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lunes, 25 de noviembre de 2024

Taquimecas en fase final de extinción

Aunque hoy abundan los teclados, en el planeta son cada vez menos los que dominan el arte de usarlos al tacto y escribir manualmente con signos abreviados...

Félix Arturo Chang León
en Exclusivo 14/10/2016
6 comentarios

En las décadas de los 50 y 60, la academia de Joaquina y Marcos era famosa en la medio milenaria villa de Trinidad, pero ya en la de los 70 iba quedando en los recuerdos de algunos, y hoy pocos conservan en la memoria aquella sala repleta de máquinas de escribir para dar clases de Mecanografía, y el patiecito interior donde enseñaban Taquigrafía.

Lo primero que Joaquina exigía a sus alumnos en la clase diaria de una hora de duración era sentarse correctamente “para evitar el cansancio”, decía ella, mientras Marcos explicaba a sus alumnos que una postura correcta era imprescindible para tomar notas con rapidez y llegar a más de 100 palabras por minuto.

Como siempre, hubo, hay y habrá excepciones. Vicente Cubillas fue un magnífico periodista que redactaba a elevada velocidad sin ser mecanógrafo, pero no por rechazar la técnica de hacerlo con todos los dedos y sin mirar el teclado, sino porque sus manazas no cabían sobre el teclado, y debía hacerlo con los dos índices.

Tampoco dominaba el arte de escribir con signos para tomar notas, pero un garabato que solo él entendía le era suficiente para recordar lo escuchado y escribir los reportajes de Bohemia y Granma, que son piezas magistrales del periodismo cubano.

En este instante, entre los profesionales de la prensa cubana, luego de la jubilación reciente del estelar taquimecanógrafo José Antonio de la Osa, quedamos muy pocos (¿somos solo dos?) que trabajemos la taquigrafía y mecanografía. Y, si además de Antonio Paneque Brizuela hay algún otro, por favor, que se presente en los espacios de comentarios de este artículo y cuente sus experiencias.

Aunque en muchos oficios y profesiones se requiere del dominio de ambos procedimientos, en el de los reporteros es tan vital como en el de secretarias y oficinistas, que hoy demuestran en Cuba su total ineficacia e ineficiencia al ser incapaces de tomar notas textuales para el acta de una reunión, o mecanografiar algún documento, a pesar de la modernidad de las computadoras.

Dentro del mundo de la prensa, algunos desdeñaban la taquigrafía, también conocida como estenografía, porque decían que con una grabadora no necesitaban ser mecanógrafos, lo cual es cierto, solo hasta cierto punto, pues la mayor rapidez se alcanza cuando también se disponen de apuntes y se combinan los dos recursos.

En la actualidad no es necesario inventarse individualmente ningún pretexto para no saber el arte de la taquimecanografía, pues basta con que además de que están desaparecidas las academias, como las de Joaquina y Marcos, tampoco se puede aprender en ninguna otra escuela, y si imparten la asignatura, es opcional y, por supuesto, a cada vez menos personas les interesa porque no tienen motivación.

Existen cursos interactivos para el aprendizaje de la Mecanografía, pero no se aprecia tendencia creciente a utilizarlos, aunque el escenario cubano se inclina a la cada vez mayor proliferación de los teclados, según avanza la informatización y el número de computadoras.

¿Aumentará a mayor velocidad que la cantidad de teclados, el número de personas que escriben mirando el teclado y con dos o tres dedos? ¿Por qué no se enseña Mecanografía?


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Félix Arturo Chang León

Periodista cubano de origen chino que nació y vive en Cuba. Santa Clara. Dirigió el periódico Vanguardia durante 16 años.

Se han publicado 6 comentarios


Antonio Paneque Brizuela
 22/11/18 17:37

Sí, yo también creo que es el primer artículo sobre el asunto. Pero taquígrafos de práctica diaria en el país, tal vez lleguemos a diez.

También debo dar fe respecto a que mi estimado excondiscípulo y actual colega espirituano-villaclareño Félix Arturo Chang, a quien algunos conocemos como El Chino (hijo de madre y padre de esa nación), es, en efecto, uno de los pocos que aprendió taquigrafía hace varias décadas y jamás la dejó de emplear.

Recuerdo que él comenzó antes de 1968 en la escuela espirituana que cita en su comentario, pero desde ese año, ambos fuimos alumnos en la escuela superior del PCC Ñico López del profesor de esa materia Roche, quien a su vez era compañero de José Antonio de la Osa  en los entoces equipos de versiones taquigáficas del Consejo de Estado y del Comité Central del Partido, y los dos eran profesores del mencionado centro que dejaron profunda huella en Chang, en mí y en otros.

Tal fue la pasión captada de ellos y de sus recomendaciones para practicar los signos, que muchos de nosotros adquirimos la costumbre de "escribir" en la mente las conversaciones o discursos que escuchábamos a nuestro alrededor, y nada menos que usando el dedo índice. María Julia Mayoral confirma eso.

Otros muchos estudiaron allí con ambos profesores y terminaron los cursos de esa asignatura impartidos por ellos, pero la mayoría abandonó su práctica por razones que desconocemos. Recuerdo una época de buenos alumnos como el santiaguero-habanero Lesmes la Rosa, el camagüeyano Elio Véliz y el difunto Fausto Suárez.

