Se han hecho diferentes consideraciones tratando de explicar los años de diferencia actual respecto a la esperanza de vida entre los hombres y las mujeres, margen favorable al mal llamado sexo débil.
Si se establecieran precisiones en relación a si esto es debido a los llamados factores controlables como el tabaquismo y el alcohol, se pudiera trabajar con el fin de aumentar los años de vida de los hombres y mantener e incluso aumentar el de las mujeres.
El tema no es superficial pues se vincula con la prestación de los servicios médicos, las pensiones y por supuesto, el factor humano.
HAY OTRAS RAZONES
Las adicciones mencionadas, aunque importantes, no constituyen la totalidad de los factores donde se encuentran las diferencias entre los sexos.
También existen diferencias psicosociales relacionadas con los diferentes papeles de las mujeres en la sociedad.
Ellas mantienen diferentes estilos de vida como son elementos de riesgo en las faenas laborales donde fallecen más hombres que mujeres debido a la mayor exposición a factores de riesgo en determinados trabajos o accidentes de tránsito, afectando así las estadísticas en relación a la esperanza de vida entre ambos sexos.
LOS FACTORES MODIFICABLES
El tabaquismo es la razón modificable principal. Hay más hombres fumadores y por eso viven menos a razón de 75 años contra 83 las mujeres según resultados en toda Europa.
Las complicaciones derivadas del tabaquismo como el cáncer del pulmón, las enfermedades cardiovasculares y otras afecciones respiratorias establecen una diferencia entre géneros de un 60 por ciento en relación a las tasas de mortalidad.
Las enfermedades derivadas del alcoholismo como las del hígado o el cáncer de garganta o esófago representan el 20 por ciento de esta diferencia.
LAMENTABLEMENTE LAS DIFERENCIAS SE ESTÁN ACORTANDO
Según una investigación del Consejo de Investigación Médica de Glasgow en Escocia y publicada en la revista Tobacco Control, de la prestigiosa British Medical Journal y en base al análisis de datos sobre tasas de mortalidad de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los cambios en 30 países, y no para bien, en los hábitos de consumo de tabaco y alcohol en las mujeres de toda Europa indican que esas diferencias en la esperanza de vida tenderán a reducirse en las próximas décadas.
En España, como promedio los hombres viven seis años menos en relación a las mujeres en la actualidad debido al tabaquismo.
Sin embargo, las fumadoras han aumentado del 23 al 27,2 por ciento en los últimos 15 años en relación al descenso de fumadores masculinos. En ellos las cifras disminuyeron en ese mismo período de tiempo del 55 al 42,1 por ciento.
LAS DIFERENCIAS
Si en esta carrera por ganar años de vida las diferencias se acortan por aumento en la exposición de las mujeres a factores de riesgo modificables como es la adicción al tabaquismo o al alcohol, en los años venideros se reducirá desfavorablemente en ellas la diferencia en la expectativa de vida entre hombres y mujeres.
Lo ideal sería todo a la inversa. Tanto hombres como mujeres en cualquier país del mundo deben evitar a cualquier precio los malos estilos de vida modificables. Y así ambos géneros pudieran igualarse, para bien, en muchos años de vida, tal vez más de cien de una existencia terrenal útil y saludable.
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