Cuatro años esperé por la buena noticia. Cuatro años de llorar cada mes, garabatear almanaques, asistir a consultas, tomar pociones raras y hacer el amor en las posturas más inverosímiles.
En marzo de 1996 se dio el milagro. Pero no me percaté. No entendí esas ganas de pelear con todos y por todo; esa intolerancia nueva al abandono y esos celos intempestivos… Mi matrimonio estaba muriendo y no saqué otras cuentas ni adopté el “por si acaso” de la segunda mitad de cada ciclo.
Un día de abril llegué a casa tras el último intento de reconciliación, anegada en llanto y en sangre. Entonces comprendí el origen de esos cambios de humor, del hambre, el asco, la inseguridad, el sueño… La vida no quiso que esa criatura viera la luz, y una vez más me tocó esperar: por el hijo, por un nuevo padre y por el espíritu quebrado en mi interior.
Poco después de aquel episodio se abrió otra persianita de esperanza, y otra vez el viento del infortunio me la cerró feroz y decidí cuidarme, porque no era cosa de desperdiciar vidas que anhelaba por eróticos arrebatos. Obvio que el sexo y la maternidad estarían conectadas, pero si no podía elegir el momento de la segunda, al menos el primero debía estar bajo control.
Cuando creí que había superado todos los golpes, me dio por pelear con mi nuevo esposo, rechazar sus requiebros, andar tristona y resentida… Por suerte entendí a tiempo el mensaje de mis hormonas y me sometí a un reposo rotundo durante un mes, asignado por mi ginecóloga Elvia.
Lo de quedarme sin pareja no sé si fue un mecanismo intuitivo de protección biológica o simplemente no supe equilibrar ambos desafíos. La consecuencia, amigo Chairman, es que el sexo durante el embarazo fue una asignatura que casi convalidé, y no por falta de deseos o imaginación.
Con el hacedor de aquello que crecía en mí logré un par de buenos momentos en el primer trimestre, pero creo que él tenía más miedo que yo. ¿A dañar mi nido o a dañar mi corazón? Tal vez un poco de ambos…
En el segundo trimestre, ya más segura del proceso y con esa hermosura que da el misterio de la vida en ciernes, con un cuerpo supergeneroso que no sufrió vómitos, dolores ni deformaciones y con unas ganas tremendas de dormir acurrucada a un pecho protector, me atreví a aceptar la invitación de un examante capaz de llevarme al cielo con mi preciosa carga y traerme de vuelta como hoja de otoño.
De todos los espejos en que me pude ver por esos meses, ninguno fue más elocuente que sus pupilas admiradas, y por seis días me sentí feliz, libre, amada, deseada, atrevida, creativa… pero en la séptima tarde mi paraíso se derrumbó.
Alguien que conocía la historia de mis anhelos y frustraciones, que tenía tres hijos y los atendía muy bien, que me había hecho el amor con una impresionante delicadeza, sencillamente dijo que ese embarazo era una lástima y hubiera sido mejor interrumpirlo a tiempo.
Llegué al mes de julio resignadamente sola y con mucha vitalidad. Como no perdí del todo la cintura, por la calle piropeaban mi colita de langosta y luego yo gozaba las caras de espanto cuando descubrían el resto del crustáceo.
Algunos personajes en mi trabajo se derretían en gentiles propuestas y yo les coqueteaba: puro devaneo para alimentar fantasías nocturnas, porque a esas alturas no iba a empezar otro romance ni mezclar la fábrica con el área de juegos.
Físicamente me consolaba autoadmirando unos senos que jamás volví a tener (esa sensibilidad ultra exquisita la mantuve durante los dos años de lactancia), y como en el curso de Sicoprofilaxis se hablaba mucho de la utilidad del orgasmo para entrenar las contracciones del útero, me las amañé para regalarme algunos, aunque la columna se quejara del “depravado” esfuerzo (según conceptos de mi abuela).
Una semana antes del parto me visitó el futuro padre para recoger la canastilla, que habilitarían en su casa porque la mía estaba en construcción, y lo engatusé para quedarse esa única noche.
Fue muy bueno que aceptara, la verdad, porque logramos una hermosísima despedida con la que todavía, a veces, tengo sueños recurrentes; y dirán que estoy loca, pero creo que ese cierre tuvo mucho que ver con la apacible naturaleza de nuestro hijo, que en materia de ternuras tiene un ADN super reforzado.