Tal vez como durante mucho tiempo recorrí más el país que El Chino, encontré en Las Tunas a otros practicantes de la toma de notas mediante ese método como Pastor Batista y Ventura de Jesús durante el trabajo de ambos como corresponsales de Granma en Las Tunas y Matanzas, respectivamente.

De aquellos tiempos del periódico Granma recuerdo a Jesús Mena, en la actualidad en Cienfuegos y más tarde, también en ese diario, a Alberto Núñez y a María Juliia Mayoral (citada ya antes por Ana María), con quien acabo de conversar en estos mismos momentos, pues somos amigos y compañeros también en Prensa Latina. Ella me dijo que pocos de los periodistas nacionales  conocidos que son taquígrafos ejercen ese sistema y la mayoría de los que lo hacen combinan los signos, gramálogos y fracciogramas con palabras escritas en el alfabeto normal de nuestro idioma, es decir sin la taquigrafía "pura". María Julia menciona entre los practicantes aún no extinguidos a Luz Marina Fornieris.

Deseo mencionar que el periodista puertopadrense ya fallecido Ángel Luis Beltrán me entrevistó en la década de los 70 sobre el tema y lo incluyó en su tesis de grado de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Oriente, luego llevada a un libro.

Por último, me declaro amante defensor de la taquigrafía y la mecanografía y apoyo y recomiendo la apertura y desarrollo de escuelas para formar taquimecos. Para muchos será difícil de entender las veces que, frente a una entrevista improvisada, nos faltó una grabadora y resolvimos con un mísero lápiz y un humilde pedazo de papel

Agradezco además la oportunidad de expresar mi comentario al respecto.

 

Cuco
 17/10/16 11:16

Amigo Chang  Saludos . hace rato no lei sus colunnas pues estuve enfermo  pero ya restablecido  me incorporo al foro . de esta nota me llama la atencion algo que va pasando y no solo con la mecanografia y taquigrafia . si no con muchas otras cosas .  las profesiones  y oficios se van perdiendo y ya  mucha gente subvalora la profesionalidad imponiendose criterios de troche y moche .  y hacer dinero rapido sin mucho apego ala calidad.  y hay un sin numero de profesiones que se estan perdiendo  y que aun no han disparado las alarmas , pero que no vamos a asustar el dia que  las necesitemso y cuando preguntemos, nos miren como bicho raras como si estuvieramos  preguntando por el reparador de sueños o el mago de Oz  . Chao

Bertica Sánchez
 14/10/16 14:58

Buen artículo, y además el primero que leo sobre el tema. Soy secretaria ejecutiva desde hace muchos años, estudié en el curso 1972-1973 una especialidad que se llamaba Auxiliar de Oficina en el Inst. Técnico de Economía "Pedro Díaz Coello" de la provincia de Holguín, recuerdo que en éste, no nos impartían Taquigráfía. Años después comenzó la especialidad de Secretariado y yo matriculé el curso solamente por aprender y hacerme Taquígrafa, me encantaba esta asignatura. Creo que es un pendiente permanente el que a las nuevas generaciones de Secretarias e inclusive oficinistas no les enseñen este método de escritura tan eficaz.  Desafortunadamente el curso de secretariado no lo terminé, pero los pocos conocimientos que adquirí de esa materia me han servido a lo largo de mi vida laboral a ser rápida tomando actas en los Consejos de mi Empresa, así como en otras reuniones; así tanto la mecanografía, en la cual como bien dice Arturo Chang, la ineficiencia e ineficacia de algunas Secretarias, a veces dan deseos de llorar. La Educación Técnica y Profesional debe tomar conciencia de que la Taquigrafía es tan importante como la Mecanografía y deben formar Secretarias que dominen estas dos materias tan importantes para su trabajo.

Saludos,

 

 

Bertica Sánchez Aguilera

 

Ana María Domínguez Cruz
 14/10/16 11:39

Hola, buen día. No son solo dos. Yo fui alumna del profesor José Antonio de la Osa y afortunadamente domino la taquigrafía, y la empleo en mi trabajo. Soy taquígrafa ejecutiva, en realidad, pues aunque no miro al teclado cuando escribo y tengo buena velocidad para hacerlo usando más de tres dedos, no lo hago de la manera convencional, establecida para el desempeño de una buena mecanógrafa.

La periodista María Julia Mayoral también fue alumna de De la Osa y sí utiliza la taquigrafía en su trabajo cotidiano. Tal vez existan otros en el gremio, hay que investigar.

Saludos, gracias por la reflexión del trabajo.

Lic. Ana María Domínguez Cruz, periodista de Juventud Rebelde y colaboradora de esta revista

Arturo Chang
 14/10/16 18:42

Somios 4 hasta ahora!

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Maria
 14/10/16 11:06

Para qué estudiar mecanografía si la gente resuelve con dos dedos. La culpa la tiene el celular usan el dedo gordo de las manos, habito generalmente de los mas jovenes, y ni hablar de  las faltas de ortografía y las abreviaturas.

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