Ni el secreto de las piedras / que caen en Jerusalén. / Ni los templos de la tierra, / ni la Torre de Babel. // Nada es más grande que tu amor deshojado, / nada es igual que cuando estoy a tu lado. / A pesar de la gente, a pesar del dolor, / nada es más grande que tu amor…
No sé si es la música, la letra o la voz melancólica de Varela, pero cuando escucho esa canción, suelto lo que esté haciendo, cierro los ojos y suspiro hondo, dejando que los recuerdos me envuelvan, como una enredadera que brotara del pecho y se abrazara silenciosa a mi nuca.
No hay llanto, ni dolor, ni desespero. Solo una ligera saudade, una tibia sensación de quimérico abandono. En mi mente, un borroso montaje de momentos lindos pasa como un video clip, sin dejarme atrapar nada en concreto… Si acaso una sonrisa triste y ladeada, un gesto de respetuosa resignación que me enamora y a la vez me confirma: ya no quedaba nada más que hacer en esa historia.
Ni las Siete Maravillas / ni el viejo Mago de Oz. / Ni el Titanic, / ni la orilla / ni el misterio de algún Dios…
Nada es más grande que tu amor deshojado, repite Varela, y yo pienso en las flores que he guardado en libros o en las breves notas de (des)consuelo que decían menos de lo que ocultaban, pero amansaban mis tristezas fugaces… hasta el siguiente exabrupto o abandono.
¿Por qué el amor se resiste a conjugarse en pasado? ¿Por qué suele llover dentro y fuera justo cuando escucho esa canción, una entre tantas en mi carpeta de música lacrimógena; esa que solo reproduzco en ciertas tardes de grisáceo celaje?
Dicen que los años dejan cicatrices… y dicen también que con la lluvia esas heridas del cuerpo y el alma se resienten. Voy al otro cuarto y pregunto: “¿Qué canciones te remueven el pasado?”. Piensa unos instantes y responde: “Ninguna”, y vuelve a su trabajo tras un piadoso beso en la frente.
Sé que es honesto y no se oculta —¡Cuántas cosas nos hemos confesado antes!—. De cierta forma me resulta triste esa desconexión. Si adora las canciones que desatan recuerdos de su adolescencia en los Camilitos de Santa Clara, de amistades que siguen siendo muy cercanas, de su hijta ausente, ¿por qué no hay una pieza especial que lo lleve a otros momentos íntimos? Es raro… ¿Podría yo renunciar a esos hilos musicales?
Pero es que te extraño / cuando hay tardes grises… Extraño, sí, lo que pudo ser. Aun sabiendo que solo en mi imaginación las cosas pasarían a mi modo con algunas personas.
A pesar de los años, / a pesar del dolor, no haría nada para volver atrás. No se me ocurriría un cambio de escenario o de compañía actual. Solo tomo una pausa para evocar emociones con melodías o letras que marcaron mi vida.
Nada es más grande que tu amor, ni pongo a nadie nunca más la meta de vivir esa entelequia. Aún si pudiera viajar en el tiempo, no creo que sustraiga ningún fragmento de dolor o pérdida a mi pasado. Es más, no cambiara mis errores o los ajenos, con tal de no perder estas maduras nostalgias. Con tal de no borrar este tierno presente, con sus mañanas luminosas y sus ocasionales —y disfrutables— tardes grises.
puntualita91
6/8/21 13:37
Me encantó. Qué raro que tu Jorge no recuerde nada con las canciones... ¿no sérá que le da pena decirtelo? Es que a los hombres les encanta esconder sus sentimientos y vivir como si no tuvieran pasado. Fíjate que de los foristas varones ninguno dice nada JJJJ
Anaisa
5/8/21 14:16
Milo me has sacado lágrimas. Justo esa canción es de mis favoritas para despertar nostalgias. Yo perdí un gran amor que creí sería para siempre, y cuando hay tardes grises me acuerdo de cuánto nos gustaba bañarnos en los aguaceros. Él era pescador pero un día el mar pudo más que mi cama y se fue. Al principio llamaba y hacía planes para reunirnos, pero luego ya me di cuenta que era por gusto, y como lo conozco bien sé que debió buscar compañía aunque me siga amando. Con esto de la covi se pospuso su viaje de regreso indefinidamente, y que me perdone Dios, pero si viene solo no voy a tener duda ni un minuto si me pide acompañarlo en algún aguacero. ojalá se acabe esta pandemia pronto.
LiaVida
5/8/21 14:00
Wow! Que lindo!!!, así es, cuantas canciones nos transportan y viajamos de un lado a otro en nuestra mente, la verdad es pura magia como nos volvemos a vibrar en esos sentimientos, gracias Milo por tu crónica, eres fantástica
MaryD
5/8/21 13:35
Por eso yo sigo amando tu divina forma de escribir y me enamoro más cada vez q te leo
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