¡Feliz Día Internacional del Hombre! Ya lleva 11 años la celebración, que comenzó un catedrático de Estados Unidos para crear conciencia sobre cómo cuidar a la mitad de la especie humana y no hacerle pagar sus privilegios con una peor calidad y esperanza de vida en varias regiones del planeta.
¿Qué tanto así? Pues sí: nacer hombre significa mejores oportunidades para dirigir el mundo y gozar de sus riquezas, pero a cambio tienes que renunciar a emociones básicas que te conectan con la vida, como la ternura, las dudas, la empatía… y sobre todo el miedo a morir o a padecer horrores por heridas y enfermedades perfectamente evitables.
No exagero ni cambié de bando: las feministas no solo buscamos el bienestar de las mujeres reclamando equidad en lo que nos desfavorece; también nos importan los varones, y mucho, porque los parimos, los amamos, y es verdad muy antigua que los polos opuestos se complementan, como bellamente muestra el Yinyang.
Así que ¡felicidades para mis lectores, wasaperos y oyentes de Oasis! Y felicidades también para los inodoros de sus viviendas, porque curiosamente el 19 de noviembre es también el día mundial de esa cómoda pieza del ajuar doméstico.
¡A mí no me reclamen por la coincidencia! Fue la ONU quien aprobó la fecha en 2013, esta vez para promover la necesidad de garantizar agua potable y manejo bioseguro de los desechos en un burujón de familias que no disponen de retretes modernos, algo que afecta a las féminas, como es obvio, pero también a los másculos, porque excepto para el medio centenar de monarcas o aspirantes a serlo que quedan en el mundo, el único trono que verán miles de millones de posaderas varoniles en toda su apurada vida será el del baño de su casa.
Y ese rato de íntima paz ¿verdad que lo disfrutan? ¡Cómo se toman su tiempo! Unos para leer, otros para revisar sus uñas, o jugar en el teléfono, o pensar en la vida… ¡o en nada!, envidiable capacidad de sus adiestrados cerebros.
Sin embargo, los más apegados a la salud aprovechan ese instante de total privacidad y pasan sus dedos (no sin cierta culpa, qué tontería) por el íntimo traspatio del escroto: palpan a ver si duele, aprietan rítmicamente el delicioso músculo PC, rememoran instantes de los últimos “combates” (sobre todo si una punzada rara los sacó de balance), orinan y retienen para medir sensaciones, presionan la piel para evaluar si está como siempre… y solo los muy muy valientes se relajan, llevan un dedo hasta el insondable y hurgan -con delicadeza y devoción-, a ver si su amada próstata está en condiciones de seguir dándole placer por mucho tiempo.
Si sí, perfecto: ¡a lavarse y arrancar el día con optimismo! Si algo molestó, la cultura se funde en plomo en su mente para debatir qué hacer: callar y soportar como un buen “macho”, que solo se deja ayudar moribundo (cuando es casi inútil), o acudir a la estigmatizada consulta y someterse a las pruebas que hagan falta, incluyendo la del untuoso dedo ajeno, porque a tiempo se gana mucho tiempo.
Lamentablemente, la principal causa de muerte masculina desde hace milenios es ese concepto de Hombría: tal frágil que un dedo ajeno la puede romper. Tan escurridiza y fantasmal que algunos prefieren quemar sus pulmones, exponerse a un arma o estrellar contra un puente antes que tomar una pausa, moderar la velocidad de sus propios prejuicios y relacionarse con todos sus iguales sin reservas, sea en la calle o en el médico, en la cama o en el inodoro.
Empecé a escribir esta crónica creyendo que les contaría anécdotas graciosas de las cosas picúas que hace un hombre cuando no tiene más remedio que acudir al especialista de la mano temida, pero perdí las ganas, la verdad: hace 15 días murió el padre de un amigo de cáncer de próstata, revelado en una etapa demasiado avanzada de la enfermedad, y leer en el grupo de WhatsApp que todavía hay quienes prefieres ese final, agónico para toda la familia por no hacerse la pruebita, me quitó las ganas de bromear.
Si 30 años atrás me hubieran dicho que el estúpido mito del himen virginal se desinflaría antes que este otro, que impide a tantos hombres cuidar y gozar de esa glándula tan importante, no lo hubiera creído…
Es más, es muy probable que por esa fecha hubiera preguntado con asombrada inocencia: ¿Qué es la próstata? Menos mal que ahora por lo menos hay un par de días en el calendario para nombrarla… y muchos más reyes dispuestos a velar por tan fiel y abnegada súbdita, aunque eso implique permitirle visitas de manos desconocidas.