ACR
5/6/20 10:22
Aunque voy próximo a los 40 no he vivido la experiencia de tener sexo con una barriguita en crecimiento, pero un amigo cercano, a su mujer la alejó en cuanto comezó a crecerle la suya, decía que para no dañarle el feto pues le provocaba miedo. Paralelo tenía una chica acompañada que con tanta puntería salió embarazada y a mi me tocaba ir juntos a visitarla al hogar materno para disimular cuando la ingresaron y hasta prestarle mi casa ocasionalmente (casi todas las semanas) pues no se podía andar en circulos buscando donde acurrucarse con aquella mujer barrigona, pero era de otro así que sin contemplaciones y con mucho gusto...... Conclusiones para no aburrirlos: Ahora son dos niños con padres diferentes, madres diferentes y a la espera de que acaben las licencias de maternidad pues la historia creo debe tener segunda parte
tito
12/5/20 17:24
Hola, buenas tardes
tito
12/5/20 17:19
Hola a todos, felicidades Milo
chairman
11/5/20 11:39
Muchas felicidades para todas las mamis, mamás, mamacitas y mamasotas :D.
alfil
11/5/20 11:22
Sabes,he escuchado a otras mujeres hablar de ese rechazo al marido y a algunas comidas, pero pensé que era sicológico. ¿hay alguna razón biológica para eso? Lo importante, Milo, es que tuviste tu bebé, y con suerte algún día serás también abuela.
milo
12/5/20 14:01
sí, alfil, tienen una explicación cientifica, hasta los más raros de comer talco o raspar paredes... pero mejor dedico una página al asunto en sexo sentido próximamente... POR CIERTO, mañana 13 de mayo cumple 20 años la página. pr ahora pasa en bajo perfil, pero cuando se acabe el período cuaternario... perdón, la cuarentena, lo celebraremos como se merece. Gracia a quienes llegaron acá desde ese otro espacio, y viceversa
chairman
13/5/20 12:58
¿Y cual es el nombre científico del rechazo a los maridos por las embarazadas?
Amy Queen
10/5/20 12:40
Kiero aprovechar para felicitar a todas las madres y a las k no son como yo pero no sentimos medres de corazon pk tenemos unos sobrinos apuntados (como digo) k nos hacen sentir tal cual, bendiciones y mucha salud para todas.
LIMITLESS
9/5/20 16:24
Eres una luchadora y quiero dedicarle esto a todas:
Ser MUJER es llorar callada los dolores de la vida
y sonreir en apenas un segundo, es tropezar,
caer y volver a caminar...
Ser mujer es ser elegida para traer al mundo...
Ser mujer es ser princesa a los 15,
bella a los 20, pasional a los 35,
inolvidable a los 45, dama a los 60,
y hermosa toda la vida. Felicidades a todas las madres y mujeres fuertes que hacen de nosotros los hombres mas afortunados.
sachiel
9/5/20 12:09
Feliciidades Milo, y a todas las asiduas y conocidas, en Dia de las Madres!!!
chairman
9/5/20 10:39
Bueno, yo no estaba embarazado, pero igual sufrí la abstinencia. Resulta que se combinaron un embarazo incómodo en cuanto a ascos, náuseas y malestares gástricos, con falta de deseo por parte de ella (al menos era lo que declaraba) provocada por el miedo inducido por cierto medicucho inexperto y mediocre que le hizo la captación y que nos aconsejó a los dos abstinencia absoluta; debe ser porque no es cubano y como estaba "solapiao" le era muy fácil recomendar eso. El caso es que ella me decía que not enía deseos, pero que yo era "afortunado" porque había muejeres que no soportaban ni el olor del marido y al menos ese no era su caso. Siempre tuve la fantasía de tener sexo con una mujer embarazada y no la he podido cumplir debido a miedos, exageraciones, egocentrismos y un asco que solo se quitó cuando terminó el parto. Fíjense si el mediquito aquel era mediocre y zanaco que hasta para calcular el tiempo se equivocó, debido a que tómo como inicio el día en que se le quitó la menstruación y no el que le empezó.Como consecuencia mi hijo nació oficialmente a las 38 semanas con dos días cuando en realidad fue a las 39 con dos.
puntualita91
13/5/20 9:02
Yo he leído sobre esa obsesión de tener sexo con mujeres embarazadas. Lo busqué hace meses para convencer a una prima que lo suyo era obsesión con la panza grande (no la oriental, otra de acá de la habana, lo de aquella es por gusto). cuanod alguien tiene parafilia con otra persona preñada es maieusiofilia, y si es con estar tu misma embaracutey, como dice mi abuela, es gravidofilia. El primero se da más en hombres, pero también en mujeres lesbianas o bi. El otro, obvio, es mas en mujeres y a veces en las chicas transexuales. Debe haber otra parafilia para quienes no quieren verse panza, ni llena ni vacía, pero no sé como se llama.
