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domingo, 24 de noviembre de 2024

¿El barco o las olas?

Si el tamaño te importa mucho, tal vez debas cambiar de ángulo…

Mileyda Menéndez Dávila
en Exclusivo 08/07/2021
4 comentarios
Intimidades 8 de julio de 2021.jpg
Los cuerpos humanos rara vez tienen esa armonía culturalmente impuesta como perfección (Jorge Sánchez Armas / Cubahora)

El tema de hoy lleva en el tintero desde la crónica No son todos iguales, de marzo de 2018, pero estaba esperando una semana en que no me hablara de eso ningún hombre, por teléfono o en el chat privado, para que no se sintieran personalmente aludidos.

En tres años esa tregua nunca llegó y decidí no esperar más a raíz de un debate en la puerta del poligráfico que me aportó una reveladora estadística: cuando se habla de tamaños, ocho de cada diez hombres cree que el suyo está fuera de la media y los otros dos se hacen los que no están escuchando.

¿Que cuál es la media? Pues casi nunca la que llevan en el pie. Ese mito de que los hombres tienen proporciones fiables entre el pene y el zapato ha embarcado a más de un espíritu falocéntrico en su búsqueda del hombre ideal. Y no porque los penes más pequeños dejen con ganas (otro mito), sino porque la mente (a veces la de ambos, qué triste) se engancha en la idea de que falta algo… Y sí: falta frescura y concentración.  

Tras muchos milenios de evolución y 40 años de cháchara y estudio vivencial (eso también cuenta), creo poder asegurar que los cuerpos humanos rara vez tienen esa armonía culturalmente impuesta como perfección. Los penes más hermosos que he visto de cerquita, en las pelis y en revistas de ciencia o lencería masculina, deben más su elegancia al conjunto que al tamaño en sí.

Así que el asunto de la desproporción entre el cuerpo y el pene en reposo es requetecomún en millones de hombres, y no hay nada fallido en eso: forma parte de la campana con que la Matemática representa gráficamente la llamada normalidad.   

Lo que pudiera complicarse son los extremos. Si en elongación (cuando lo halas) tiene menos de cinco centímetros y no los alcanza en erección, puede ser un reto usarlo bien para un hombre no esbelto o flexible, porque la grasa abdominal, el monte de venus o el nalgatorio de la pareja restan área efectiva de contacto.

Pero una vez más, la culpa no es del bote, sino de los riscos y la experticia del timonel, a quien no le vendría mal hacer abdominales y abrirse a la imaginación para garantizar atraque antes de desatar el balanceo que conduce a la descarga.  

También los grandes buques pasan trabajo en sus maniobras: si es demasiado ancho puede escorar antes de acomodarse, y si es muy largo exige más esfuerzo para vencer la Gravedad y lograr giros elegantes, inofensivos y efectivos. Como dicen por ahí, no importa el barco, sino el movimiento de las olas.  

Eso tiene que ver con algo llamado momento físico o torque, pero ya desistí de explicarlo a quienes me consultan, porque si en el instante preciso les da por pensar en fórmulas, la sangre subirá al cerebro y habrá menos donde la necesitan. Últimamente acudo a un consejo más práctico: agarre por el extremo suelto y guíela a su destino, que nadie abre una puerta empujando las bisagras, sino el picaporte.

Otra sugerencia para cuidar la autoestima: en esta era de las selfies ya habrá comprendido que el ángulo de observación influye mucho en la percepción del sujeto, así que para percibir con objetividad la eslora de un pene erecto, el hombre debe ponerse de lado frente al espejo, reteniendo la respiración y con el abdomen recogido.

Si prefieren cifras, hay dos técnicas para medirlo, sobre todo en pasivo: pasar por arriba una cinta de costurera, empujando su punta hasta el hueso púbico; o medir por debajo desde la base del escroto, haciendo descansar al amigo sobre una regla de escuela.

