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viernes, 22 de noviembre de 2024

El perfume de cada cuerpo

Cada cuerpo segrega un olor único… sin embargo hasta hoy no se ha podido determinar si existen “aromas” humanos capaces de despertar los instintos más primitivos y naturales de quienes nos rodean...

Mayte María Jiménez
en Exclusivo 02/11/2012
1 comentarios
pareja olor
El aroma de nuestra pareja puede ser estimulante a un nivel subconsciente.

Se dice que la nariz humana puede detectar nada más y nada menos que unos 10 000 olores distintos, y para ello requiere cerca de 400 genes funcionales, muchos más de los que necesita el organismo para cualquier otra función.

Tal vez por eso cada ser humano tiene un “aroma” que le caracteriza y le identifica, así como lo hacen sus huellas dactilares o su ADN. Esta composición del más exclusivo de los “perfumes” puede estar relacionada con las variaciones reproductivas, el sexo y la edad.

Sin embargo, aunque desde que hace más de 50 años se acuñó el término de feromona para definir a aquellas sustancias químicas secretadas por los seres vivos, y captadas a través de los olores o la percepción olfativa, con el fin de provocar comportamientos específicos en otros individuos, aún no se sabe a ciencia cierta si hay olores humanos que pueden despertar los instintos subconscientes más primitivos de quienes nos rodean.

Según señalan las investigaciones, cada olor activa múltiples receptores del sistema olfativo y ese patrón produce señales químicas que el cerebro puede reconocer como un aroma en particular, y le indica una actitud determinada.

Si bien se sabe que los insectos y los animales responden automáticamente a las sustancias químicas dejadas por sus congéneres e incluso algunos tienen un órgano especial dedicado a ello, los científicos no han podido hallar los componentes responsables de ese fuerte efecto psicológico en los humanos.

Hay estudiosos que sostienen que nunca encontremos una “feromona humana”, con tales funciones, pues nuestra libertad para elegir se interpone en el camino de la “atracción” y no se puede identificar si existen solo señales químicas que pueden influenciar el comportamiento del hombre y la mujer.

No obstante, uno de los casos más ilustrativos de la posible existencia de las feromonas humanas es la frecuencia con que mujeres que viven cerca durante un tiempo acaban sincronizando su ciclo menstrual.

Ello fue sugerido por primera vez a principios de los años 70 por Martha McClintock, de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos. Para finales de los 90 se decía que había encontrado evidencias que apoyaban su hipótesis, aunque fue incapaz de determinar la sustancia química que tenía ese efecto específico.

A partir de entonces se generaron disímiles cuestionamientos. Algunos de ellos sostenían que si fuera posible interferir de verdad en las hormonas femeninas de esta manera y afectar el ciclo menstrual de las mujeres, se podría crear un anticonceptivo para inhalar.

PARA OLERTE MEJOR

Sin dudas, una de las relaciones comprobadas entre los olores y las actitudes humanas es el miedo, con la expulsión de adrenalina, un comportamiento que sucede como respuesta de los animales, y tiene un equivalente humano.

Lo cierto es que las teorías van a las experiencias más diversas. Recientemente un estudio aseguraba que el olor que emana de una mujer que amamanta aumenta el deseo sexual de las otras féminas, o sea, que funciona como un estímulo para que las demás se motiven a la reproducción.

En un intento por aclarar o entender un poco la lógica de este pensamiento se dijo que ello podría deberse al hecho de que en las primeras comunidades humanas tenía sentido tener a los hijos al mismo tiempo.

No obstante, la mayoría de las investigaciones se han centrado en dos sustancias. Por una parte está la llamada androstadienone, que se encuentra principalmente en el sudor masculino; y por otra, el estratetraenol, la cual se halla en la orina de las féminas.

Algunos estudios han mostrado que la primera puede enviar señales al cerebro de las mujeres, aunque no está claro si ello modifica su comportamiento frente a los varones; y viceversa.

El sentido del olfato funciona de forma distinta en cada uno, por lo que es indiscutible que el olfato desempeña un rol importante en las relaciones sexuales, incluso desde antes del cortejo.

En los humanos se ha evidenciado también cierto efecto conductual de los olores, concretamente en la conducta de emparejamiento, y sobre todo en el caso de la mujer, que parece ser más sensible a gran variedad de olores y sustancias, especialmente en la etapa fértil del ciclo menstrual.

El olor corporal puede proporcionar información sobre el sistema inmunitario del individuo, llevando a la elección preferente de compañeros con un patrón diferente al propio, o similar a lo que tienen concebido como ideal.

Un caso clarificador es el de cierta secta endógama estadounidense, en la cual las coincidencias en las parejas son menores que las esperadas por emparejamientos al azar.

Los experimentos indican que tanto hombres como mujeres muestran preferencia por olores axilares de individuos con patrones de histocompatibilidad diferentes al propio.

Pero esto no indica necesariamente un efecto directo de ciertas sustancias sobre la conducta, pues dicha preferencia puede ser explicada por una comparación entre el olor propio y el ajeno.

Además, los olores que desprendemos son distintos según la parte del cuerpo en cuestión: el pelo, el aliento, las axilas, los genitales, los pies... y ese “aroma” emanado por alguna de estas zonas puede resultar atractivo para uno u otros.

La ciencia indica que aún es difícil saber si los olores que emanamos y que nos pueden resultar atractivos van a resultar seductores a nuestro objeto de deseo.

Independientemente de que se pueda percibir el olor de las feromonas, el cerebro humano detecta aromas, olores y esencias que aumentan o disminuyen la atracción de una persona a otra. Como en tantas otras cuestiones, para los olores hay gustos de todos los tipos…


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Mayte María Jiménez

Periodista del Diario Juventud Rebelde y editora del Suplemento En Red, dedicado a Ciencia, Salud, Tecnología y Medio Ambiente. Aborda temáticas relacionadas con juventud, sociedad, salud, ciencia, economía y otros tópicos de la actualidad nacional de Cuba. Coautora del libro Periodismo incómodo: la cuadratura del círculo, de la Editora Abril

Se han publicado 1 comentarios


zeanjana
 29/10/18 5:53

de olores.... hace años tuve un compañero de trabajo que descubría mis días más fértiles... la primera vez que me lo mencioné fue un disparo a quemarropa: estás ruina, se te huele. Aquella vez sentí mi orgullo propio herido. Hoy que nos conocemos más: sí, ya he aprendido a olerme y sé cuando estoy ruina, jajaja Vaya, qué frase, pero es real, me cambian hasta los sabores. Amo todos los olores, y mis olores... adoro el de las plumerias: convierto instantáneamente en mi amig@ a quien me regale una postura de Plumeria para sembrarla en mi jardín.

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