La edad de San Valentín

A menos de 24 horas de celebrarse el Día del Amor quisiera dedicar este post a una temática que, no pocas veces, se torna un gran enredo en las parejas: la diferencia de edad. Amén de las opiniones que se derivan de este asunto, una cosa está clara: no hay una ley que dicte la felicidad por años, pero sí por personas.

En ese ir y venir de la vida, de sentimientos e ilusiones, de pasiones y anhelos, más de una diferencia pueden marcar el destino de las relaciones humanas, especialmente de la pareja, que ha de enfrentar prejuicios y tabúes, costumbres y culturas diversas.

Quienes se han visto involucrados alguna vez en una historia donde los años constituyen una contradicción, ya sea de un sexo o el otro, bien saben que las cosas no son tan sencillas, pues la experiencia de vida tiene que ser superada por algo más que la atracción.

Se dice que la atracción entre personas con edades diferentes puede estar relacionada también con las necesidades psicológicas no resueltas del individuo, donde inciden la personalidad, la sabiduría y el poder que simboliza una persona con experiencia.

Aunque en general los pronósticos no son muy auspiciosos para este tipo de uniones, ya que se asumen muchas veces como relaciones transitorias, intentar y luchar por la persona amada es lo importante, pues existen experiencias de relaciones muy sólidas surgidas de esta diferencia.

Aseguran no pocos especialistas y psicoanalistas, que en esta matemática del amor es esencial la madurez emocional de ambas partes. Ello permitirá la tolerancia, la capacidad de adaptación a los cambios, y de enfrentamiento a los conflictos, entre otros recursos, más allá del deseo y el propio sentimiento.

PRIMERO DIME TU EDAD

Contradictoriamente, cuanto más joven sea la pareja, y mayor sea la diferencia de edad, más complicado puede ser el compromiso entre los dos, pues hay mayor distancia en cuanto a madurez, responsabilidad y experiencia. Viven etapas de la vida que cambian en poco tiempo.

En las parejas en las que existe gran diferencia de edad, lo más frecuente es que el mayor sea el hombre. Aunque estas relaciones se han dado en todas las épocas, y socialmente no está mal visto, para muchos continuamente se levantan sospechas sobre el interés que una mujer joven puede tener en un hombre adulto.

Se dice que generalmente, un hombre adulto busca en la fémina la frescura, la alegría y la belleza de la juventud, pues le mueve el aparente deseo de que, solo así, pueda sentir que es aún joven y que vive con intensidad.

Los expertos señalan que en estos casos es común que el varón experimente mayor autoestima y confianza en sí mismo, pero, en la mayoría de los casos, la atracción es sobre todo física, y por eso no es de extrañar que, pasado un tiempo, le parezca demasiado inmadura.

Por su parte, la mujer joven que se siente atraída por un hombre maduro, suele ser por la experiencia, la sabiduría, el estatus social o el poder que este posee, y que de alguna manera la deslumbra. Ella busca la protección y la estabilidad que un hombre adulto puede ofrecerle.

En cambio, si se trata de una pareja en la que los dos son adultos, la edad no tiene tanta importancia. Ambos son personas maduras que tienen muy claro lo que desean y esperan de una relación.

En los tiempos actuales, cada vez es más común encontrar parejas que cuentan al menos más de diez años de diferencia entre ambos. Y, si bien la tendencia, histórica por lo demás, sigue siendo mayoritaria en cuanto a hombres mayores que se unen con mujeres menores, los especialistas aseguran que existe un claro aumento de relaciones inversas, es decir, en que la mujer tiene más edad que su pareja.

De este último tipo de relaciones se sabe menos, ya que sigue siendo mal mirado a pesar del cambio en la percepción social. Lo contrario ocurre con los varones maduros, quienes hasta son valorados públicamente por estar con una dama mucho menor.

La relación en que la mujer tiene más edad se da con mayor frecuencia que antes, pero sigue siendo clandestina. Casi siempre ella no se atreve a hacerla pública porque siente vergüenza o culpa frente a los demás.

ELECCIÓN SIN MATEMÁTICAS

Con el desarrollo social y los derechos ganados por la mujer, la relación de pareja en la que ella tiene más edad que la otra persona, aunque aún no es muy común, es más aceptada por la sociedad y asumida en la vida íntima.

En estos casos ella coge las riendas de su vida y decide con quién y cuándo tendrá sus relaciones, sin que medie ningún convencionalismo social, solo sus intereses físicos, emocionales y sexuales.

Los estudios demuestran que muchas mujeres profesionales y con independencia económica, postergan su desarrollo como pareja, y tienen todo el derecho del mundo en pensar en alguien más joven, si lo desean, para establecer una relación afectiva.

Uno de los factores que media en estas relaciones con diferencias de edad e intereses, es la intimidad, donde la sexualidad tiene un rol importante. El éxito de este tipo de uniones puede estar determinado por la adaptación que se logre en las vivencias, necesidades y experiencias del otro, sin la obligación de perder sus libertades.

Si ya está seguro de que ama a la persona que está a su lado, con valores y defectos disímiles, bien valdrá la pena luchar por mantener un crecimiento cada vez mayor en la relación, en vez de empeñarse en sumar o restar años al amor.

La elección de la pareja es un acto libre, en el que intervienen las necesidades y motivaciones de cada quien, su ideal acerca de la vida, e incluso su autovaloración, de ahí que existan diversos tipos de parejas.

Como en cualquier relación de pareja, es importante diseñar un proyecto de vida en común, con objetivos y planes concebidos de manera conjunta. Aunque los años impongan una distancia, su historia es el resultado de un proceso de selección donde desempeñan su papel las personalidades de cada quién.