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domingo, 24 de noviembre de 2024

Bombones cubanos entre cañaverales (+Fotos) (+Video)

Una fábrica de bombones finos artesanales no solo evitó la adquisición de materias primas foráneas por casi 200 000 dólares en 2011, sino que revoluciona el mercado...

Joel Mayor Lorán en Exclusivo 04/08/2012
2 comentarios
Bombones 3
Fábrica de chocolate José Martí, sustituye importaciones al país. (Otoniel Márquez Beltrán / Cubahora)

Una fábrica de bombones finos artesanales —ubicada donde el antaño central José Martí, en San Cristóbal, provincia Artemisa—, no solo evitó la adquisición de materias primas foráneas por casi 200 000 dólares en 2011, sino que revoluciona el mercado con sabores autóctonos, al rellenar sus golosinas con frutas tropicales, café cubano o licores como Guayabita del Pinar y ron Havana Club.

Rellenos con licor de Guayabita del Pinar, con pequeñas piezas de café Turquino, mango, miel, cítricos o con nuestro ron Havana Club, tenían que ser un éxito estos bombones. Parece insólito que la fábrica esté situada entre cañaverales, pero qué estrategia mejor sino impregnarles un sello distintivo para competir con las ya establecidas marcas que comercializan tales golosinas en el mundo entero.

Desde una de las instalaciones del antaño central José Martí, en San Cristóbal —ahora provincia Artemisa—, nace una tentación para el paladar, una gama de golosinas capaz de complacer al más riguroso de los clientes, como confirman los alemanes Dervis y Rida Arslan, a quienes encontramos en el hotel Habana Libre.

CON SABOR CUBANO

En lugar de comprarle a Arcor, de adquirir los de Nestlé, Lindt, Ferrero Rocher o los Mon Cherry, Cuba puede abastecer sus tiendas y mercados con bombones propios, incluso de sabor autóctono. Víctor Alfredo Perera, jefe de la Unidad Productiva, asegura que el elaborado con Guayabita del Pinar no solo goza de notable aceptación, sino que les resulta muy económico. “Sin embargo, ese lo comercializamos únicamente en el Habana Libre, como un distintivo de la instalación”.

Al inicio, más del 50 por ciento de la materia prima que empleaban era importada. Entonces, decidieron buscar líneas con materia prima nacional y dar rienda suelta a la imaginación. ¿Por qué atarse a la almendra y la avellana, por más probados que estuvieran tales sabores, si con mínimas cantidades de frutos o licores tropicales podían confeccionarlos igual de deliciosos? La vida les da la razón.

En 2011 han evitado compras en el exterior equivalentes a 183 840 CUC, gracias a las 19,2 toneladas de sus productos que han colocado en el mercado en divisas. Y no se trata de una oferta cualquiera sino de bombonería fina artesanal.

Les ha tomado años conseguir el prestigio con que cuentan, pero ellos no miran hacia atrás sino que sueñan en grande, y convierten en realidad cada anhelo. Ahora se empeñan en crear un bombón identificado con los famosos tabacos cubanos.

De la misma manera, experimentan a fin de hallar la fórmula precisa para un bombón afrodisíaco a base de jengibre. La competencia con la marca La Aurora, de la Fábrica Internacional de Chocolatería, los hace ser cada vez más ambiciosos y buscar la calidad, idear constantemente nuevos surtidos, sabrosos y económicos, y ganar en volúmenes de producción que les distingan del resto.

DE PIONERA A REFERENTE

La de San Cristóbal fue la primera de diez fábricas proyectadas en el país tras el cierre de los centrales azucareros, y pionera en producir bombonería fina artesanal. Sus referentes eran casi nulos y hubieron de aprender en el bregar cotidiano.

Hace seis años un reducido grupo de trabajadores se echó al hombro la misión de desarrollar esta pequeña industria, creada apenas para dar empleo a los obreros del antiguo central José Martí. “El bombonero no se hace en un año ni en dos; se forja con la experiencia diaria, chocando con el producto, innovando y aprendiendo de los errores”, explica Perera.

Tras un curso de capacitación en la Escuela Internacional de Chocolatería, comenzaron a dar los primeros pasos, aunque con no pocos tropiezos. Fueron irrentables durante los primeros dos años. Apenas produjeron una tonelada en el primero. En cambio, trazaron un plan para 2012 un 26 por ciento superior al del año precedente: prevén llegar a 69.5 toneladas, a razón de 600 kilogramos por día. Incluso han insertado sus golosinas en la Zona de Desarrollo de Mariel, un posible mercado de gran importancia para esta industria.

Aunque desde hace unos meses no se encargan directamente de la comercialización, insisten en extenderse: mediante más de 400 contratos, llegan a hoteles, cadenas de tiendas y empresas del Occidente cubano.

Jorge Mesa, preparador de la mezcla, comenta que trabajan sin descanso en dos turnos, de manera que puedan producir más. “Hemos logrado traducir la experiencia en resultados. Cada año nos imponemos metas más altas.”

María Elena Guerra y Niurka Hernández, ambas fundadoras, quedaron atrapadas por el arte de fundir el chocolate, de decorarlo e imprimirle un sello singular. Comentan sobre su participación en forum, exposiciones y eventos científicos, sobre la búsqueda continua de elevar la calidad. Hasta revelan que el principal artífice de los bombones más codiciados… es su jefe. Perera, cual celoso chef, mantiene en secreto las fórmulas de estas delicias, y ni siquiera a ellas las revela.

En la actualidad producen 58 surtidos de bombones, 11 con un sabor único. La mayoría, bajo la marca Guamá, nombre de la Unidad Empresarial de Base a la que pertenecen, va a parar al mercado en divisas. También concibieron una línea de tabletas de chocolate para el comercio en moneda nacional.

Este año disponen de un abastecimiento superior de cacao procedente de la región de Baracoa (considerado uno de los mejores del mundo), e igual tienen garantías para el relleno, ya totalmente contratado con diversos abastecedores.

Sus armas fundamentales para existir en este pequeño rincón de la geografía artemiseña, al decir de Perera, radican en la estabilidad de la fuerza de trabajo, eficiencia económica, rentabilidad y, sobre todo, mucha voluntad y amor al trabajo.

Dicen los expertos que, al introducir Havana Club o Guayabita del Pinar a estos bombones, el particular aroma “estalla”, tras fundirse la capa exterior con el calor del paladar. Después de todo, algo de hechizo ha de haber en estas pequeñas piezas que desprenden un olor cautivante desde el centro mismo de un cañaveral.


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Joel Mayor Lorán

Se han publicado 2 comentarios


ELVIS
 16/1/21 21:24

NO LOS CONOZCO PERO ME GUSTARÍA. SIEMPRE HE SIDO DEL CONCEPTO DE LO MÍO PRIMERO Y SOY UN FERVIENTE DEGUSTADOR DEL CHOCOLATE CUBANO(QUE ES MI FAVORITO) POR EL CUAL ME SIENTO PRIVILEGIADO. YO CONSIDERO MI TIERRA UN COFRE EN CUAL EXISTEN

 GUARDADOS IMNUMERABLES TESOROS

Antonio
 26/10/17 19:14

Quisiera conocer mas lo que es un forum y si puedo Suscribirme. Gracias

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