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viernes, 11 de octubre de 2024

Una cubana en la Gran Muralla China

La Gran Muralla China es un místico símbolo en la geografía asiática. Observarla desde lejos asombra, pero tocar y pisar su gran muro impresiona...

Cynthia Ibatao Ruiz en Exclusivo 01/09/2024
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Gran Muralla China
Son más de veinte mil kilómetros los que comprende la Gran Muralla China, Maravilla del Mundo Moderno desde el 2007, y Patrimonio de la Humanidad según la UNESCO desde 1987. (Cynthia Ibatao Ruiz / Cubahora)

Son más de veinte mil kilómetros los que comprende la Gran Muralla China, Maravilla del Mundo Moderno desde el 2007, y Patrimonio de la Humanidad según la UNESCO desde 1987. Hasta aquí diariamente llegan cientos de visitantes de disímiles nacionalidades y entre el "you can do it", "Xiǎoxīn" y el "vamos que tu puedes" (todas expresiones de aliento que te animan a seguir subiendo), reconoces acentos familiares.

Cuando me dijeron que el grupo de periodistas latinoamericanos visitaríamos la muralla china, además de la felicidad de conocer una de las 7 Maravillas del Mundo Moderno, enseguida pensé que podría recorrerla completa. Mi experiencia se basaba en las múltiples escaladas a "La Loma de la Cruz", escalinata popular en la oriental provincia de Holguín, y las peregrinaciones por el "Pico Turquino", punto más alto de la geografía cubana. El comentario levantó más de una mirada expectante, pero yo cargada de emociones esperé con ansias el viaje.

Juyongguan es la sección de la Gran Muralla más cercana a la Plaza Tiananmen y el paso de la Muralla más grande del país, hasta ahí nos llevó la guagua, falda intermedia entre muchas y muchas montañas, unidas por una larga línea que no alcancé a divisar por completo. Para descubrir luego que aunque hace mucho tiempo no se conocía la longitud exacta, hoy sabemos que son 21.196,18 km, y convencida quedé que no podría caminarla completa, una persona demoraría semanas en hacerlo. Tiempo con el que no contaba, deseos sí, y oraba porque la conplexión física me acompañara. Resignada a poder recorrer un pequeño pero significativo tramo, me dispuse a conocer de la historia de esta majestuosidad.

Todo comenzó con el legendario Qin Shi Huang, quien vivió en el siglo III a. C. considerado el primer emperador del imperio chino. De manera vivencial los encargados de orientar en las rutas, contaron que en el 221 a. C., luego de repetidas victorias  sobre conflictos que involucraron a los principales reinos del estado chino de Qin, temiendo futuros levantamientos de los territorios individuales, ordenó la unificación de las murallas defensivas del norte en el 215 a. C. Estas dos edificaciones aún no son la Gran Muralla, y aunque nunca se detuvo la construcción, pasaron 1500 años, y el período de la Dinastía Ming volvió a considerar estratégico la edificación, y comenzó el levantamiento de muros que unirían los fortines.

Conocí con alegría y orgullo el récord del Comandante en Jefe Fidel Castro, mandatario extranjero que más alto ha escalado la muralla, y los nexos de amistad y cooperación que unen a  nuestros países.

La Gran Muralla más allá de ser una fortaleza militar estratégica que protegió a varios imperios y dinastías chinas, objeto de muchos mitos y comentarios sobre su construcción y resistencia al tiempo, es un símbolo para el país. Mucho turistas llegan ansiando superar las elevvaciones, descubrir algunos misterios o comprobar teorías. Yo me disponía a apreciar la arquitectura resultado de miles de años y cifras incalculable de trabajadores. La muralla abraza a sus visitantes y transmite el espíritu cultural, emancipatorio e imponente del pueblo chino.

Periodista en China
Periodista cubana Cynthia Ibatao Ruiz en China (Cynthia Ibatao Ruiz / Cubahora)

 


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Cynthia Ibatao Ruiz

Periodista


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