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miércoles, 4 de diciembre de 2024

Juventino Rosas: adiós frente a las olas

El compositor y músico mexicano mundialmente conocido por el vals Sobre las olas vivió sus últimos momentos en un punto apartado del litoral sureño cubano...

Argelio Roberto Santiesteban Pupo
en Exclusivo 20/01/2018
2 comentarios
Juventino Rosa, retrato
Juventino Rosas, violinista mexicano y autor del célebre vals Sobre las olas, falleció en julio de 1894.

Las olas iban y venían, rompiendo sobre el acantilado del Surgidero de Batabanó. Mientras, el agonizante observaba los antojadizos vaivenes de ella, la mar, femenina en el sentir de los navegantes que día a día rozan aquellas costas. Y recordaba, desde el balcón de una quinta de salud, los versos optimistas de su obra magna:

Olas que al llegar,

plañideras muriendo a mis pies,

nuevas del hogar

para cada viajero traéis…

Así rezaba la letra de su famosísimo vals. Ah, pero cuando Juventino Rosas vivía sus momentos últimos, en un punto apartado del litoral sureño cubano, en una aldea de pescadores y esponjeros, su vida desgraciada no dejaba para él ni buenas nuevas que enviar, ni hogar amantísimo que las recibiese.

JUVENTINO EN CUBA

En mayo de 1894 aparece en suelo cubano el músico azteca Juventino Rosas. En Guantánamo, lo alberga un viejo hotelucho de la calle de La Campana, después conocida como Estrada Palma.

El poeta guantanamero Regino Boti, en aquella época mozo de bar, lo recordaría así:

“Se me presentó una mañana Juventino Rosas. Iba a tomar un trago. Entonces el vals Sobre las olas era cantado, susurrado, musitado, coreado por todo el mundo. Precedía a Rosas un pordiosero que vociferaba a los cuatro vientos el sobadísimo vals, acompañándose de un acordeón imposible”.

Después aparecería en Santiago, de donde debe irse por una deuda de veinte pesos en un bar. Entonces, embarca en el Josefita, nave de cabotaje que tocaba tierra en varios puertos del sur cubano.

LAS OLAS, ENAMORADAS

 Desembarcan en Surgidero de Batabanó al bohemio mexicano, con el organismo destrozado por el alcohol, el 23 de junio de 1894. Muere poco después en la quinta de salud Nuestra Señora del Rosario, del doctor José Manuel Campos, en donde le diagnosticaron mielitis espinal.

Se comenta que un día antes de su deceso escuchó a un grupo musical callejero que frente a la quinta lo homenajeaba tocando su hermoso vals, que había vendido a una firma disquera por la ridícula suma de 45 pesos. Y se dice más: que estos admiradores escribieron en la tumba como epitafio: “Juventino Rosas, violinista mexicano y autor del célebre vals Sobre las olas, falleció en julio de 1894. La tierra cubana sabrá conservar su sueño”.

Tampoco lo olvidaría cierta rubia que cada cierto tiempo venía a Cuba a derramar flores en el sepulcro. Era su amante norteamericana.

Acabo de estar en Surgidero y he recibido una perturbadora impresión: a pesar de que en la villa pesquera solo transcurrieron sus últimos diecisiete días, Juventino no deja de ser allí una presencia palpable, de quien se habla con tanta familiaridad que parece un vecino actual.

Surgidero era, y es, un punto castigado por las marejadas. Pero, con poética candidez, los más viejos aseguran que mientras sus restos reposaron en aquella tierra —hasta 1909—, la mar detenía su embate ante la tumba del autor del vals Sobre las olas, no se sabe si respetuosa o enamorada.


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Argelio Roberto Santiesteban Pupo

Escritor, periodista y profesor. Recibió el Premio Nacional de la Crítica en 1983 con su libro El habla popular cubana de hoy (una tonga de cubichismos que le oí a mi pueblo).

Se han publicado 2 comentarios


Gav
 7/8/18 14:52

Compartiendo mi admiración por Juventino Rosas, tus palabras reavivaron mi cariño por el espíritu generoso y sensible del pueblo cubano. Muchas gracias

Oscar
 20/1/18 9:18

Excelentes palabras.   Gracias por expresar el sentir cubano por Juventino Rosas. Como paisano de este gran compositor, soy de Santa Cruz de Juventino Rosas, me siento honrado y orgulloso.

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