Acabo de salir de mi séptimo retiro de silencio con la fundación El Arte de Vivir y ya doy como ciencia constituida que cuando la gente no puede hablar del tiempo o los precios ni andar buceando en las redes, lo primero que le viene a la mente para entretenerse es el sexo.
Aclaro: en los retiros no se practica sexo (no en estos a los que voy, al menos), pero se puede preguntar al instructor de cualquier tema humano o divino, y por lo general, de cinco papelitos que llegan a la canasta uno o dos tratan sobre obsesiones con el sexo, o dudas sobre identidad de género, problemas con la pareja y la familia, falta de cariño, exceso de receptividad…
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Como los instructores son muy simpáticos y tienen tremenda tabla, suelen abordar o esquivar con elegancia esas trabas en el camino de la espiritualidad (¡a estas alturas!) de algunos recién iniciados en el yoga.
Algunos y algunas, aclaro, porque esta vez éramos 36 en el curso, pero cuando se leyó la pregunta sobre cuánto sexo es demasiado sexo, la mayoría de las mujeres miraron a uno de los tres varones, el más joven, quien se puso de un rojo sonriente que lo hacía parecer el candidato perfecto, y en su compromiso de mantenerse callado los tres días no se defendió de tan estereotipada inculpación.
Yo casi puedo jurar que no era él porque en los viajes de ida y vuelta suelo cogerle botella, y entre baches y lomas hablamos de ese aspecto de la vida con mucha naturalidad y sé que no le era nada reconocerlo si las dudas fuesen suyas.
¿Quién fue entonces, ah? ¿Y quién preguntó por la energía masculina y femenina, o Shiva/Shatki? ¿O quién hizo reír al invitado con la idea de amar a dos personas a la vez?
(Por cierto, su respuesta a esta última fue: “¿Por qué solo a dos?, si somos en esencia amor, deberíamos amar a todos y todo por igual…”. Verídico y conmovedor).
Los papelitos eran anónimos, así que nadie podía saber su origen. O casi nadie, porque mi mente libre ante mi boca sellada (por el curso y por la ética de la consejería) se dispuso con picardía a estimar posibles sospechosas (descarté a los otros dos varones por pura diversión, lo confieso).
Con la lista de edades fresca en memoria, la vista de todas las espaldas o perfiles del salón y cierto conocimiento de las más veteranas en el grupo, era fácil descartar muchas candidatas y priorizar otras, cuya risita era algo más nerviosa que juguetona ante cada jarana del interrogado…
Pero no: no llegué a conclusiones. Terminaron las preguntas y nuestro guía nos propuso disfrutar del conocimiento del gurú de la fundación, Sri Sri Ravi Shankar, quien en un oportuno video abordó esos asuntos del cuerpo y el alma con mucha profundidad y aportó muy dulces consejos ante un grupo variopinto como el nuestro en un curso parecido, pero en otra latitud y años atrás (que no solo en el Caribe el tema pica cuando la lengua toma un descanso).
Guruji, como le decimos millones de estudiantes en más de 160 países, habla a cada rato sobre sensualidad y espiritualidad desde la ciencia del cuerpo y de la psiquis, el conocimiento védico y su intuición de persona feliz. (¡Búscalo en internet! O si prefieres, escríbeme al 52164148 y te cuento de los cursos de la fundación y la membresía en Cuba).
Recuerdo que una vez le pidieron una fórmula para hacer durar un matrimonio y muy relajado con la obviedad de su celibato respondió: “¡¡¡I don´t not!!!”… Pero luego de las risotadas compartió magníficos consejos que me motivaron a escribir una página de Sexo sentido en JR, tiempo atrás.
De estos tres días recuerdo vívidamente dos sugerencias del maestro que siempre usamos en los talleres de Senti2: si tienes conflictos con tu sensualidad, ¡baila!, y ¡respira! El propósito de la vida es ser feliz, y danzar equilibra tus chakras, incluso el segundo, centro del erotismo y la creatividad.
- Consulte además: Respirar en colores
También invitó a ver el sexo dentro de la espiritualidad, porque es parte de la naturaleza y porque todo lo que excluyas de ese campo sutil de tu existencia se vuelve tentación y te tironea hacia fuera de tu centro.
Por tanto, sé natural y elévate más allá de tu condición sexuada: en lugar de reprimirla, hónrala, decía el maestro, y en muchas caritas noté asombro y contradicción…
Eso me confirmó la utilidad de nuestros espacios educativos, virtuales y presenciales, para amigarnos con los instintos, refinarlos y alcanzar la plenitud, pues sólo quien se siente incompleto hace del eros una rutinaria obsesión y ninguna experiencia puramente corporal podrá saciar su avidez.
Y si empecé septiembre en silencio, no me es nada despedirlo hablando mucho, así que el sábado 28 a partir de las 2:00 p.m. los espero en la Plaza Vieja para la pospuesta Ruta de los Sentidos por la calle Mercaderes, para conocer la historia de nuestra sexualidad en una experiencia única… ¿Se animan?
Justicia
10/10/24 19:00
Buenas me dirijo a usted por la situación del gas en Habana del este ,Alamar dónde la cola de la zona 8 tiene dueños :los "supuestos mensajeros" que no se saben si tienen los papeles y las personas que reparten tickets, por lo que el grueso de la población no alcanza ,sólo entran aproximadamente 200 y alcanzan 33 o 38 personas de la cola , porque una parte de las balitas se desaparece y se conoce que en el horario de la noche los mismos trabajadores del punto de venta por la libreta te la venden entre $1500 o $2000, he tratado de escribir a la empresa cubana del gas pero no doy con la página o el lugar ideal, se necesita a lo mejor un reportaje donde se hable de esta situación porque esto es inhumano
Ana Cecilia Hardy Medina
10/9/24 21:05
Me encanto tu artículo. Lo considere muy sugerente. Y aunque muchos no lo expresa a todos nos interesa el tema de la sexualidad. Me ánimo para participar el día 28septiembre en ese recorrido. Bendiciones querida Mileyda. Un fuerte abrazo
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