Cubanísimas redes sociales

Ojalá no hubiera dejado pasar la oportunidad de haber anotado nombre y cómo localizar aquel hombre que hablaba de cómo las organizaciones en cuya fundación participó su familia, fueron el modelo anticipado de las redes sociales en Internet.

Desprevenido como no se debe estar, no presté atención a sus argumentaciones y sólo recuerdo que entre sus palabras estaban las referidas a que los cubanos se anticiparon a hacer sus Facebook en cada cuadra.

Casi 20 años después de mal escuchar a esa persona, el escenario actual de la vida se ha extendido, o quizás fuera mejor decir que se han integrado la realidad virtual y esta otra donde el individuo se desenvuelve físicamente y de manera real, no artificial.

La inspiración de los Foros de estos últimos viernes hasta el de hoy fue la idea captada hace un par de décadas de que toda la población cubana está organizada en plataformas según sus características y objetivos comunes, segmentados de acuerdo con peculiaridades y también acogidos en una donde están todos.

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En tal contexto existe un singular cimiento sobre el cual erigir la comunicación social para viabilizar como en ningún otro lugar del planeta las relaciones individuales entre personas, entre cada una de ellas con otros grupos, entre agrupaciones y de estas con toda la sociedad.

Está demostrado que el rumbo correcto no es el de sobrevalorar un escenario ni poner a competir uno con otro en materia de comunicación, sino compartir la vida misma entre las redes sociales de Internet con las existentes en calles, barriadas, comunidades y ciudades.

Puede que no tengamos todavía youtubers con millones de seguidores que alcanzan colosales cifras de likes, ni que los tuiteros no cuenten en la ahora X con las elevadas cantidades de seguidores que exhiben los de otros países.

También puede que las desventajas reales y provocadas por fuerzas externas no permitan siquiera acercarse desde Cuba a los volúmenes que respaldan a los influencers en su afán por destacarse y ser o sentirse importantes para obtener dividendos, mucho más allá de la vocación por el servicio público.

Sin ánimo de discutir si los líderes de opinión criollos en conjunto son más eficientes y eficasez que los llamados influencers, el objetivo es sostener el criterio de que lejos de tal debate, lo positivo resulta analizar cuánto más puede hacerse en favor de la influencia de los nuestros.

Los medios tradicionales y modernos están en el camino de aumentar la interactividad con sus receptores, pero existen organizaciones de masas y sociales cuya membresía con sus líderes al frente, lo logran facilidad porque adecúan los mensajes según reacciones y características del interlocutor.

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Si tomamos en cuenta el papel que se le asigna con toda justeza a la comunicación social, por derecho propio, redes sociales como las de los cedederistas, federadas y anapistas revitalizarían su funcionamiento si a través de sus estructuras se transmitiera información útil para la vida cotidiana.

Esas y otras organizaciones tienen una magnifica arquitectura por la cual pueden fluir datos que quizás ni siquiera se introduzcan en las plataformas de Internet, pero en las criollas pueden darse informaciones hasta para una persona y escuchar su reclamo.

Evitamos comparaciones entre influencers y líderes de opinión en los barrios, pero esto es categórico: según los comunicadores, tanto espontáneos como dentro del funcionamiento de una organización, usen y se integren a las plataformas de redes sociales en Internet, más fortaleceremos el pìlar de la comunicación social.

Al debate y búsqueda de actualización de acciones para las organizaciones de masas y sociales, este asunto de la comunicación requiere ser tema permanente en el ámbito cubano.