Cuando mide la pareja, yo recomiendo la segunda técnica porque con esa manipulación algunos se estimulan y es muy gracioso verlo crecer varios centímetros en tus excitadas narices…

Claro, como en todo experimento hay que cuidar las condiciones externas, porque no mide igual ni la más común chalupa en un ambiente cercano a la realidad habitual que en un clima hostil o falto de privacidad.

Recuerdo un día que mi hijo Dennis nos llevó a una cascada en Trinidad, y como había una cueva dentro del agua quise arrastrar a Jorge con segundas intenciones. Él admiraba el paisaje extasiado, pero tiritando, hasta que sintió mi mano cerca de su ingle. Entonces divertido me abrazó confesando: “Sigue, boba, que con este frío lo único que vas a encontrar allá abajo es un clítoris”.


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Mileyda Menéndez Dávila

Fiel defensora del sexo con sentido...

Se han publicado 4 comentarios


J. Enrique (Kike)
 12/7/21 16:23

Reglas del deporte que se pueden aplicar a este tema:

  • Si usa bate corto, péguese bien a home, y choque con la bola, no hace falta batear a lo profundo.
  • No hale la bola, diríjala hacia la zona por donde le pitchean.
  • Aprenda a coger señas.
  • Métase en conteo, no se vaya con la primera bola.
  • Concéntrese en el juego.
  • No se deje cantar el tercero.
  • Amague el toque y batee por detrás del corredor.

puntualita91
 8/7/21 14:28

!!!!!Qué fuerte, tú!!!  Yo creo que el barco es importante, pero si el timonel no sabe usarlo no sirve de nada, más bien causa inflamación pélvica y obstine, y si es así... !tumbando!  Igual no soy de las que mira la portañuela o el zapato primero. Yo prefiero que me conquisten con labia, con miradas, y si me cuadra, avanzo. Lo otro es trivial para muchas mujeres y hombres de mi generación. 

Katty
 8/7/21 12:48

Pues soy fiel a ese argo popular "Lo importa no es el tamaño del barco sino el movimiento de las olas". El hombre perfecto con todas las cualidades físicas no existe , o por lo menos no me lo he tropezado. No es cuestión de la herramienta sino de saberla usar, influyen factores más importantes como los que mencionaba Milo que el tamaño....digo yo jajaja

RONY9
 8/7/21 12:19

Por desgracia este es un tema bastante recurrente en la vida sexual de los hombres, donde una buena parte y digo buena parte expresada en número no está muy de acuerdo con lo que la natura le dió, que pasa q en muchas ocasiones sucede que son las féminas las que montan la duda en la mente de los hombres, pues durante la adolescencia te topas con conversaciones de jovencitas sobre este tema que entre ellas es bastante recurrente valga la redundancia, y las escuchas comentar a la amiga de turno que si fulanito la tiene así, que si menganito asao, que si a mi me gusta de tal o mas cual tamaño, que si caballo grande ande o no ande, como si fueran hacer algo con un caballo grande que no galopa, de madre, las escuchas decirte a las mas osadas que hay no vive nadie, que lo si tienes un pelly, en fin diversos adjetivos para de alguna manera minimizarte ya sea jocosamente o en serio, en fin estas son de las tantas causas de las cuales se nutren y crecen este tipo digamoslo de alguna manera inseguridades en nosotros los hombres, que conste me incluyo porque para ser sincero no estoy muy alegre con lo que me toco, aunque ninguna pareja hasta ahora al menos en mi cara se ha quejado, pero siento personalmente que en ese sentido hubiese querido algo mas, aunque clasifico en la media definida de los expertos que ronda entre los 14 a los 16 centímetros mas o menos si mal no recuerdo en unos escritos que leí hace algunos años, aunque la media puede variar según la región del planeta, la raza y demás, pero bueno nada, lo que hay que hacer es combatir con el fusil que nos dieron, pues ese si no se puede cambiar y hay que morir con él y librar todas las batallas si o sí, no hay de otra, jjjjjjjjjjjjj, candela, tremendo tema Mile, muy sensible para el ego masculino, jjjjjjjjjjjjjj.

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