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sábado, 23 de noviembre de 2024

Memories

Y qué son, sino recuerdos, los tropiezos de ayer…

Mileyda Menéndez Dávila
en Exclusivo 14/11/2023
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Intimidades14 de noviembre, 2023
No necesito sumergirme en falacias para olvidar lo que no fue Jorge Sánchez Armas. (Jorge Sánchez Armas / Cubahora)

Noche. / El silencio me llena / de recuerdos, de penas, /de nostalgia de ayer… / Estoy sola, me envuelve una fría luz de gas, / con el viento / y nadie más…

La música llega de la calle. Alguien pasa con el teléfono a todo dar, pero esta vez mi mente no se queja: gime de saudade por el sonido inconfundible de un hit de mi adolescencia. Placeres y nostalgias se entremezclan y mis manos quedan quietas por un rato, mientras el tiempo pierde su ilusoria dimensión.

No es la original Memory cantada por Bárbara Strainssed, pero es hermosa esta versión castellana de Paloma San Basilio. El intruso se aleja de mi ventana y sin pensarlo gugleo la pieza para escucharla de principio a fin. A menos volumen, claro, porque son más de las tres de la mañana y el resto de los inquilinos duermen.

Veo en la luz de la luna / esos viejos paisajes de mi vida de ayer, / y recuerdo caricias que no fueron amor, / un poema y una flor…

¡Cuánta verdad detrás de esos versos! Es fácil confundir emociones cuando te invaden deseos fatuos, de joven y a cualquier edad. De tanto escuchar sobre el amor nos urge vivirlo así, a lo grande, y cualquier atisbo de interés parece auténtica pasión vinculante.

¿Y acaso está mal? Para nada… sólo procura que sea lindo mientras dure y se disfrute. Lo que no tiene sentido es llorar su fin, como no lloras con los créditos de tu película favorita. Ni estirar lo que no tiene ya valor, de aprendizaje o de uso.

A menos que tu mente sea tan posesiva que realmente leas todos los créditos, hasta la letra pequeñita, con tal de prorrogar la despedida de lo que es solo una ficción y tú lo sabes, porque todos nacemos con intuición de sobra para identificar ese clic del amor real.

Luces / que iluminen mi vida, / resplandor de un mañana / que me ayude a olvidar. / Los recuerdos son sombras que no puedo borrar, / ni olvidarme / de llorar…

Memorias, recuerdos, trozos de ayer inconfundibles, aunque tiendan a entremezclarse por complacer nuestro afán de soñar un pasado mejor (o peor, según tu grado natural de masoquismo). ¿Qué seríamos sin estos atisbos de nostalgia, sin esos hilos para unir nuestros días en un continuo morir y trascender?

Cada noche como hoy / mi alma va suplicante. / Voy buscando, calle arriba andando, el día que amanece…

Vuelvo a mi faena nocturna de editar noticias lejanas sin descuidar los sonidos de la gente que amo, por si necesitaran una ayuda trasnochada. El resto es silencio: los gatos, la lluvia, la brisa de la bahía, las hojas de los árboles, el agua cayendo en los tanques elevados… Todo es silencio, porque así somos de virtuosos los humanos: lo que no duele o importa de momento, lo acallamos.  
Vuelve, / se oscurece mi alma, y el ocaso se lleva / la esperanza de amar. / Si amanece, / se irán a perder con mi dolor / los recuerdos hacia el mar…

¿Era este el mañana soñado cuando me desvelaba de joven y salía del lecho para escuchar música o caminar? Quiero pensar que sí, al menos en parte. Hay tanto que quedó en el camino… pero la esencia de mis sueños sigue conmigo: trabajo en lo que me gusta, vivo con un hombre al que amo, soy una hija y una madre presente, pero sin imposiciones ni chantajes…

La lista de privilegios es larga, si me detengo a ver: estoy en el lugar de este planeta que elegí como mío; descubrí a tiempo mis talentos y los uso en función de los demás; tengo una sana dosis de gratitud hacia lo que me hacen, bueno o malo, sin dejar que esas acciones me endeuden o definan…

Incluso estoy en paz con mis recuerdos, porque aprendí de mis errores y no lamento aquello que ya no puede ser. No necesito sumergirme en falacias para olvidar lo que no fue, y si llega a mi mente un trocito de pasado, me enfoco en lo que sentí en ese momento: su intensidad, más que su consecuencia; su lección para hoy en términos de ciclos naturales.   
Nubes que iluminen mi vida, / resplandor de un mañana /
que me ayude a olvidar…

Otra vez escucho a la Paloma. Busco dos, tres videos distintos de la misma canción. La voz, el ritmo, la letra se sostienen, aunque sus gestos cambien con el paso de los años.

Los recuerdos / son sombras que no puedo borrar, / ni olvidarme / de llorar…

Pero está bien, porque recordar es eso: convocar versiones de tu alma, mirarte más allá de lo que fue o será, (re)conocerte, (re)inventarte, aligerar los sueños… como quien mira atrás en la colina y entiende los tropiezos que en su momento no podía eludir.

Midnight. / Not a sound from the pavement, has the moon lost her memory. / She is smiling alone…


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Mileyda Menéndez Dávila

Fiel defensora del sexo con sentido...


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