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sábado, 23 de noviembre de 2024

Dale alegría a tu cuerpo

Si vivimos pendientes de tantas musarañas, ¿por qué no darle a nuestro ser material la atención que necesita?...

Mileyda Menéndez Dávila
en Exclusivo 21/07/2022
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Intimidades-21-julio-2022
Mucha gente insiste en vivir como si fuera inmune a los problemas de salud (Jorge Sanchez Armas/ Cubahora). (Jorge Sánchez Armas / Cubahora)

Nos pasamos la vida dictándole órdenes a nuestro cuerpo,exigiendo metas, obligándole a seguir pautas ajenas… ¿Y cuándo escuchamos lo que el cuerpo necesita?Creo que todos (en especial los hombres, y en especial si hay juventud) olvidamos con frecuencia la fragilidad de nuestro ser material e intentamos sacarle partido como si fuera un pozo infinito, que no demanda juicio ni cuidados.

El cuerpo habla, reclama, se revela… y somos tan necios que elegimos ignorar sus penurias y seguir el ritmo jazziano del estrés y la ambición social.También me pasa, que conste, ¡y bien caro que pago esas incoherencias! Hasta que el insomnio me muerde la nuca y decido soltar amarras de lo que sea que me perjudica:pareja, trabajo, amistades, hobbies poco sanos, prejuicios,convencionalismos…

Pudiera decirse que el cuerpo es nuestra Cenicienta, los malos hábitos y la información adulterada sus hermanastras y la mente una loca madrastra empeñada en no ceder el control, aunque el dolor ruja en algún costado.El punto es: si no cuidamos la “casa” del alma a lo largo
del día; si permitimos que pasen las semanas, meses o años sin avanzar en nuestras metas de salud, ¿cómo esperar que este amasijo de tendones, venas y nervios nos haga quedar bien cuando nos apetece un relax o una fuga de erotismo?

Confiesen: ¿Qué tiempo pasan aguantando las ganas de orinar por no despegarse de la computadora o el televisor? ¿Por cuánto tiempo han usado zapatos incómodos, asientos inadecuados o uniformes estrechos? ¿Con cuántos productosse bombardean en plan aseo, o en comida chatarra con sabores que esconden el químico que la hace adictiva?Ya sé que todo el mundo tiene razones para hacer lo que hace. Yo misma guardo un camión de justificaciones… ¡Pero no estoy orgullosa de ellas! Por eso busco retos que me ayuden a crear una buena rutina y detener el autosabotaje.

Se puede empezar con algo simple, como revisar tu postura ahora mismo: observa qué músculos están bajo tensión y regálales un pequeño masaje: una caricia como de mariposa,unos pellizcos agradables en esa zona que se aburrió de
avisarte sus molestias y te ignora, como tú a ella… Hasta que intentas forzarla para quedar bien ante una pareja ¡y entonces sí que escuchas el S.O.S. de tus articulaciones!

¿Un poco más? Respira suave y profundamente, relájate,levanta la mirada y lleva tu mente a un momento de buen sexo que recuerdes. ¡No el rapidito de compromiso, sino uno de ligas mayores! Ese que te acercó al noveno nivel del orgasmo taoísta que tanta intriga provoca hace milenios…Se siente rico, ¿eh? Pena que no logremos mantener ese estado de lasitud mental mucho tiempo, hacerlo fluir por nuestros órganos y conductos, crearnos una burbuja de equilibrado placer en medio de las turbulencias diarias.

¿Y por qué no? Si pasamos buena parte de la vida pendientes de la familia, las amistades, la televisión, las redes, los vecinos y otras musarañas que nos roban la paz impunemente,¿por qué no abstraernos para consentir al cuerpo y prepararlo para disfrutar en las mejores circunstancias?Sin dejar la lectura, levanta tus dos brazos por encima de la cabeza, toma con una mano la otra muñeca y estiiiiiirate todo lo que puedas; despégate del asiento unos milímetros, ondula tu cuerpo como en una danza mística y deja que la energía sexual acumulada en el huesito de la alegría suba por tu columna y se esparza en ti, desde ti…

Vuelve a sentarte, abre tus piernas, mueve todas las coyunturas en cualquier dirección y adórnate con una sonrisa ¡aunque sea fingida! Eso hará tu esfuerzo menos denso e intrigará a quienes te observan ahora mismo, quizá sorprendidos, pero conscientes del brillo y las ganas de
vivir que bullen a tu alrededor.¡No importa si te acusan de mala educación! Tan calisténico regalo te compensa de las poses ortodoxas y pacatas que nos forzamos a cumplir desde la infancia, y el premio al final del día (o al amanecer) bien vale cualquier murmuración.

Cierto que estirarte no hará desaparecer las libras o los dolores acumulados con la inercia pandémica, pero es un buen inicio para que el cuerpo sienta que lo cuidas y haya menos toxinas en el momento de sublimar el gozo.Y si estás de humor para más, mira a todos con picardía y
desátalos con este infalible video, digno del mejor exorcista: ¡Dale a tu cuerpo alegría, Macarena, que tu cuerpo es pa’ darle alegría y cosa buena!!!


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Mileyda Menéndez Dávila

Fiel defensora del sexo con sentido...


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