Sinatra: celestino y sádico

-¡Flacucho! ¡Bastardo de Hoboken sin talento!- estalló cierta actriz en un receso de la filmación.

-¡Patizamba! ¡Perra de Brooklyn!- ripostó su interlocutor, Frank Sinatra.

El anterior pasaje es sólo un ejemplo, tomado al azar en la colección de chismes, novedosos o recalentados, recogidos en His Way, de Kitty Kelley, biografía del cantante y actor norteamericano.

SINATRA, CELESTINA

El cantante tenía un contrato en el Sands Hotel, Las Vegas, y allí se hospedaba junto con el actor Peter Lawford, quien por vía matrimonial había ingresado en el clan de los Kennedy. Lawford ha confesado que él era el alcahuete de Sinatra, en tanto que éste lo era de John F. Kennedy.

Por allí rondaba una trigueña de unos veinticinco años, Judith Cambell, a quien Sinatra puso en contacto con Kennedy, entonces senador. 

No contento con esa celestinada, también le presentó la chica a Sam Giacana, “Don” de Chicago y protector de cantantes. Todo resultó en que John F.-ya presidente-  compartió la misma querida, por más de un año, con el mafioso.

SADISMO DESENFRENADO

El hombre cuya voz acariciadora eternizaría Extraños en la noche, ocultaba una vida plena de sucesos mucho menos tiernos. 

Su compinche Lawford se ha ocupado en relevar detalles como éste: “Una vez, durante una fiesta en Palms Springs, se puso tan frenético contra una pobre muchacha que la sacó a través del cristal de una ventana. Había cristal astillado y sangre por doquier, y la joven tenía un brazo seriamente herido. Frank le dio dinero y, claro, se le echó tierra al asunto”.

En 1968 Sinatra tuvo que ser salvado de los tribunales por la intervención de la 20th Century Fox. Tras una orgía de toda una noche, el cantante pidió a una prostituta que lo acompañara a desayunar. Entonces, utilizando tenedor y cuchillo, la obligó a desempeñar el papel de plato, pues comió una ración de huevos con jamón depositada en el pecho de la torturada. 

Es inacabable la nómina de conquistas logradas por Sinatra, e incluye relaciones ocasionales o duraderas con Marilyn Maxwel, Ava Gardner, Marilyn Monroe, Judy Garland, Elizabeth Taylor, Natalie Wood, Lauren Bacall… Pero ninguna parece haber conservado un buen recuerdo. Es notorio que el anillo nupcial de Ava Gardner -su segunda esposa- fue costeado por ella misma, pues Sinatra lo cargó a la cuenta de la actriz.

SINATRA, EL PREMIADO

“Hay en el mundo un monstruo que quiere jorobar al mundo entero, antes de que el mundo lo jorobe a él”, comentó su examiguita, la actriz Jacqueline Park.

Pero dígase que al respecto no ha existido unanimidad, pues un sumo mandatario estadounidense contó a Frank entre sus más preciadas amistades. No es de extrañar, por tanto, que el sádico hijo de la abortera Dolly haya recibido la Medalla de la Libertad de manos de su fraterno Ronald Reagan.