La obesidad no es algo estático en el organismo humano, pues tiene determinadas acciones en prácticamente cada zona del cuerpo, y no precisamente de forma positiva.
Desde hace tiempo es conocido cómo existe una asociación entre la obesidad y el riesgo de padecer de cáncer. Dado el aumento progresivo del número de personas obesas en el mundo, según algunos estudios la obesidad próximamente superará a la adicción al tabaquismo como la principal causa de las muertes por cáncer.
En la actualidad, a la obesidad se le identifica como uno de los factores de riesgo importantes de los tumores malignos; ya se han vinculado con ella 16 tipos diferentes de cáncer.
Lo que aun no quedaba claro es por cuáles mecanismo la obesidad podría infuir en el desarrollo de tumores malignos. Nuevas investigaciones aportan datos en este sentido.
LAS EVIDENCIAS
Según un estudio de revisión realizado en el Instituto Oncológico Huntsman, en Salt Lake City y publicado en la revista Cancer Prevention Research, existen cada vez mayores evidencias donde se señala a la inflamación como el vínculo común entre obesidad y cáncer.
Las personas obesas aumentan la inflamación en sus cuerpos y por ahí comienzan a desencadenarse los problemas.
La obesidad también pudiera modificar el metabolismo de las células cancerosas al disminuir las defensas naturales del sistema inmunitario de las personas con excesivo peso corporal. Este mecanismo pudiera estimular el crecimiento de los tumores y su subsiguiente diseminación.
En varias investigaciones ha sido planteado cómo por diversas vías, determinados tipos de células grasa fueron capaces de invadir las lesiones cancerosas y ayudar a fomentar el crecimiento de estos tumores. Según los datos obtenidos, las personas obesas con cáncer de próstata o de mama parecían tener más de esas células en relación a las personas más delgadas.
“COVERSACIÓN CRUZADA” CELULAR
La directa relación entre la excesiva acumulación de grasa y el cáncer también implica aquello conocido como “conversación cruzada” celular, según se reporta en numerosos estudios desde mediados del pasado siglo. Consiste en cambios en la compleja señalización química en el interior de las células. Una “conversación cruzada” celular entre la grasa y los tumores malignos podría estimular el crecimiento tumoral.
Hallar formas de interrumpir esa “conversación cruzada” podría conducir a nuevas maneras de prevenir el cáncer.
OTROS MECANISMOS CANCERÍGENOS EN LA OBESIDAD
Se conoce cómo algunos tipos de células grasas también son metabólicamente más activas. Por este mecanismo se liberan máyores cantidades de determinadas sustancias capaces de estimular el crecimiento tumoral.
Por otra parte, cada uno de los diferentes tipos de grasa tiene una conducta distinta, según la cantidad y localización en el cuerpo. En esta revisión se encontró cómo el tejido graso blanco se vincula con la inflamación y unos peores resultados en las mujeres con cáncer de mama.
La localización de la grasa también influye en la forma cómo se afecta a determinados tipos de cáncer. El tejido graso por lo general está al lado de los cánceres de colon y del recto y forma parte del ambiente directo de los tumores de mama.
PERSPECTIVAS FUTURAS
Para colaborar en la prevención de las enfermedades malignas vinculadas a la obesidad, se necesita lo antes posible identificar con gran exactitud los mecanismos específicos capaces de relacionar a la obesidad con el cáncer, con el fin de identificar las estrategias y los objetivos capaces de reducir el sufrimiento de las enfermedades malignas relacionadas con la obesidad.
Se necesitan nuevas investigaciones dónde se pueda conocer cómo sería posible interrumpir los mecanismos estimuladores del crecimiento tumoral debido a la grasa cercana.
Pero, mientras la ciencia avanza, no es para nada prudente sentarse a esperar. Es esencial para la prevención de los cánceres favorecidos por la obesidad mantener y/o alcanzar un peso adecuado a través de los ejercicios y una nutrición saludables con sanos alimentos y la eliminación de las comidas chatarra llenas de grasas saturadas y trans y alimentos refinados.
Lic. Marcel
23/10/17 12:04
De ahí que sea importantísimo disminuir el consumo de alimentos que puedan convertirse en grasas en nuetsro organismo. Estos son: Panes integrales o no, azúcar, refrescos, pizzas, cualquier alimento hecho con harina debe ser evitado. La alimentación saludable debe priorizar, vegetales, frutas, proteínas y grasas animales y vegetales.
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