Los centros de trabajo casi siempre se vinculan con el estrés, pues el personal en general se siente sometido a una gran presión en relación con la disciplina, el cumplimiento de los planes de trabajo, toma de decisiones, supervisiones, evaluaciones , auditorías, superación, innovaciones, adopción de decisiones de determinada envergadura, relaciones personales, cambios, etc.
Por eso, el estrés, sobre todo el crónico o mantenido, debe evitarse en la vida laboral, pues fomenta trabajadores irritables, con afectación de la productividad, la concentración y las relaciones interpersonales.
Además, este tipo de estrés afecta al sistema inmunológico, lo debilita y facilita la aparición de diferentes enfermedades, con el subsiguiente aumento de los certificados médicos por enfermedad.
El trabajador permanentemente estresado no es feliz, sufre disminución de su autoestima y aparentemente se siente impotente para cambiar el estado de cosas motivo de sus preocupaciones. Su enojo mantenido indudablemente repercute en la buena marcha de su trabajo.
LA INVESTIGACIÓN
Ahora se ha confirmado en las mujeres trabajadoras de no elevada jerarquía y afectadas por el estrés en sus puestos de labor que tienen el doble de posibilidades de desarrollar diabetes mellitus cuando se comparan con aquellas libres de presiones.
El estudio fue publicado por el Instituto de Investigación sobre Trabajo y Salud y el Instituto de Ciencias Clínicas Evaluativos de Canadá y publicado el pasado mes en la revista Journal of Occupational Medicine.
La investigación se realizó durante nueve años en más de 7 mil personas y la proporción de casos diagnosticados de diabetes en las mujeres en esta etapa fue de 19%.
Como explicación, se plantea que el estrés de estas trabajadoras se vincula con una frecuente reacción conducente a ingerir con más frecuencia alimentos dulces y grasientos. Por supuesto, con un aumento de peso favorecedor de la diabetes.
Por otra parte, esta enfermedad también pudiera guardar relación con el sistema endocrino y autoinmne de las estresadas, al producirse en ellas una mayor cantidad de hormonas como el cortisol y la adrenalina de mostrada influencia diabetógena.
No se comprobó la misma relación entre los hombres, pues ellos reaccionan de manera distinta ante el estrés, tanto en el plano hormonal como en el de los alimentos ingeridos.
DE LOS DEMÁS
Hay muchas maneras de disolver el estrés y una de ellas es ser realista y no aspirar a la perfección propia, ni a la ajena.
Aspirar a la excelencia de los demás es un acto inútil y aumenta los niveles de estrés.
Después de un buen análisis personal del entorno laboral, cada cual debe estar preparado para esperar solo lo que los demás son capaces de dar.
DE NOSOTROS MISMOS
Pero eso sí: en el día a día debemos conquistar el respeto ajeno y afrontar las diarias tareas con una intachable e incluso admirada conducta laboral.
Por otra parte, debemos regalarnos buenas dosis de entusiasmo realista. Será una valiosa ayuda para salir adelante en situaciones difíciles.
Todos podemos aprender a pensar con más sereno optimismo, mayor objetividad y disfrutar a plenitud de sus beneficios.
CUERPO Y MENTE
También resulta primordial cuidar cuerpo y mente, pues son las herramientas empleadas para solucionar el estrés laboral o de otra índole. Por lo tanto, se deben atender con esmero estas útiles armas.
Manteniendo también una alimentación y un peso adecuado, una sana actividad física sistemática, y eliminando de raíz hábitos tóxicos autodestructivos como pueden ser el tabaquismo o el alcoholismo, mantendremos la salud física y psíquica.
Con ambas en óptimo estado estamos garantizando muchísimos años de vida laboral útil como trabajadores o como directivos, libres por siempre del estrés laboral.
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