L.A
20/11/20 23:44
Muy bueno el artículo!!!!
A ver cuando se darán cuenta que es más importante la vida que oponerse a realizarce una prueba por temor a perder su "hombría" como bien dijeron pura ignorancia ,saludos.
chairman
20/11/20 12:43
Hablando de hombría, sé de un caso en holguín de un hombre mayor de campo que tenía que operarse del corazón y le dijeron que tenía afeitarse. El hombre se presentó con su cara perfectamente afeitada y cuando le dijeron que era el pecho lo que tenía que afeitarse respondió: "Eso no se quita".
puntualita91
23/11/20 10:58
Oyeeee, ese tipo apretó, PAFATA... si es que hay hombres lampiños de toda su vida, qué más le daba afeitarse el pecho? A lo mejor prefería quemarse los pelitos con los resucitadores de corriente JAJAJJA
Amore
19/11/20 22:03
¡Muchas felicidades a todos los hombres en su día! Muy bueno el artículo, ciertamente hay muchos hombres que tienen miedo y prefieren mantener "su hombría" con tal de no hacerse las dichosas pruebas que pueden salvar vidas.
Lisy
19/11/20 12:28
Buenas Tardes
Si todas los hombres tuviesen conciencia de cuán importante es hacerse esa prueba ,tal vez, no hubiesen tantas muertes por esa causa,muchas veces a tiempo hay solución,¿quien dijo que por eso dejan de ser hombres?,es ese machismo bruto que no los deja pensar más allá,mi padre es un ejemplo reciente de este tema, un análisis de sangre le dió alterado y cuando fuí a su casa para llevarlo al médico,me dijo muy decidido que el no iba a ningún lugar,que no se sentía nada,por el simple hecho de tener que someterse a la prueba,ahora,a su hermano lo están atendiendo por lo mismo y está muy enfermo,mi padre, se asustó y fue corriendo a hacerse un ultrasonido y todas las pruebas correspondiente.Entonces,donde quedó el machismo cuando se trata de vida o muerte.
Saludos
Maura
19/11/20 11:05
Lo siento por el amigo que perdiste. es una realidad que todavia queden hombres con esos pensamientos que por hacerse un examen van a cambiar de vando. para mi es falta de conocimiento e ignorancia.
chairman
19/11/20 9:05
Muchas gracias por la felicitación ¿Dónde están las postales alegóricas?¿Dónde están los spots televisivos, las felicitaciones en la calle? Claro que no me gusta la coincidencia de celebraciones en la fecha y me hubiera gustado no compartirla en este texto, pero no fui yo quien lo escribió y si no lo respetara ni siquiera estaría comentando aquí. Lo que sí escribí yo fue la respuesta a la pregunta "¿Cómo te sientes siendo hombre?" que lanzó mileyda hace pocos años y que le respondí por correo electrónico. ahora la pongo textuasl aquí para conocimiento de todos:
La verdad es que ser hombre me hace sentir una presión tremenda. Por un lado siento alivio al pensar que no me tocan dobles jornadas en el trabajo y en la casa (me niego a reconocer el concepto de triple jornada para las mujeres porque el sexo también lo disfrutan ellas, por tanto, más que vítimas también son beneficiarias). Desde que nacemos, nuestras madres, las primeras machistas, nos inculcan que "los hombres no lloran" y no podemos mostrar debilidad porque nos empiezan a decir mariquitas en la escuela y nos "cogen la baja", y si el niño es alto y fornido peor aún, "se ve ridículo llorando" (lo sé por experiencia propia). Luego viene la pubertad y la presión de aguantar que todos me pregunten si tengo novia, un verdadero suplicio sobre todo para el tímido, introvertido e inseguro. La vergüenza y el complejo de ver como los más "sueltecitos" caen en gracia y hacen de las suyas y uno "pasmado" y "mosqueado". Cuando toca comparar los tamaños de los atributos es otra "candela". Siempre me he sentido algo discriminado y en desventaja, tanto en lo físico como en lo social, independientemente de que vivamos en una sociedad patiarcal, machista y falocéntrica. En el aspecto físico envidio a las mujeres y me da pesar el saber que no voy a poder experimentar el placer sexual como lo hace una mujer. No se trata de meterme a homosexual o bisexual como cierto ícono de la cultura latinoamericana que terminó sus días siendo homosexual porque quería sentir como sentía una mujer; lo único que logró sentir es el sabor de otro hombre y sensaciones rectales porque las vaginales y clitorianas no. Envidio a las mujeres porque tienen más zonas erógenas que el hombre, tienen un órgano cuya única función es el placer sexual y donde concentran el doble de las terminaciones nerviosas que el glande masculino en apenas una minusia de superficie, por tanto, yo sí creo que las mujeres sienten el placer nueve veces más intenso que el hombre (creo que la cantidad de sangre que le cabe al clítoris es la responsable de que cada vez que lo toco con la lengua me da