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martes, 5 de noviembre de 2024

Orden de matar

Washington, como un fascista cualquiera, no cesa en promover la ruina de Siria...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 30/09/2020
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Tropas norteamericanas-Siria
Las tropas gringas no se fueron de Siria…ocuparon y explotan ilegalmente su riqueza petrolera.

Adolfo Hitler devastaba ciudades, cercaba, perseguía y mataba a poblaciones enteras, promovía el terror como “método” para quebrantar voluntades, y saqueaba a su antojo los espacios ocupados.

Y si en el párrafo anterior suplantásemos hoy el nombre del líder nazi por el de Donald Trump o alguno de sus predecesores, y tomásemos como escenario de semejantes brutalidades la prolongada agresión a Siria, notaríamos de inmediato que el único cambio sería de época.

Porque el jefe de la gran potencia capitalista no ha hecho otra cosa que intentar hacer más brutal la ilegal presencia militar gringa en suelo sirio, y vanagloriarse de un comportamiento que en nada le diferencia de los matarifes y rastacueros que en la historia norteamericana y global han practicado el genocidio, la violencia y el robo a manos llenas.

Trump vocifera en público, y en cualquier tribuna, que sus tropas, que supuestamente serían retiradas de Siria, escamotean por la fuerza buena parte de las riquezas petroleras de una nación independiente a donde nunca fueron llamadas, al tiempo que reclutan compinches internos y persisten en crear dúctiles fuerzas militares paralelas a las legítimas de aquel Estado mesoriental.

Así, los medios de prensa indicaron, hace apenas unos días, que caravanas de camiones cisterna fuertemente custodiadas por militares gringos y rebosantes del crudo hurtado a Siria pasaron la frontera hacia bases estadounidenses en Iraq para su comercialización ilegal.

El convoy, con unos 35 vehículos de carga, procedía de la región de Al Yazhira, donde en compadrazgo con las tituladas Fuerzas Democráticas Sirias, milicia kurdo-árabe patrocinada por la Casa Blanca, se ha llegado incluso a firmar contratos de explotación ilegal de crudo con empresas yanquis como la Delta Crescent Energy.

De hecho, ya Trump ha dicho más de una vez que sus tropas estarán permanentemente donde exista petróleo en Siria, a lo que Damasco ha respondido que “en cuanto se produzca la liberación de la provincia noroccidental de Idlib —considerada el último bastión de los terroristas en el país— el Ejército nacional acabará con la ocupación militar estadounidense”.

Por su parte, entidades especializadas en el conflicto divulgaron que la agresión terrorista contra Siria liderada por Washington, y que involucra a sus socios otanistas, Tel Aviv, las satrapías árabes y extremistas islámicos, ha costado a ese país y a su pueblo no menos de 442 mil millones de dólares en pérdidas materiales y económicas.

Un informe en ese sentido elaborado por la Comisión Económica y Social de las Naciones Unidas para Asia Occidental, CESPAO, y el Centro de Estudios Sirios de la Universidad de St. Andrews, en Escocia, asevera que la infraestructura productiva siria y los niveles y calidad de vida de su pueblo resultan de las grandes víctimas de los agresivos empeños extranjeros por demoler a aquella nación.

El folder subraya el sufrimiento “de una población entre la que se registran 5,6 millones de refugiados y 6,4 millones de desplazados internos; 6,5 millones que padecían de inseguridad alimentaria; y 11,7 millones que todavía necesitan al menos una forma elemental de asistencia humanitaria”.

Añade que casi 3 millones de niños sirios se han visto privados de los servicios educativos por causa de la agresión, y que hoy existe una millonaria cifra de pequeños que no han conocido más que la guerra en su corta infancia.

Y si usted, lector, es de quienes se inclina por intentar comparar y evaluar responsablemente para luego otorgar calificativos objetivos, favor de dirigirse a los muchos textos que hablan de la barbarie nazi en las naciones agredidas y ocupadas durante la Segunda Guerra Mundial, y cotéjelos con las informaciones serias y equilibradas que desde hace casi una década llegan en torno al conflicto bélico en Siria, impuesto por el congénito hegemonismo Made in USA que hoy toca agitar a un obcecado y maniático Donald Trump.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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