La obesidad provoca gastos y no aporta beneficios. Por su causa se invierte entre el uno y el tres por ciento del costo total en salud en la inmensa mayoría de todos lo países del mundo. Solo en los Estado Unidos el desembolso es de entre un cinco y un 10 por ciento.
Y los gravámenes se elevarán rápidamente en los años venideros, pues las enfermedades asociadas con la obesidad están apareciendo con más frecuencia entre la población afectada, según un reporte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), radicada en París.
COSTOS Y ALGO MÁS
El gasto en salud derivado de las complicaciones presentes en los obesos se calcula aumente de forma evidente, y estas personas probablemente abandonarán la existencia terrenal en edades más tempranas en relación con quienes tienen un peso normal.
La obesidad se diagnostica cuando una persona tiene un índice de masa corporal (IMC) de 30 o más. Entre 25 y 29,9 se encuentran quienes poseen sobrepeso corporal. Los de peso normal se encuentran en la franja entre 18.5 y 24.9.
Esta cifra se obtiene de dividir el peso corporal en kilogramos entre la talla en metros elevada al cuadrado. Nuestra recomendación es obtener la suya tan pronto pueda.
En muchos países desarrollados cada vez aparecen más personas con sobrepeso u obesidad, condenadas casi todos ellas a sufrir problemas físicos y síquicos y a aumentar la presión sobre los sistemas de salud de sus respectivas naciones.
Sin embargo, la tasa de obesidad es tan solo de un 4 por ciento en Japón y Corea, mientras en los Estados Unidos y México es de más de un 30 por ciento, lo que señala la dependencia del fenómeno de los estilos de vida predominantes en cada nación.
En Canadá, Irlanda y Estados Unidos la tasa aumentó entre 4 y 5 por ciento.
De los 34 países pertenecientes a la OCDE, en más de la mitad por lo menos una de cada dos personas tiene sobrepeso u obesidad en los momentos actuales y la cifra sigue en ascenso.
CIFRAS Y HECHOS
Más aun: algunos países enfrentarán una dura realidad en la próxima década, pues dos de cada tres de sus ciudadanos serán obesos.
En una investigación realizada el pasado año se encontró el 10 por ciento de todos los adultos en el globo terráqueo, 500 millones de personas, eran obesos. Además, la epidemia se extiende velozmente desde los países ricos a los pobres.
Se estima en medios competentes que por cada 15 kilogramos de peso extra el riesgo de fallecimiento temprano aumenta alrededor de un 30 por ciento.
Y los grandes obesos, la llamada obesidad mórbida, perecen de 8 a 10 años antes de aquellos con peso normal.
BUENAS NOTICIAS
No todo son malas noticias, pues, según este informe de la OCDE, una actualización de su estudio del año 2010 muestra que en 10 países se desaceleró la tasa de obesidad.
Además, dejó de crecer en Inglaterra, Hungría, Italia, Corea y Suiza, y apenas de 2 a 3 por ciento en Francia y España.
Debido a los esfuerzos cada vez mayores de los gobiernos por desterrar el problema de raíz, la tasa de obesidad infantil se estabilizó en Inglaterra, Francia, Corea y Estados Unidos.
Algunas naciones, como Dinamarca, Finlandia, Francia y Hungría, aprobaron en 2011 leyes con impuestos más altos para alimentos con alto contenido de grasa o azúcar.
Resumiendo: la obesidad, enemiga mortal, debe ser combatida, prevenida y desterrada de la faz del planeta, con el esfuerzo mancomunado de todas las naciones y de todos sus ciudadanos.
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