que tiene un muy fuerte sabor metálico). La mujer puede tener orgasmos diferenciados en la vagina y el clítoris y se le da espontáneamente la multiorgasmia, a los hombres nos cuesta entrenamiento y tenemos que renunciar a la eyaculación. La mujer puede abandonarse tanto al placer que puede desconectarse y terminar desmayada a causa del climax, el hombre por rezagos evolutivos no puede. En el cortejo siempre nos toca "atacar" y vamos con dos jabas, la del "sí" y la del "no", el hombre que le diga que no a una mujer es juzgado muy duramente por aquello del "papel de hombre". La mujer solo tiene que hacer "ojitos" y enseñar los dientes y siempre es quien decide en última instancia. El papel de cabeza de familia y proveedor es bien estresante, sobre todo en la realidad cubana actual. Cada vez está más extendido entre la juventud que el hombre que no tenga dinero está "embarcado" y condenado a la soledad y el celibato. Una mujer sin dinero no es problema, un hombre sin recursos para proveer gustos, caprichos y estabilidad tiene un lío gordo. En la casa es criticado si no sabe hacer una conexión eléctrica o cambiar un llavín, se gana el nombretico de "bitongo". La sociedad establece códigos que menosprecian un tanto a la parte masculina. Si descubriera una infidelidad de mi esposa, encima de ser el traicionado sería el más perjudicado porque me tocaría perder la convivencia con mi hijo. No existen condiciones en Cuba para que un padre presencie el nacimiento de sus hijos a pesar de que se exige una paternidad responsable, sin embargo, los hospitales se declaran "amigos del niño y de la madre" ¡¿Y el padre qué?! ¿Para exigir sí y para dar no? Si un hombre maltrata a una mujer ella lo puede denunciar (incluso siendo mentira que en lo que averiguan lo coge el juicio y se pasa sus buenas jornadas trancado), si un hombre denuncia a su pareja por maltrato o a una mujer por acoso ¿Qué pasaría? ¿Qué epítetos se ganaría y qué cara pondrían los policías? Cuando me decían en la primaria que debía regalarle una flor a mi compañerita de aula el 8 de marzo yo preguntaba cuándo me regalarían a mí o me felicitarían al menos y me decían que el día de los padres ¡Pero si yo no soy padre! Por suerte desde 1999 los hombres tenemos nuestro día, pero ¿Quién lo sabe? ¿Dónde están las postales alegóricas? En el año 2015 envié un mensaje de felcitación por el día internacional del hombre a todos los correos electrónicos de mi trabajo, casi todos se enteraron en ese momento, pero hubo quien me increpó (la cra. secretaria del sindicato) porque "no existe el día internacional del hombre", cuando le afirmé que sí y le envié las pruebas por correo se ofendió y se negó a mirarlas y a aceptarlas ¿le molestó perder el privilegio? Todavía existe la frasecita de que "madre hay una sola y padre es cualquiera" ¡Yo aguanto muchas cosas con tal de no separarme de mi hijo y que no me lo eduque un padrastro que nadie sabe qué valores tendrá y le inculcará! Mi esposa me reclama que ella tiene que asumir cosas de la casa que "me tocan por ser el hombre" (extrapolando conceptos económicos sería algo así como una División Familiar del Trabajo). En mi prescolar no tenía clases por la tarde, eso me permitió mantener la costumbre prescolar de dormir la siesta; al llegar a primer grado una tarde que no tenía clases manifesté mi contentura por la posibilidad de dormir la siesta y mi maestra de turno me echó un regaño por querer dormir por la tarde porque según ella ¡Tú eres varón! Si los hombres y niños varones no tenemos derecho a dormir la siesta ¿entonces mi papá ha sido toda su vida mariquita? ¿Lo es acaso mi hijo? ¿Debería entonces preocuparse el homofóbico de mi suegro que dice que "en su familia no puede haber negros blanditos"? Cuando una mujer quiere dejar en claro su papel de vícitima - mártil lo primero que saca a relucir es son ellas las que llevan el embarazo, soportan los malestares, paren, pasan el puerperio y nunca salen de los hijos, pero se nota a las claras que detrás de la supuesta queja hay verdadero sentimiento de orgullo que las hace sentirse superiores, al menos en ese aspecto, y cuando aparentan quejarse en realidad se están regodeando por esa "superioridad". Una mujer puede expresar libremente que otra mujer es bonita, que luce bien, que es atractiva; cuando yo tenía seis años cometí el error de decir que determinado actor de las aventuras de turno "es bonito", la frase que encontré con la pobreza de vocabulario típica de esa edad para decir que el susdicho lucía bien. Por suerte mi mamá sobrellevó la situación y no le dio importancia aparente, pero me gané el regaño de un vecino - amiguito - compañero de juegos unos años mayor que yo.