curiosa
13/5/20 9:06
Bueno, Chairman, si no recuerdo mal, a ti te dedicaron una crónica por la barriga abultada, así que a lo mejor lo que le pasaba a tu mujer no era falta de deseo sino de oportunidad. el pobre chama estaría ahí como una croqueta entre panes bonetes, jajaja (no te pongas bravito, de verdad me lo imaginé. el dibujo de jorge aquella vez te llevaba un poco recio)
chairman
13/5/20 12:37
Primero, en el kamasutra vienen un tongón de posturas que no necesariamente tengan que hacer chocar las panzas, alguna solución hubiéramos encontrado. Segundo, en cuanto a profundidad no me preocupa porque hay posiciones que la favorecen y otras que no, admeás, mamá natura, sin bien no fue tan mezquina conmigo en ese sentido tapoco fue generosa como para darme de más (debe ser esa la causa por la que nunca me ha interesado dedicarme al exhibicionismo). Tercero, en el momento del embarazo mi cintura ya era abultada, pero no tanto como cuando Jorge me vio. Alguien me dijo que el amor hace bajar, pero el matrimonio hace subir y en mi caso a mí me ha costado cerca de 20 kg de incremento, solo que en ese momento aún no los tenía porque logré coger la puntería apenas al segundo mes de vivir juntos. Por tanto y demás, mantengo mi posición de que si bien hubo ascos y malestares también fue mucho "miedo inducido" y "egocentrismo autóctono". en cuanto a los nombrecitos de las parafilias, pues yo declaro al mundo que padezco de ambas.
Georgesanz
7/5/20 23:13
Hola, saludos a todos, bonito homenaje a las madres, este que escogiste para hoy, aprovecho Milo para felicitarte y felicitarlas a las que tienen esa dicha, y también a las que están en proceso. Aunque a veces eso sea justificación para sumarle la bobada de un término creído avejentante para algunos, como madre, tía, o abuela, pero sinónimo de un probable símbolo de orgullo sano, muy particular. En fin pásenla en casa aunque sea aisladas, pero contentas, y una sugerencia, por si coincide mi historia con algunos. En mi caso no conozco la historia de mi procreación en detalles, siempre se prometió que cuando fuera grande, y de grande, parece que va a ser quizás el regalo de despedida. En fin, que si su desendencia no tiene idea, pero si curiosidad, porfa, tengan la piedad de compartirla aprovechando si quieren ese día especial, o el el que decidan, pero no lo dejen de herencia, que aunque sea muy peculiar la historia, ya a esa hora habrá perdido el chiste, se los aseguro... Milo, una vez mas otro acierto.
Katia
7/5/20 11:04
Buenos días, tuve un embarazo de riesgo que me impedía tener sexo con el pader de mi hijo, no podia ni siquiera pensar en exitarme, confieso que en esa etapa los deseos de coger eran enormes, quisas por saber que no podia ya que ponia en riesgo mi embarazo muy deseado, mi cuerpo no sufrio deformación al contrario se puso mejor de lo que ya estaba, me puedo bañar en biquini, no tengo estrias en mi cuerpo y mi cesarea fue de fanestil, despues me puse al día con el sexo, que riquera. saludos.
JoséHdz
9/5/20 22:54
Un comentario muy sincero y precioso
puntualita91
12/5/20 14:07
Menos mal que te pusiste al día, pero supongo que después que avanzó la crianza, porque por lo que he visto esos primeros meses son fulas, ni se duerme, ni se come tranquila, ni se pueden bañar sin soltar para cargar al chama. Mis primas son curielas y yo no sé qué le ven de gracioso al asunto. Una tuvo cuatro bebes seguidos (ella es de oriente) y a veces parecía una mata de frutabombra con todos encima, y pa colmo flaca y despeiná. Pero bueno, aunque sea uno yo sí voy a tener en algún momento, con o sin padre, si total...
Legna
7/5/20 9:44
Pues a mi los embarazos me dan tan bien que ni me entero de ellos, como ademas tengo el terreno bien fértil creo que mas que una bendición significaba un contratiempo. Aún no entiendo cómo, ya que según los ginecologos tengo el útero retroverso! En cuanto al sexo en ese estado ya sobre el último trimestre me resultaba incómodo, me creción demasiada la barriga, así como el resto del cuerpo. Pero de vez en cuando cedía a las continuas exigencias del padre de mi hija, sólo porque había leido que tenerlo en ese estado facilitaría el parto. jajajaja una noche se cerró el pim pam pum y debido a la posición le cortó el dedo meñique y le llevó la primera falange, más cómico fue que mi perro se lo comió y no lo pudimos recuperar. Aún me da risa recordarlo midiendose los dedos. Los senos sí...se vuelven mas sensibles y crecen en demasía, yo nunca más recuperé mi tamaño natural, usaba la 32, ahora estoy en la 38, supongo que no solo por el embarazo. Feliz día a todos.
tito
22/5/20 20:02
Hola Legna. Una pregunta y disculpa por ella. Dices q nunca recupetaste el tamanno de tus senos? Q de una talla 32 fuiste a.la 38? Habra tenido q ver con la cantidad de leche q tenias?? Gracias
Legna
1/6/20 13:32
Supongo que la cantidad de leche influyó, pues realmente tenía bastante. Tanto que lacté a mi hija hasta los 3 años de edad. Pero creo que en mayor medida me crecieron debido a todo el peso que acumulé. 12.5 Kilogramos por encima de lo que debí subir. Lo cierto es que nunca más recuperé el tamaño original. A mi me gustaban así pequeñas, ahora no es que tenga melones, pero no es mi talla. Saludos y no te de pena preguntar jajajajaja
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