Sucedió una tarde de diciembre, en La Habana. Por esos días andaba el Festival Internacional de Cine, y contagiadas con la atmósfera mis amigas y yo nos llegamos hasta el Yara para ver una película cubana. Alguien en la cola nos sugirió que viéramos Parásitos, era de lo mejorcito que se estaba proyectando, pero el día de la premier ninguna pudo llegar a tiempo.
Para suerte nuestra, ya estaba en Internet y se podía descargar en buena calidad. Así que una se encargó de buscarla, descargarla y distribuirla. Había que verla, las recomendaciones comenzaban a expandirse, y de buenas tintas. Una tarde, mientras editaba un texto en la oficina, se disparó mi chat de Messenger:
-Peli descargada, ¿te la llevo a la casa o vienes a copiarla aquí?
-Yupiiii. Pasa por la casa, y te copio la serie de la que hablamos.
-Hecho, nos vemos en G Café y seguimos hasta tu casa.
La verdad es que estaba emocionada. Ya había leído con anterioridad la sinopsis, me habían hecho un poco de spoiler en las redes sociales y tenía ganas de ver algo nuevo, aunque no fuera en el cine. Además, pasaría el rato con mi amiga, en nuestra esquina de G y 23.
Mientras todo eso sucedía, alguien entró en la oficina con un termo de café recién hecho y repartió un poco por cada mesa. Yo seguí absorta en la recogida del material y con una seña dije que sí, que me echaran un poco ahí en la taza.
Entonces dije para todos, así, con voz de quien acaba de ganarse un premio: ¡Ya tengo parásitos! Y se hizo un silencio casi sepulcral.
Haroldo levantó la vista por encima del monitor de su computadora y me preguntó cómo yo sabía eso, si había algo en el café que detectaba “los bichos”. Entendí el porqué del silencio, de las caras raras. Entre mis carcajadas expliqué que hablaba de una película coreana.
Liz se paró de su asiento y como quien acaba de volverle el alma al cuerpo caminó hasta mi mesa. “¡Mija que susto! Yo en mi vida había visto a alguien tan contenta, anunciando que tenía parásitos”.
Hace unos días, cuando el filme de Bong Joon-Ho arrasó en los premios Oscar, volvimos a recordar esta escena. Muchos se acercaron a preguntarme si aún tenía Parásitos y si podía repartirlos en sus respectivas memorias usb.
P.D: Pues sí, aún los tengo. Si ustedes también los quisieran, manden cuervos, palomas mensajeras o suban hasta el quinto piso del Poligráfico. Igualmente pueden pasar y descargarlos desde nuestro Canal de Telegram.
Yisel
18/4/20 18:49
Vamos a trabajar para copiarla y verla
Yisel
18/4/20 18:48
Yo también los quiero.
Yilen Joa Mora
21/2/20 14:16
Excelente trabajo, muy ameno y original. Muchas gracias por este permitirnos compartir este momento.
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