Aunque siempre se habla de la menopausia como la etapa crítica de cambios en la edad avanzada de la adultez de una mujer, antes de llegar a este período las féminas experimentan diversos cambios en su organismo que responden a la premenopausia, definida por la Organización Mundial de la Salud como una época de transición en la que comienzan los eventos endocrinológicos, biológicos y clínicos de cercanía a la menopausia.
Durante este tiempo pueden experimentar signos o sensaciones que no han tenido nunca, y que desaparecerán en cierto momento durante la menopausia. Los llamados acaloramientos repentinos son uno de los primeros y más comunes síntomas de la premenopausia.
La mujer vive una sensación repentina de calor intenso que sube por todo el cuerpo y que provoca que se sonroje, y sude intensamente. Según las investigaciones realizadas, se estima que más del 50 por ciento de las mujeres sufren estos “bochornos” durante la premenopausia y la menopausia.
Estos cambios bruscos de temperatura pueden llegar a tener una duración de un minuto a 30 minutos o más, y pueden ocurrir tanto en el día como en la noche, además, algunas veces llegan a causar molestias durante el sueño.
Como consecuencia de esos ataques de calor, las féminas pueden empezar a experimentar dificultad para dormir, menstruaciones irregulares, falta de deseo sexual, ansiedad, resequedad vaginal.
Se dice que factores como el tabaquismo pueden acelerar este proceso. El tabaco está asociado a efectos antiestrogénicos, y se ha comprobado que en las fumadoras es significativamente mayor la incidencia de la menopausia precoz, hasta tres años antes del tiempo habitual.
Además, el consumo de cigarrillos agrava el riesgo de adquirir enfermedades por deficiencia de estrógeno, como osteoporosis fisiológica, y se genera mayor peligro de fracturas óseas, tanto vertebrales como del hueso fémur.
UNA ETAPA DIFERENTE
Durante esta etapa la sexualidad también sufre modificaciones, especialmente en la menopausia y en la posmenopausia. Entonces se experimenta una disminución del deseo sexual: la actividad sexual, orgasmo y frecuencia de relaciones en mujeres de entre 45 y 55 años de edad es cada vez menor.
Sin embargo, pueden verse también féminas que llegan a la edad de la menopausia con una función reproductiva cumplida, y antecedentes de una vida sexual buena, con deseos sexuales presentes y a veces exacerbados, por la desaparición del temor a un embarazo no deseado.
Algunos sexólogos opinan que este proceso es un ajuste que realiza la naturaleza y que lo hace a favor de la mujer.
A esa edad las condiciones físicas para el logro de la maternidad suelen ser sumamente peligrosas para la madre y el hijo, por lo que lo más sabio de la naturaleza fue eliminar la función reproductiva.
Sin embargo, la capacidad sexual no se pierde con la edad, sólo disminuye de intensidad en el mismo modo que otras funciones vitales, relacionadas fundamentalmente con la declinación de la secreción de estrógenos por pérdida de la función folicular.
En relación a otras patologías extragenitales, se ha observado un aumento de sequedad vaginal en las mujeres con depresión e hipertensión vaginal, siendo estas más propensas a no realizar tratamientos vaginales.
La disminución de los estrógenos afecta la lubricación vaginal, y esa sequedad causa dolor durante la penetración, por lo que los especialistas aconsejan usar un lubricante íntimo hidrosoluble, es decir un lubricante que no contenga aceite y que se disuelva en el agua.
El tamaño del cuerpo del útero y del cuello uterino también disminuye durante la menopausia, lo cual en algunas mujeres provoca contracciones uterinas dolorosas durante y después del orgasmo.
¿QUÉ HAGO CON EL MAL CARÁCTER?
Uno de los efectos más perceptibles por la fémina, y por quienes le rodean, son los cambios emocionales, por lo que es necesario contar con el apoyo familiar. Durante la menopausia es frecuente que se experimenten de manera brusca momentos de altas y bajas.
Son comunes la irritación y las ganas de llorar sin razón aparente, pero ello es normal, y puede combatirse con la práctica de ejercicios y actividades de tu agrado. No obstante, si los síntomas son parte de una depresión persistente, lo más recomendable será consultar a un profesional de la salud mental.
Se debe tener presente que es una etapa evolutiva más, en la que los cambios son naturales y esperados. Como en todos estos procesos, se recorre un proceso de duelo en el que se siente angustia por lo dejado atrás, y miedo y ansiedad a lo nuevo.
Lo bueno es saber que en este nuevo ciclo de la etapa evolutiva, hay una riqueza infinita que es difícil ver en ocasiones, ya que el duelo por lo perdido invade toda posibilidad de visualizar lo positivo.
En la menopausia, la mujer que tuvo hijos siente que la etapa de madre ha finalizado, por lo que el tiempo que les dedicaba ahora es mucho menor. También es un período en el que probablemente la carga horaria de trabajo disminuya, a veces por completo, en caso de que la mujer se jubile.
Pero resistirse a los cambios solo aportará mayor angustia, por tanto, cuanto más natural se asuma mejor será para la salud física y mental. Pensar en el tiempo del que comenzarás a disfrutar es una herramienta muy positiva para vivir este período.
En este tiempo la mujer podrá hacer todas aquellas actividades que fue postergando ante otras prioridades. Este es el tiempo para ser tú misma, con lo que te hace feliz, es el momento de dar un vistazo a tu vida y sentirte orgullosa de la mujer en la que te has convertido.
Leticia
26/10/12 13:08
Muy bueno, hay que aprovechar lo bueno de cada momento y etapa de la vida, y nunca perder la alegría de vivir.
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