Esta ciudad acoge nuevamente a la familia deportiva mundial, ahora con los cerca de 4 mil participantes en los XVI Juegos Paralímpicos.
Tras la clausura de la cita olímpica regresan las emociones a esta capital en las mismas instalaciones, con los mismos voluntarios e idéntica vocación hospitalaria. Tokio pasará a la historia como la primera ciudad en organizar dos veces la cita, tras la experiencia de 1964.
Recibirá a miles de atletas con discapacidad física, visual e intelectual, o con parálisis cerebral, provenientes de 160 países. El 40,5 % serán mujeres, expresión del compromiso con alcanzar la mayor paridad de género en el devenir de estas citas. Por primera vez, además, seis deportistas conformarán el equipo de refugiados del Comité Paralímpico Internacional (IPC, por sus siglas en inglés).
Durante 12 jornadas se disputarán 539 eventos (272 masculinos, 227 femeninos y 40 mixtos) en los 22 deportes que forman parte del programa de competencia. Solo boccia y golbol no tienen contraparte olímpica. Esta vez no se competirá en vela ni fútbol siete.
La cita, con par de deportes nuevos, bádminton y taekwondo, contará con 21 sedes repartidas fundamentalmente en dos áreas de la urbe: la de Heritage, con algunas de las instalaciones usadas en 1964, y la de la bahía, con un vanguardista diseño urbano.
Fuera de ahí vivirán acciones el ciclismo de carretera (Circuito Internacional de Fuji) y pista (Velódromo de Izu), así como el tiro (campo de Asaka).
La mascota de la justa, Someity, se basa en un dibujo animado rosa inspirado en la flor de cerezo, uno de los elementos más arraigados de la cultura tradicional japonesa. Cuenta con superpoderes y su nombre mezcla el término nipón someiyoshino (variedad de flor) con la expresión inglesa so mighty (tan poderoso).
Ella acompañará al símbolo paralímpico de los tres agitos, consistente en elementos de color rojo, azul y verde, los más representados en las banderas nacionales.
Los tres agitos (en latín significa me muevo) rodean un punto central y simbolizan el papel de coordinación del IPC, trayendo atletas de todos los rincones del mundo para competir.
El emblema paralímpico de Tokio 2020 tiene forma de laurel en un patrón ajedrezado de color índigo. Su diseño pretende expresar “una refinada elegancia y sofisticación que ejemplifica Japón”.
Las ceremonias de inauguración y clausura, previstas para el 24 de agosto y el 5 de septiembre, respectivamente, acontecerán en el moderno estadio olímpico que también acogerá el paratletismo.
La antorcha paralímpica está diseñada para representar la forma de una llama. Las cinco flamas generadas desde el pétalo se unen en el centro y generan un brillo mayor.
Desde el 12 de agosto recorre camino hacia la capital nipona, donde encenderá el pebetero tras visitar las 47 prefecturas del archipiélago.
Los organizadores reiteran que “el formato del evento está en consideración al estado actual de las infecciones por covid-19”. Además afirman que serán unos Juegos seguros, tras el éxito sanitario de los olímpicos. El presidente del IPC, Andrew Parsons, coincide plenamente con ello.
“Tokio y Japón le han demostrado al mundo que un importante evento deportivo mundial se puede realizar de forma segura, dando un impulso moral muy necesario”, subrayó Parsons.
“Si bien es alentador que los Juegos Olímpicos se hayan celebrado de forma segura y satisfactoria, los asistentes a los Juegos Paralímpicos no deben volverse confiados. No podemos ignorar los números de casos actuales en Japón y Tokio, e insto a todas las partes interesadas a que estén atentos y sigan todas las medidas descritas”, agregó.
“Al hacer esto, ofreceremos unos Juegos Paralímpicos seguros para todas las partes interesadas, así como para los japoneses”, añadió finalmente.
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