Yo entiendo la veracidad y necesidad de las luchas femeninas por la igualdad, la emancipación, la erradicación de los crímenes de género, pero la verdad es que los hombres también sufrimos esa clase de discriminación manifestada aquí y, sobre todo, mucha presión por prejuicios y códigos sociales heredados que generan verdadero stress. Por tanto ¿Cómo me siento siendo hombre? Pues bastante relegado, estresado y presionado y no veo por ningún lado la ventaja de serlo por encima de ser mujer (con todo y su doble jornada) y mucho menos la justificación del epíteto de "sexo fuerte".
Lizardo Salazar Tibau, Aguada de Pasajeros, Cienfuegos. 20 de mayo de 2019, 6:53 PM.
Hombre heterosexual, con un hijo de tres años, cuatro años de matrimonio y 37 años de edad.
RONY9
20/11/20 13:35
Chairman me hago eco de tú escrito y comparto cada línea, nada mi hermano que nosotros al final seguimos siendo lo peor de lo peor, y sigo diciendo que las mujeres no han descubierto aún el verdadero poder que atesoran, nosotros seguiremos con el estigma de todas las cosas que mencionas y seguiremos siendo cuando las cosas van mal unos perrosssss, jjjjjjjjjjjj.
Elio Antonio
20/11/20 16:12
Hola chairman :-)
Interesante tu comentario; pero creo que las cosas no son tan dramáticas. Una mujer también habría podido describir infinidades de situaciones en las que aparentemente, se sentiría en desventaja con los hombres. Es decir, por solo lo escrito, quedaríamos en igualdad de condiciones.
Yo aprecio ser hombre, porque la oportunidad que me da la vida de desarrollarme como ser masculino es extraordinaria. Es decir, podría tomar tus palabras como mías y expresarlas desde una visión positiva y cada una de las dificultadas o inconvenientes plasmados, convertirlos en oportunidad de desarrollo físico y espiritual.
Ahora bien, yo vivo en una ciudad de más de 210 mil habitantes y me relaciono con muchas personas de apreciable nivel cultural y con otra buena cantidad de, no tanto nivel. En tal ámbito cultural y estresante cotidianeidad, quizás tenga más oportunidades que tú en Aguada, municipio 46, 2% del mío —poblacionalmente hablando—; sin mencionar que vivo en una cabecera provincial.
Solo te recomiendo, que mires cada dificultad como oportunidad para transformarte en alguien mejor. Cuando llegues a los 50, me cuentas qué tal te ha ido.
Saludos #DesdeGuantánamo. ;-) 20-11-20 / 16:02
sachiel
23/11/20 14:03
Ecobio Chairman, bien dicho. Ya estamos en tiempos en que la violencia de genero está alcanzado la paridad, a pesar de lo que digan quienes lo digan... y ejemplos sobran.. pero yendo al tema de hoy, se puede curar la bartolinitis, o el fibroma, o la hemorroides femenina, haciendo palpación de la zona o hundiendo un dedo hacia lo profundo...? Qué se siente, eh..?
Términos y condiciones
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.