Por enésima vez me llega la invitación en Facebook: para quitarme las ganas de compartir ternuras durante el distanciamiento social, puedo darle un abrazo a un árbol… Y sí, claro que funciona, siempre que a un positivo asintomático no se le ocurra abrazar el mismo tronco que a mí, ¿verdad?
Paranoia aparte, el convite me recuerda aquel taller en un parque cerca de la Terminal de Ómnibus Nacionales, poco tiempo después del último ciclón que arrasó nuestro follaje citadino. Algunos foristas de seguro lo recuerdan, y si no, les refresco la escena de Abelito haciendo de tigre para conquistar a una dama del grupo. (¿Ahora sí? Esa patica levantada y el hocico feroz son imágenes imborrables…).
Ese día cerramos el encuentro abrazando casuarinas con una pasión tremenda, y sospecho que en ese entusiasmo tuvo mucho que ver el abrazo tántrico de la bella Yarini y Sándor el místico. Al menos sé de un par de participantes que se pusieron a sudar con la recreación del acto, cuya foto publicamos tiempo después en Sexo sentido.
El tema de aquel taller era la Ecosexualidad. Sí, eso mismo: hacer el amor en-con-como otras entidades de la Naturaleza. Volver a los orígenes. Dejar libre tu Tarzán interior. Oxigenar la relación. Recargar las baterías biológicas. Romper la rutina del colchón.
También puede ser un remedio cuando las ganas urgen y no hay urbanizaciones disponibles, pero no tiene el mismo encanto hacerlo al aire libre como último recurso que elegir voluntariamente una playa, un parque, una vaquería, una roca en la montaña… Eso te genera tal embriaguez, que casi no importa si alguien se acerca de pronto y adivina lo que estás haciendo a pleno sol.
Supongo que ya se atrevieron… ¡¿Todavía?! ¿Y qué están esperando, criaturas de barro? Anótenselo entre las primeras metas a recuperar cuando se acaben las limitaciones actuales y luego me dirán.
Eso sí, hay que tomar ciertas precauciones, porque una cosa es un orgasmo marino bajo el cielo estrellado y otra muy distinta es ver las estrellas cuando una ola te tira contra una roca llena de erizos y diente de perro, peor aún si son dos cuerpos los que luchan por no romper amarras en el punto más delicado de la gozosa unión.
¿Y qué me dicen de las santanicas? Si un bicho de esos te regala su versión de sexo oral en el prado (por ejemplo, junto al castillo del Morro) vas a estar horas pidiendo que se te acabe la picazón infernal. (Además del lío para explicar la piel constelada de ronchas cuando se suponía, en mi caso, que estaba preparando un aburrido informe en la biblioteca).
Hay otros riesgos, pero ¿qué más da? Nuestra especie lleva milenios sobreponiéndose a ellos y ha ingeniado centenares de vías para reciclar el gozo sin tanto glamour ni polución ambiental.
Al menos esta semana, cuando salgan a proveerse de víveres miren su entorno desde ese ángulo. Tracen rutas mentales de lo que harían en cierto parquecito o compren vegetales con una doble finalidad. Sientan que el sol en sus espaldas es un amante que reclama su cuota de desahogo público, y sin pena alguna abrácense a un árbol, que además de ser un acto de rebeldía anti estrés magnífico para el sistema sico-neuro-inmunológico, da tema para refrescar algunas aburridas cabecitas del barrio.
chairman
9/6/20 10:39
Bueno, hace dos días sacaron una caricatura de Jorge en la TV.
alfil
10/6/20 13:47
Sí, la vi y me sentí muy oronda de que fuera nuestro Jorge de cada jueves. Felicidades, aunque yo seguiría votando por el maífero nacional de siempre, no entiendo qué tiene la gente con el pollo, como no sea porque las abuelas suelen hacer sopa con él cuando estás enfermita. En cuanto a la crónica de hoy, adoro los árboles y me siento a gusto en su sombra, tal vez en un grupo me atrevería a abrazarlos y seguro me sentiría bien porque hace rato no abrazo con fuerza y ganas a nadie, pero no me atrevo a hacerlo yo sola en un lugar público. Mira que ahora estan recogiendo a todos los loquitos de plantilla, por lo menos en mi barrio, hasta que pase la epidemia ponzoñosa.
