Hace un par de semanas les prometí una crónica a dos amigas del grupo Senti2, en WhatsApp. Una de ellas anda buscando el amor ideal en múltiples corazones y brazos musculosos. La otra siente que encontró a esa persona que es su “todo”, pero no está en Cuba, y con este asunto de la pandemia teme que la distancia física dañe la cercanía emocional.
Mientras desgranaban sus aflicciones en el grupo, yo pensaba en lo irónica que puede ser la vida. Como una moneda que decide caer de canto y no para de girar, privándote de observar sus detalles. O mejor aún: mezclándolos en tu percepción de un fenómeno que en realidad es multidimensional, pero nos aferramos al cara o cruz para justificar osadías porque no nos enseñan a conjugar amor con raciocinio.
Las historias de Mía y Yari, en apariencia opuestas, tienen la misma raíz: depositar en otros la expectativa de construirse una felicidad que debería nacer de sus propias acciones.
Son mujeres hermosas, física y espiritualmente, y tienen todo para bastarse a sí mismas. Sin embargo, aún no se permiten disfrutar esa plenitud porque creen que su realización depende de la admiración cautiva de una pareja, debidamente expresada y demostrada a diario para cubrir sus inseguridades.
Además del debate en el grupo, tengo mi propia estela de relatos “mágicos” que pudieran dar fe de las trampas a que suele llevarnos esa búsqueda del amor ideal sostenido en el tiempo, sin cambios ni estaciones.
Digamos que colecciono romances con hombres nacidos en primavera: un pequeño rebaño de Aries testarudos y seductores, que pusieron mi mundo de cabeza mientras lo permití, y aunque ya superé esa fase de escudriñar patrones, estos días de abril siempre levantan olas de nostálgicos pensamientos.
¿Cuánto tiempo tarda una persona en quitarse de los ojos ese velo? ¿En qué momento se deja de buscar la maravilla fabricada por otros, y se comienza a destinar confianza y energía a mejorar la propia existencia, meta bastante ardua de por sí?
No son los palos de la vida los que propician ese cambio de mirada: hay gente que ha sufrido de todo y sigue errando en sus elecciones, o creyendo en mitos como el de la media naranja, cuya falacia no cesa de inspirar novelones.
No es la edad, porque conozco adolescentes maduros, con conceptos muy claros, que saben escuchar a su corazón sin soltarle las riendas y se esfuerzan en labrarse un camino con capacidad para dos, sin que sea un requisito indispensable.
Tampoco creo que la suerte o el capricho divino tengan la última palabra en esa epifanía, y los libros ayudan, ciertamente, pero depende de cuáles y desde qué paradigmas te acercas a ellos, porque una mente cargada de estereotipos es como un estadio lleno de fanáticos.
¿Quién no se angustió alguna vez por dominar las claves de la pareja perfecta y saber cuáles crisis aceptar o evadir en sus relaciones? ¡Tanto se ha pensado y penado por esos asuntos! Hay desde tratados antiquísimos hasta aplicaciones en móviles para clasificar personalidades, identificar coincidencias y estimar estadísticas sobre la correlación erótica y de convivencia con tus potenciales contactos.
Hay respuestas en la Cábala y en la Teoría de la Complejidad. Hay rutas en las estrellas y en páginas para citas virtuales. Hay predicciones astrológicas y estudios del ADN que aportan indicadores sobre compatibilidad biológica y/o energética. Hay miles, millones de pistas que sí le funcionaron a alguien alguna vez, y eso inspira, alimenta ilusiones, te mueve a explorar alternativas o te aferra a fantasmas esquemáticos que rara vez funcionan, y rara vez por mucho tiempo.
Pero sí: hay también un je ne sais quoi en esa aventura de encontrar personas que pudieran acompañarte toda la vida, o al menos una parte de ella, sin agobiarles con la tarea de nutrir tu estabilidad emocional o llenar tus vacíos vivenciales.
Hay un misterio que impulsa a mirar en la dirección oportuna en el momento preciso, y pone palabras en tu boca que apenas escuchabas en tu alma, obcecada en repetir recetas ajenas.
Hay tropiezos que desvían tus rutinas para hacer que coincidas con alguien que pondrá a prueba tu mapa del amor (lo estés buscando o no), ya sea en una esquina de la ciudad o en internet, en una carretera o a la orilla del mar.
¿Y qué tal si en vez de apostarlo todo a escudriñar ofertas en el mercado de los sentimientos, te decides a penetrar en tu propia alma para despojarla de miedos y patrones?
¿Qué tal si tejes para ti el idilio que quisieras compartir con otro, y afinas las cuerdas de una vida amorosa, confiando en que resonarán cuando perciban la cercanía de un ser en condiciones de aportar a esa experiencia, traiga o no el sello que describen los manuales, esté cerca o lejos, siempre que esté listo para crecer contigo, por mucho o poco tiempo?
