//

miércoles, 30 de octubre de 2024

Eu sei que vou te amar…

¿Será eterno el primer amor?...

Mileyda Menéndez Dávila
en Exclusivo 28/04/2022
4 comentarios
Intimidades-28 de abril-2022
Recordar es volver a vivir. (Jorge Sánchez Armas / Cubahora)

Eu sei que vou te amar… / Por toda a minha vida eu vou te amar…/ Em cada despedida / eu vou te amar…

Por años creí que esa canción era del brasileño Vinicius de Morais porque en su voz la escuché por primera vez en Praga. Luego supe que su coterráneo Tom Jobim había participado en la composición, y descubrí el maravilloso empaste entre ambos.

El portugués es mi segundo idioma favorito, aunque no lo haya estudiado formalmente. Hay algo tierno en su fonética, algo íntimo, conmovedor… Me enamoré de su cadencia desde que mis amigos guineanos de la universidad intentaron seducirme con sus libros. Yo rechazaba sus requiebros, pero me fascinaba la miel de sus palabras y volvía por más, aunque a mis amigas les pareciera infiel porque todos sabían que ya estaba casada.

En mi primer abril europeo me acerqué a la versión brasileña de esa lengua en casetes de amigos latinos. Mi español también se enriquecía con el peculiar modo de hablar de argentinos, nicaragüenses, europeos, africanos… pero en casa me aprendía las canciones de Vinicius y leía a Jorge Amado en su lengua natal para acercarme a esas maneras tan suyas de narrar y vivir romances con la fuerza arrasadora de la naturaleza.

Para la segunda primavera lejos de casa ya chillaba tonadas tristes y sambas alucinantes mientras pasaba la aspiradora por el apartamento, o improvisaba versos en portuñol mientras pedaleaba por un bosquecillo en el oeste de la ciudad, camino a la oficina, donde el inglés y el checo me aterrizaban en otra fría y hosca realidad.

Desesperadamente / eu sei que vou te amar… / E cada verso meu será / pra te dizer / que eu sei que vou te amar / por toda a minha vida…

Esa certeza de que perdería a la persona amada se deslizaba en mi espíritu una y otra vez. Incluso en su mejor momento, intuía que aquel amor no sería inmortal —posto que é fogo, como decía Vinicius— y aun así lo sospechaba eterno, como un patrón de pruebas para futuras historias del corazón.

 ¿Epifanía quizá? Muchos poemas anticiparon esa ruptura, y mucho de lo que escribí después para otros destinarios reflejó la angustia de sobrevivir a aquel primero duelo, que aprendí a disfrutar como benévolos vestigios de febriles pasiones.

Igual crecí, amé de nuevo, seguí pedaleando senderos, descubrí nuevas formas de ganar y perder… Puedo decir que he sido feliz sola y acompañada, a pesar de esa sensación de eternidad que no se disipa, tal vez porque elegí no corromperla con intentos baldíos y respeté su integridad en el recuerdo.

Alguien afirmó que solo la primera vez nos enamoramos de la persona en sí misma: en las siguientes historias nos cautiva la espiral del amor en abstracto, no importa quién lo inspire.  Nos fascina lo que sentimos y hacemos en esa etapa de ebriedad neuroquímica y mareas vibrantes en la piel. El exorcismo ante la soledad emocional. El orgullo de inspirar nuevos ardores…

Tal vez por eso se vivencian las siguientes rupturas como ecos de la primera frustración. Como pasajes de una historia que se niega a cerrar. Una ilusión que cambia su ropaje y mantiene su esencia de rampa hacia el abismo.  

Eu sei que vou chorar / A cada ausência tua eu vou chorar, / Mas cada volta tua há de apagar/ O que essa ausência tua me causou…
!Cuánto lloré la tarde en que unas cartas de mujer me confirmaron el destino de aquel amor adolescente! ¡Cuánto lloró él cuando descubrió los poemas con los que intenté arrancarme la humillación de esa jornada! Eran versos rabiosos, pesimistas, literaria y literalmente malos. Tanto que al otro día decidí esconderlos junto a sus cartas profanas y las mías, que tampoco estaba libre de pecado a esas alturas.

De algún modo intuía que aquello iba a pasar, que era una prueba natural en la que ambos caeríamos, porque el ambiente y el estilo de vida lo propiciaban y porque la fidelidad es un concepto demasiado estrecho para explicar lo que une o repele a las almas intensas.

Tiempo después él encontró el legajo de papeles proscritos y decidió quemarlos, como si la metáfora del fuego pudiera frenar el desencuentro, materializado un par de años después, dejándome por varios lustros la incómoda adicción de buscarle en otros hombres, aun creyendo que no habría nadie como él.

 Eu sei que vou sofrer / a eterna desventura de viver / a espera de viver ao lado teu / por toda a minha vida…

Dejé de compadecerme por mis pérdidas la tarde en que una señora que me doblaba la edad me confesó que nunca había amado y eso la entristecía. Había vivido mucho, sí: tuvo parejas, hijos, peleas, alegrías… pero nunca el amor de las canciones.

Esa noche rescaté el viejo casete, lo oí de un tirón más de una vez y decidí dejar de juzgarme por lo que fue o no pudo ser a lo largo de los años, y agradecí de corazón las tantas oportunidades en que el amor tocó a mi puerta y fui capaz de dialogar con él en todos los idiomas y melodías que conozco.

Esa noche dormí con otro estribillo de Vinicius resonando en mi almohada: Porque tu foste pra mim, meu amor, como um dia de sol


Compartir

Mileyda Menéndez Dávila

Fiel defensora del sexo con sentido...

Se han publicado 4 comentarios


Marcelo
 29/4/22 17:17

muy buena esta crónica, agradezco esta sinceridad de la periodista y aplaudo al autor de la caricatura, que la apoya en refrescar estos recuerdos para el bien de quienes leemos cada semana esta sección. Se extrañan los debates acá abajo, que eran parte del valor sentimental de Intimidades, y no todos podemos estar en los grupos de telegram o whapsap. me sobran ganas, pero no me da la cuenta.

amanda
 2/5/22 10:11

!Coincido contigo! Yo he disfrutado por años de este espacio y otros blog de Cubahora, pero los leo en mi trabajo, no tengo como entrar a los grupos en que debaten, y extraño a los personajes que contaban por acá sus historias y los reportes de los encuentros en la habana, como la ruta de los olores. Yo soy de Bayamo, trabajo en un policlinico y llego los viernes a leer bien temprano porque los jueves tengo que dar clases en otro centro. Sobre la historia de hoy, gracias a ambos por este recuerdo, yo tengo un amor así que sé que voy a amar por toda mi vida, aunque solo pueda verlo cada tanto y sobre todo de lejos, pero eso me compensa, no sé explicarlo pero me hace feliz verlo y se que a él también, pero somos cobardes para unirnos, tenemos miedo de que la realidad no supere a la ficción.

20
Almir
 28/4/22 17:08

Me encantó la crónica de hoy.

Natasha
 28/4/22 7:51

Gracias, periodista! También amo a Vinicius y también tuve un amor así! Ahora está muy lejos, siguió a su corazón en otros cielos, pero cuando viene a Cuba revivimos la historia donde quedó la primera vez. Es triste y afortunado a la vez.

Deja tu comentario

Condición de protección de datos