"¿Posiciones en la bed? Eso es cama en inglés, ¿no? ¡Qué pícara!". Ese fue el comentario de una lectora que llamó esta semana para robar mi tiempo, cuando le dije que no tenía mucho porque estaba en el aula virtual del Instituto de Periodismo José Martí, en un curso sobre posicionamiento en la web.
Su conclusión confirmó algo que aún me sobresalta, aunque debiera estar acostumbrada: hay quien me tiene tan encasillada en lo erótico-afectivo-familiar, que no me concibe trabajando en nada ajeno al tema. Cierto que en Senti2 decimos que el sexo pega con todo, pero la gente a veces se pasa…Sin embargo, cuando la aburrida colgó, me quedé razonando… y no era tan despistada la comparación, puesto que el SEO y el sexo tienen mucho en común, en tanto estrategias para lograr que alguien se enfoque en lo que tienes para ofrecer.
El quid está en que la gente te vea como una buena opción, incluso la mejor, y te respete por eso. Que no lleguen a ti de casualidad o por rebote tras una mala experiencia (que también se vale), sino ponderando tu eficacia y arquitectura idónea.
Luce muy manipulador, pero esa lógica va de la mano de otro concepto igual de antiguo, la competencia, vista en su doble sentido (perdón, el segundo): el de ser realmente competente y no falsear expectativas y luego fallar en los preliminares.
Para posicionarte bien arriba —dicen los gurús de ambos temas— lo primero es saber qué quiere la gente a la que pretendes conquistar. Dicen que a la web se llega con tres intenciones: hacer, saber o ir. En otras palabras: vivir algo que atrape, obtener conocimiento y guiarte a metas útiles y/o placenteras. A cambio de eso, tú esperas tiempo de calidad y que te ayuden a calibrar la experiencia. ¿Les suena conocido?
Claro, hay quien escarba hasta hallar lo mejor, lo más creíble, y se fideliza con esa perspectiva… pero el 90 por ciento se conforma con gestiones rápidas para satisfacer una necesidad puntual y le da lo mismo la calidad de la respuesta: usa lo primero y pasa a otra función. (Yo hablo de internet, pero entendería que sus mentes se vayan por otro derrotero).
Otro punto en común: todo el mundo intuye que su ideal está ahí, en algún recodo del espacio/tiempo, su anhelo de blog, sitio, página, pareja… Pero hay tanto a la vista que aturde, y optamos por confiar en las tecnologías diseñadas para proponer candidatos según relevancia y popularidad. O sea, que Google comparte algoritmo con las chaperonas, y sin más asumimos que sus servicios son honestos y centrados en nuestros intereses.
¿Resultados? Buenos y malos… Sé de muchos tímidos acorralados por una amiga de la novia del amigo, y de solteras preteridas que de pronto destacan en Facebook o el barrio porque acaban de aprobarles una MYPIME. Entonces, hacer SEO es no dejar las cosas a la casualidad, optimizar tus atractivos, vencer la ambigüedad de los términos y superar a competidores tal vez más visibles, pero menos sólidos en su propuesta. Es dar oportunidad a quien busca para que llegue a ti con un costo aceptable en tiempo, honor y recursos, y evitarle experiencias peligrosas o traumáticas.
Es describirte con las etiquetas justas sin ambigüedad o prejuicios, y dejar pistas que valoricen tu contenido real para seducir de manera eficiente, en vez de permitir que otros se vendan en tu plataforma y demeriten tu autenticidad.
Muchas pesquisas se agotan en las primeras cuatro o cinco opciones, y tu alcahuete o motor de búsqueda lo sabe. Se lava las manos anunciando otros miles o millones de entradas disponibles, pero sabe que demanda esfuerzo hallarlas y juega posiciona lo que mejor le parezca, dejando fuera a quien de verdad deseas si no tuvo la habilidad de “venderse” bien.
En resumen: si quieres caer en el radar de alguien que valga la pena, optimiza lo que ofreces de ti, pero sin marañas ni perfiles falsos, porque sería peor. ¿Imaginan al cabo Pantera poniendo fotos de Brad Pitt en su face para capturar a una habanera con casa? Sus fanes se decepcionarían porque lo suyo es un producto auténtico, como su coraje para sacar partido de esa cara, voz y tamaño para triunfar en la televisión.
Hay más similitudes entre sexo y SEO: que si cola larga o corta, que si etiquetas no binarias, que si abrirte a otras experiencias diversas, desde el rapidito humorístico hasta la multitud de estímulos para todos los sentidos…Pero siempre hay que pensar en la gente simple, esa que necesita algo directo y pictográfico para no perderse en el camino a tus profundidades: entra por aquí, aprieta acá, enlázate, salta, sigue colores… lo que sea para que no se aburra y detenga la descarga antes de tiempo, ¿verdad?
analis
4/11/21 14:32
Milo pero de qué te quejas con esa lectora si ella tiene razón? En esa mente tuya todo se va para el sexo!!! despues de leer la crónica busqué en google qué era SEO y ya veo que de verdad estudiaste la materia. Pobre de tus profesores si las clases fueran presenciales. y pobre de Jorge que cada semana tiene un reto nuevo. Por cierto, ese cabo pantera le quedó demasiado bonito, digo yo.
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