viernes, 26 de abril de 2024

El ¿arte? de ganar sin tener razón

Hay personajillos para quienes el criterio de la verdad lo define si ganan...

Félix Arturo Chang León
en Exclusivo 12/05/2023
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Todo vale
No les importa si a pleno sol acaban de decir que no llueve, si para ganar tienen que discutir que sí cae agua a cántaros. (Alfredo Lorenzo Martirena Hernández / Cubahora)

Cuentan que allá por la segunda década del pasado siglo XX, en Brasil apareció un procedimiento de lucha en la que se podía usar técnicas de cualquier arte marcial, y lo denominaron Vale todo o Todo vale.

Cuatro décadas después, al pobladito de Casilda llegó información dispersa y poco clara sobre esa modalidad que aún con ese nombre, está regido por reglas como todo deporte, pero esa parte de actuar con normas no era siquiera mencionada.

Resulta que a algún niño se le ocurrió aplicar a su manera aquella iniciativa brasileña hasta en juegos de pelota con dos bases: el home y otra más, y su implementación consistía en imponer cambios en las reglas según conviniera y el otro aceptara.

Tal vez por esa manera tan disparatada los juegos callejeros mermaron en las calles del caserío costero casildeño a inicios de la década del 60, aunque personas mayores comentaban que era porque todos los niños podían ir e iban a las escuelas.

No obstante, hasta en los momentos de descanso entre clases, que en aquellos tiempos le decían El recreo, de vez en cuando se escuchaban acalorados gritos de “Aquí se vale de todo” cuando uno de los contrincantes en el juego de Damas aplicaba algo que le conducía a ganar.

Pablito era uno de los niños que aprovechaba todos los ratos de descanso para echar mano al tablero y las tapitas de refresco a manera de fichas para las partidas de damas, que nunca podía ganar a un maestro de tercer grado, Alfredo Altuna.

En varias ocasiones cambió las tradicionales reglas del juego, hasta que el docente le exigió que llevara las normas por escrito antes de comenzar el enfrentamiento, algo que también aplicaron los dedicados al parchís.

Aquellos vale todo que provocaban rabietas a las víctimas pueden resultar hasta simpáticos vistos desde la lejanía de más de medio siglo, pero harina de otro costal es encontrarse en la adultez con las mismas triquiñuelas que desde la realidad se van extendiendo también hacia las redes sociales.

Hay temas en los cuales el procedimiento sigue siendo algo cercano a lo chistoso, pero lamentablemente además de las discusiones en asuntos como deportivas o del estado del tiempo, se llevan a terrenos sensibles para las mayorías.

Resulta evidente que hay quienes tienen esa conducta por trastornos de la personalidad, quieren ganar siempre cualquier debate aunque estén convencidos de no tener la razón, pero también aparecen otros personajillos con malas intenciones.

Tanto en un caso como el otro debemos estar alertas y evitar los daños, pero sobre todo con los que tergiversaron el proceder deportivo brasileño y lo trocan por un “Aquí se vale de todo, y nada es verdad si no gano”.

Discutir con esos usuarios en el ciberespacio o frente a frente físicamente es perder el tiempo, pues son los primeros convencidos de que no tienen la razón, por tanto, no son entes a los cuales se les pueda persuadir mediante el razonamiento.

Rara vez esos personajillos se enfrascan en una discusión de tú a tú con un interlocutor a solas, sino que como regla tratan de que haya quienes escuchen y entonces utilizan como herramienta al que les discute para confundir a los demás o captarlos para su causa.

¿Cómo confunden? ¿Para qué causa quieren captar? Son un par de preguntas que abordaremos en próximos viernes.


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Félix Arturo Chang León

Periodista cubano de origen chino que nació y vive en Cuba. Santa Clara. Dirigió el periódico Vanguardia durante 16 años.


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