Octopus
21/4/21 13:46
Cada cual en su escala sentimental de vida va nutriendose de las experiencias que acumula, desea y disfruta, sean positivas o negativas, pero es muy cierto que estas experiencias muchas veces están determinadas por patrones,esquemas y tabues que al principio se nos inculcan en el propio crecimiento, pero que luego depende de cada cual admitir y asimilar. Pienso que lo mejor es ir conociendo qué nos hace felíz, qué nos asusta, qué nos motiva...aunque el entorno, o la sociedad nos quieran imponer, realmente la felicidad sale de nosotros mismos y en consecuencia a ello es que podemos actuar. Creo que no es saludable establecernos esquemas en cuanto a especificidades físicas o factores económico-sociales de la pareja que soñamos o anhelamos. Las Mujeres en General tiene tantas cualidades y detalles en toda su expresión, que sería absurdo encasillarlas, sobre todo porque al ser tan inmensas y versatiles, nunca encontrarás la que se adecue a tus gustos y preferencias al 100 % y por otro lado tendras muchas que cumpliran una buena parte de ellas. Entonces sólo queda disfrutar cada etapa, cada vivencia, enriquecernos espiritualmente y aceptar que la felicidad no es el fin, sino todo el camino!. Gracias
Yari
16/4/21 9:54
Milo después de varios inconvenientes tecnológicos hoy por fin logro leer este artículo. No sabía, cuando lo sugeriste, que hablaría de las situaciones de Mía y yo, jajaja. Me pareció ante todo muy oportuno, así que creo que por algo la vida quiso que lo leyera hoy. No sabes lo bien que me ha hecho leerlo, porque una sabe que primero hay que quererse a sí misma, pero a veces se ignora u olvida. Creo que cuando me valore a mi misma y me sienta a gusto con lo que soy sabré lo que realmente quiero en la vida, sin renunciar a encontrar un amor con una buena espalda y muy apasionado. Gracias por tus consejos Milo.
Nelson
12/4/21 14:26
El tema de amor...es algo muy complejo y muy difícil de explicar. En lo personal me quedo con el comentario de Cleopatra, vivo mi vida, paso mi tiempo libre con mi hijo, mi fútbol, mis juegos de PC, etc. Me atiendo y sí, suena raro pero tengo pareja. Pero también me quedo con estas líneas:
Hay un misterio que impulsa a mirar en la dirección oportuna en el momento preciso, y pone palabras en tu boca que apenas escuchabas en tu alma, obcecada en repetir recetas ajenas.
Hay tropiezos que desvían tus rutinas para hacer que coincidas con alguien que pondrá a prueba tu mapa del amor (lo estés buscando o no), ya sea en una esquina de la ciudad o en internet, en una carretera o a la orilla del mar.
Tomo de la vida lo que me hace sentir vivo y puedo llegar a alcanzar...siempre cuidandome de no hacer daño. La belleza en la mujer para mi es infinita. Quizás no gusten mis palabras a algunos, pero así lo veo.
Elio Antonio
10/4/21 10:11
Hola, Quiero sumarme al grupo de WhatsApp. Saludos #DesdeGuantánamo ;-)
LiaVida
9/4/21 15:03
Este final es la clave:
¿Qué tal si tejes para ti el idilio que quisieras compartir con otro, y afinas las cuerdas de una vida amorosa, confiando en que resonarán cuando perciban la cercanía de un ser en condiciones de aportar a esa experiencia, traiga o no el sello que describen los manuales, esté cerca o lejos, siempre que esté listo para crecer contigo, por mucho o poco tiempo?
Lo importante no es de donde vino, ni como, ni cuando llega, ni el tiempo que dure, si están distantes o cerca, si trascienden o no la pantalla de un teléfono, lo mágico está en cuanto llegas a crecer, cuanto llegas a nutrirte, y si acaba, cuanto llenó ese tiempo de acompañamiento, el amor trasciende todos los limites cuando es de verdad, y su fortaleza depende de infinidades de factores que le aportan más o menos estabilidad en su duración, aunque amor bien vivido no entiende de tiempos.
cleopatra
9/4/21 9:30
Hace tiempo que deje de creer que una persona pudiera dar esa felicidad que buscamos en los demás en vez de tratar de ser feliz con nosotros mismos primero y después encontrar una persona para vivir en pareja. Pero creo que mientras no te mires tu mismo y descubras tus propios miedos o placeres estaras siempre buscando algo que a lo mejor llega o pasas la vida buscándolo y nunca aparece. Por eso yo Soy feliz conmigo misma. y mi pareja tiene que aceptar mis condiciones y asi llevar la vida lo mejor posible. Sobre la distancia eso es irrelevante a veces estamos cerca de alguien y en realidad está fisicamente pero no en los temas sobre el amor está a mil años luz. Saludos a todos los del grupo de WhatsApp. Los extraño y se que me extrañan algunos....
Amore
8/4/21 16:08
Las relaciones a distancia para mi son un fracaso y lo digo por expriencia propia. Al principio todo es muy lindo pero al final casi todas terminan, claro que siempre hay sus excepciones pero son muy pocas. El roce hace el cariño y por mucho a través de una pantalla no es lo mismo. En fin... que yo no me pienso arriesgar nunca más en esa aventura... Saludos a tod@s.
Términos y condiciones
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.