Este lunes 5 de diciembre falleció en el Hospital Clínico Quirúrgico Hermanos Ameijeiras de La Habana, a la edad de 75 años, el laureado y prestigioso entrenador cubano Ronaldo Veitía Valdivié.
La historia del deporte cubano tiene en Ronaldo Veitía a uno de sus principales símbolos y referentes. Un trabajador incansable que, a base de sacrificio, entrega, y sobre todo mucha disciplina, perseverancia y exigencia situó al judo femenino cubano en el mapa mundial de este deporte.
Resumir en pocas líneas su brillante trayectoria deportiva resulta una tarea sumamente ambiciosa. De él hablan los innumerables triunfos de sus discípulas, quienes ostentan absolutamente todos los títulos de la Federación Internacional; esas que conquistaron la gloria y encumbraron a nuestra nación.
Sumando campeonatos mundiales y Juegos Olímpicos, en sus más de tres décadas al frente de la selección nacional, sus alumnas se colgaron más de 80 medallas, muchas de ellas de oro.
También ganaron la corona por países en Sídney 2000, los títulos por equipo en los mundiales de Japón 1995 y Egipto 2005, y todos los títulos en los Panamericanos de Mar del Plata 1995, aunque fueron muchos más los logros y conquistas de un hombre de talla universal, quien con mucha sapiencia, tesón y constancia supo forjar y moldear el talento de cada una de sus discípulas.
Pero el profe Veitía, como también le conocían, fue mucho más que un laureado y prestigioso entrenador. Fue, ante todo, un educador dentro y fuera de los tatamis, un padre para las cientos de judocas que dirigió y formó. Un hombre que dedicó su vida entera a este arte marcial.
Alegrías, premios y reconocimientos marcaron su largo andar por los tatamis, y también angustias, decepciones y dificultades, tanto en Cuba como en el extranjero; obstáculos que bien supo sortear y vencer.
Junto a sus pupilas escribió una de las páginas más hermosas del movimiento deportivo cubano, y tras su retiro, siguió invirtiendo su tiempo en enseñar a niñas y niños. Y es que Veitía fue de esos apasionados eternos que merecen toda la admiración.
Por eso el Octavo Dan cubano encarna el calificativo de imprescindible, por eso fue reconocido como Héroe del Trabajo de la República de Cuba y condecorado con la Orden al Mérito Deportivo, por eso tiene su merecido lugar en el selecto club de personalidades que integran el salón de la fama internacional.
Llamémosle leyenda o simplemente Ronaldo Veitía, lo cierto es que su vasta obra, su abnegación y su entera pasión no podrán ser obviados jamás.
Considerado un verdadero símbolo de este arte marcial en todo el orbe, Ronaldo Veitia Valdivié tiene reservado un lugar de honor en la historia del deporte cubano y también mundial.
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