro querido Abel, Mile te estaba esperando como cosa buena pero como no llegaste hubo un "suplente" para sus ocurrencias...jaaja. Te esperamos en la próxima, todo bien. Después para el Copelia donde nos sorprendieron - llegaron bajo agua - dos personalidades de Las Villas, perdidas ellas, la pasamos bien, bien. La próxima actividad es el Jardin Botanico Nacional el SABADO 27, los que esten interesados pueden comunicarse para ir conformando el listado ya que se esta coordinando una guagua - después se dará el recorrido - que hay que pagarla antes y reservar el Restaurante Ecologico, también pueden ir por su cuenta pero esto ultimo se reserva antes y hay que ver la capacidad/cantidad que somos. Para recogida de dinero pueden escribirme a: rodin.cabrera@idict.cu y rodincm@nauta.cu y a Marisol para el listado, ella siempre pone el suyo. Además de contactar a Mileyda por el: 77942285. Saludos a todos. Ahi estaremos...
Besos
Rodin
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