Un día de Pi

¡Felicidades!¡Felicidades!¡Felicidades! Y no estoy loca, no, ni eufórica por nada que haya hecho Jorge. No es mi culpa si el año tiene pocos días para todo lo que creemos valioso y varios de esos asuntos coinciden en fecha.

La primera felicitación es para la prensa cubana porque hoy es nuestro día, una celebración de origen martiano y de mucho compromiso. Sobre todo ahora, cuando las noticias son más volátiles y difíciles de aprehender que las figuras nubosas en una tarde de brisa. ¡Y ay del gremio cuando se forman cúmulos en el horizonte!

Me tomo una licencia para mencionar a las colegas de las revistas Muchachas y Mujeres, las de SeMLac, la de Sexeando, en Santa Clara, y todos los que han puesto su capacidad creativa en función del bienestar íntimo, las familias y la equidad de género, una osadía que también inspira a hombres como el chino Chang, inquilino del Foro, un blog vecino que está hoy de cumpleaños.

La segunda es para los cerebros matemáticos y sus portadores de ambos sexos. Ese sí es un día Internacional, celebrado desde 2019 por iniciativa de la UNESCO (es el cumple de Einstein), y su lema este año es “Matemáticas para todos” ... ¡ojalá tengan más suerte en eso que con los derechos sexuales!

 Por si les parece un tema muy alejado de nuestro perfil, les recuerdo que MatCom, la facultad de Matemáticas de la universidad capitalina, es sede de nuestra peña desde hace 15 años (pronto andaremos de fiesta).

En su patio de Laureles nació Senti2, y es muy gracioso estar allá cada segundo jueves en la tarde con una pila de extraños sin sumar a los anfitriones... Directamente, quiero decir, porque siempre algún estudiante se sienta cerca a dar orejas mientras aparenta trabajar en su PC.

Igual acoto la expresión salutativa con complementos: Felicidades al profe Lemagnie, a Fernando, a David y toda la claque del Proyecto Delta, que mezclan sexo, humor y tecnología con una fluidez casi orgásmica.

El tercer parabién lo dirijo al que tiene la cola más larga y atractiva; el omnipresente en nuestras vueltas de la vida, el voluptuoso archi(des)conocido... y na que ver con eso, partida de maliciosos.

Me refiero al pretexto indirecto de la canción de Buena Fe. El insondable (como la mente de una mujer, dice un amigo solterón). El que aprendimos a usar sin comprender su valor, porque alguien dijo que era una constante y punto (Como los prejuicios. Y como eso de la malicia, sí). 

¿Y por qué dedicarle a Pi este día? ¡Obvio! Piensa un poquito y lo descubrirás... Mientras, te comento otras cualidades dignas de vincularlo al amor y el sexo: es irracional, es infinito, trae loco a los hombres desde la antigüedad, es comodín para que las cosas salgan redondas y es lo único inamovible cuando toca borrar la ecuación y empezar de nuevo.  

¿Saben que hay gente capaz de decir de memoria miles de decimales de Pi? El esfuerzo de esa abstracción vale la pena medirlo a través de resonancias magnéticas ¡y hasta con pruebas endocrinas!, porque cuando logras algo que pocos pueden, las hormonas se disparan de placer.

Eso sí, el número de topes sexuales de tales prodigios suele ser inversamente proporcional al largo de su recitado. O cero, sin más rodeo. A menos que coincidan con algún alma numerofílica, que también las hay.

¡Ni crean que voy a escribirles acá el numerazo! La última vez que comprobé, una computadora había pasado 94 días para llegar a 62,8 billones de decimales.

¿La utilidad de ese cálculo? Para viajes especiales, seguro. O para darles rodeos a una suegra. A mí me sirve para entender que la vida empieza muy variada, pero llega un momento en que sus combinaciones se repiten en ciclos con los que es preciso coexistir. Así que por muy largo que sea tu escape, un día vuelves a ese punto imprevisto.

¡Pero se supera! Y como nadie sabe a ciencia cierta en qué coordenadas está el cierre, lo mejor en este carrusel es abrazar la incertidumbre y manda todo a Pi, que un día es un día, y ya habrá otros para celebrar más rarezas entre lo humano y lo desconocido.