¡Granma campeón! ¡Vamos a celebrarlo!, le digo a Jorge con el resto de fuerza que me queda, y él solo separa los ojos del televisor (más achinaditos de lo habitual), pasa suavemente una mano por mi espalda y pregunta en tono que intenta ser generoso: ¿Tienes fiebre hoy?
Tengo, sí, como en los últimos cinco días. Y catarro. Y dolor hasta donde no sabía que podía moverse un cuerpo. Y una pesadez tremenda en la cabeza, como si hubieran puesto cemento en las pestañas y plomo en las trenzas que a duras penas logré armar esta mañana, a ver si el vecino no me mira más desde su portal con cara de quien desayuna nasobuco en salsa jabonosa.
Justo por eso ando buscando fiesta, a ver si una explosión de endorfinas adormece mis malestares y destupe mi estresado sistema respiratorio. A ver si sudo por una razón más divertida que un virus y caer en cama a deshora cobra sentido y levanta mi moral.
Pero Jorge, que lleva más de tres semanas entrando y saliendo de este muermo reciclable, no está de ánimo para complacerme.
A nivel intelectual apoya mi “tratamiento médico”, pero en la práctica no puede levantar ni su alma, así que cuento con su solidaridad, pero no con su entusiasmo, excepto para comer la compota de mango que a duras penas he logrado procesar, porque ni para cocinar dan mucho las ganas estos días a ninguno de los dos…
Por lo que estoy viendo (y sintiendo), nada de lo que diga o haga para persuadirlo dará resultado, y ya la castidad forzosa empieza a pasar factura a mi estoico buen humor. Sumen problemas familiares y una sola PC para trabajar ambos, y ya pueden hacerse a la idea de lo que he estado viviendo en este final de mes.
Quienes nos conocen saben que Jorge es cobarde para las enfermedades. Fíjense a qué extremo llega, que en su opinión las mujeres parimos con dolor para que podamos entender cómo siente un hombre con catarro.
Yo en cambio jamás me derrengo más de 24 horas, y como no tomo pastillas ni remedios que no sean naturales, soluciono los contratiempos del cuerpo con yerbas, agua y amor.
¡Digamos sexo, para hablar sin eufemismos ni rodeos! Porque cura y ayuda a olvidar. Porque es bueno para la autoestima y al menos no pone el ambiente peor. Porque da sueño, y hambre, y energías, y ganas de vivir cuando el simple acto de saborear el aire parece la cosa más difícil del mundo.
Y ustedes dirán: si tanto me hace falta, ¿por qué no intento volar sin copiloto? ¡Pues claro que lo intenté! Pero, aunque no estoy tan alicaída como el personaje en huelga, tampoco es que esté de campeonato ahora mismo. Mis dedos dicen que bastante hacen con permitirme este sexo escrito… ¡y voy en coche!
Por eso no ando pidiendo jonrones con las bases llenas. A estas alturas me conformo con un toque de sacrificio y una carrerita impulsada… Pero mi bateador no coge señas y está pega’o al home como si le hubieran untado las articulaciones con baba de caracol tibetano en lugar de alcanfor.
Tomo una pausa para beber agua de menta, estirar la columna y armar un nuevo intento de emboscada, pero ¡qué va! El hombre me huye más que mi vecina al cobrador de la luz… Traga un antihistamínico y vira pa’ la cama, a recuperar las fuerzas del arduo paseo entre la sala y el comedor.
No importa: no hay mal que dure cien años ni acoso en que no se insista, así que esta noche intentaré escabullirme en su cuarto para buscar mi dosis exacta de sudorosa fricción anticatarral, así tenga de acudir a los rituales del sexomnio y curarlo(me) por vías no formales.
A la que no sé cómo ayudar es a mi madre, que se contagió también de esta gripe y no puede celebrar con los Alazanes… No por nada: es que le iba a Matanzas porque es su provincia favorita.
Julio Enrique (Kike)
4/7/22 17:11
Milo, si Jorge no se siente "en forma" en este momento, ese juego se podría dar "bajo protesta", o suspenderse antes de llegar "al final de la primera entrada". A lo mejor tú resuelves con un "toque de bolas", pero para el bateador es triste ver "como lo pelota coquetea con la línea y sale... a foul". Quizás él prefiere reservarse para "botarla con bases llenas". Cuando menos lo imagines "hala pa´ su mano y te deja tendida...sobre el terreno"
milo
7/7/22 9:51
Jajajajaja!!! qué buena descripción beisbolera. mantendré la esperanza.... y a ustedes como los lleva la barriga? se han perdido del grupo y se les extraña
Julio Enrique (Kike)
8/7/22 13:09
Todo va bien Milo. Lisy "echando pa´lante como el carrito del helado" jjjj Todavía no sabemos el sexo del bebé, puede que dentro de unos días nos enteremos, si se deja ver. Hemos estado sin datos, pero pronto volveremos a Senti2, que es como nuestra casa, como nuestra familia. Saludos a ti, a Jorge, y a todos los amigos del Grupo.
Alfredo
30/6/22 14:01
Oiga Jorge usted si tiene tabla y aguante. Por qué las mujeres no entienden que un hombre enfermo es sagrado? La mía quiere que yo haga mandados y arregle un estante como si estuviera en la casa de vacaciones y no por certificado medico, pero ya veo que las hay peores, con respeto a la periodista Mileyda, cuyo trabajo conocía del JR, no de aquí y ya veo que llevan años en esto. Mis respetos para ambos y para usted mi solidario apoyo, que cuando uno no tiene animo ni de celebrar ni el campeonato es porque de verdad tiene el bate y todo el equipo en bancarrota. Que se mejoren pronto.
milo
7/7/22 9:52
gracias, y bienvenido al blog.
Términos y condiciones
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.