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7/6/20 9:11
Hola he estado perdido buen tiempo saludos mile y Rodin espero poder participar en los encuentros cuando se renaude todo esto
curiosa
7/6/20 18:04
¡Lo hice, profe, abracé un árbol en mi trabajo y de verdad la gente me miraba como si yo estuviera loca! Pero me sentí muy bien todo elresto del día porque descargué muchas frustraciones físicas y mentales, y porque la gente con la que trabajo y que no es muy fácil de tratar usualmente se portó conmigo súper bien, atentos y callados de sus habituales críticas por cualquier bobería (hay que ser de hielo para trabajar entre tanta envidia profesional). Lamento que no se me ocurrió hacerme una foto para compartir, y los demás que me vieron estaban como decía mi abuelito: "alelados" jajajaja. Este miércoles repito, cuando me toque guardia otra vez
El Soñador
5/6/20 10:25
Creo que de las mejores experiencias que he tenido esta la PLaya, waoooo cuantos recuerdos buenos. El agua, la arena, el caminar como dios nos trajo al mundo por la Playa, el reflejo de la luna en nuestros cuerpos mojados, las estrellas de testigos, la adrenalina sube y se disfruta mucho, para mí una de las mejores de mis experiencias, la cual busco repetir cada vez que hay oportunidad, es el lugar perfecto para mí. Saludos a todos.
puntualita91
4/6/20 12:51
!!!Uy la playa!!!! yo también he probado la arena fina y hasta el pila, el pilar del puente de Varadero, una noche que no encontrábamos como virar a casa y mi jevito y yo nos quedamos ahí, pero bien despiertos y vigilantes. Eso sí, mi gente, luego recogimos las evidencias para no contaminarel río ni matar jicoteítas, jejeje
AlainD
4/6/20 9:10
Eso me llega bien de cerca, les explico..... Una de las ventajas de vivir en la periferia de la ciudad es que cerca, bien cerca me queda el Parque Lenin, uhmmm cuantos recuerdos me trae ese lugar, no solo por su parque de diversiones ehhh, en este caso es que siguiendo el hilo de este asunto ahí di rienda sueltas con mis aventuras silvestres, existe mas de un paraje que coño incita al desenfreno, y quien soy yo para negarle a mi cuerpo lo que a gritos me pide, es verdad que la tranquilidad de 4 paredes, un techo y un soberano aguacero disparan las hormonas, pero nada como el disfrute de la madre naturaleza. Tanto es asi que mas de una vez me sorprendio como una persona medida ecuanime despues de unas buenas dosis de besos caricias me decian pal carajo, aqui mismo se formo.......waoo que recuerdos, de mi adolesencia, juventud....y hasta ya mas entrados los añitos fijense y es que esos parejes son complises (y que complices)...
Por otra parte milo, soy de los que opinan que la naturalesa se disfruta entre 2, aunque conosco a mas de una que les encanta los vegetales y hortalizas, tanto es asi que he coincidido con alguna comprandolos y hay que ver con que lascivia miran un pepinito y/o una zanahoria, les confieso que en lo particular nunca e disfrutado como preparan una ensalada, aunque coño les juro que me gustaria jajajjajaja, en cuanto a mi no me hallo dando riendas sueltas con una matica de platano, cosa que se ha servido de alivio a mas de 1 compañero......y ya que me parece que he escrito mucho.....no se que me dicen Uds mis queridos compañeros foristas.
milo
10/6/20 18:53
El parque Lenin?.Si las cañaditas de ese parque hablaran, ¡ay mamacita! Yo perdí la virginidad en otro lado, pero el pudor lo dejé enredado en un sauce llorón de esos bien linditos, o se lo llevó el viento entre los bambúes cantarines
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