Aquello de que el fútbol es un juego de once contra once donde siempre gana Alemania, parece no cumplirse mucho últimamente. La selección nacional teutona afronta una de las peores etapas de su larga historia al sufrir por primera vez seis derrotas en un año y exhibir un balompié digno de lástima. Sus últimos “pinchazos” frente a Holanda y Francia por la UEFA Nations League agudizan aún más la crisis iniciada en la cita mundialista, tras quedar sorpresivamente eliminados en la fase de grupos.
En tan solo unos meses, la “Die Mannschaft” pasó del equipo a derrotar a un conjunto previsible, poco dinámico y desprovisto de creatividad. La escuadra germana ya no muestra la compenetración y el feeling de antaño pese a mantener prácticamente la misma convocatoria desde la Euro de 2012. Como suele ocurrir en situaciones como estas, el seleccionador Joachim Löw aparece como el principal culpable al no conseguir enmendar los defectos que lo condenaron en Rusia, aunque, a decir verdad, difícilmente se pueda ganar con el nivel de juego mostrado en la cancha.
Si bien pilares como Mats Hummels, Jérôme Boateng o Tomas Müller han estado muy lejos de su mejor nivel, no son los únicos con un mal momento. Desde su lesión, el guardameta Manuel Neuer ya no muestra la misma seguridad bajo los tres palos. Por si fuera poco, Toni Kroos, pieza fundamental en la zona medular del campo, tampoco anda muy fino.
El ariete Tomas Müller ha sido uno de los puntos más bajos en el juego de la selección teutona (Foto: goal.com).
Frente a la joven Oranje de Ronald Koeman, Löw alineó su “clásico” 4-3-3 sin grandes novedades en cuanto a titularidad ni a los errores que enseguida comenzaron a parecer. Tal y como ocurrió en la recién finalizada Copa del Mundo, se vio una Alemania dubitativa y temerosa, dispuesta a salir a balonazo limpio antes de jugar por debajo cuando era presionada. El centro del campo mostró incompetencia para recuperar la pelota y correr hacia atrás y, al menos por el momento, Mark Uht, el elegido para la ocasión, no pareció la solución para la delantera.
Con la moral dañada y las alarmas encendidas, el DT entendió la necesidad de revolucionar su propuesta y, por eso, frente a Francia ensayó una especie de “Mannschaft 2.0”, dándole mayor protagonismo a la sangre nueva. Con un atípico 3-4-3, por momentos Low consiguió buenas sensaciones al retomar el dinamismo y la verticalidad y, aunque mereció mucho más, terminó pagando la inexperiencia de sus jugadores.
Ahora, cuando uno de los gigantes de todos los tiempos coquetea con el descenso en la joven Nations League, pudiéramos preguntarnos dónde están las claves del mal momento germano. Quizás, la insistencia una y otra vez en el mismo esquema y en los jugadores campeones del Mundo en 2014 ya no sea lo más saludable. Mientras las “vacas sagradas” continúan inamovibles en el once inicial, otros como Draxler, Sané, Brandt, Goretzka o Ter Steguen aguardan su oportunidad. La falta de referencia en ataque es otro de los problemas.
El guardameta Marc André Ter Stegen aún no consigue hacerse con la titularidad en el arco alemán a pesar de sus extarordinarias actuaciones con el FC Barcelona (Foto: AFP).
La sombra de los Mirolav Klose y Mario Gómez continúa quedando demasiado grande y hasta el momento ninguna alternativa ha dado sus frutos. A todo esto, sumémosle los discretos resultados del Bayern Múnich en la liga doméstica. Por más irrisorio que parezca, históricamente el equipo bávaro ha servido de termómetro a la selección nacional y, al menos ante Holanda, alinearon cinco futbolistas muniqueses.
Sobre si debe permanecer o no Joachim Löw en el banquillo, considero que su etapa ganadora hace tiempo llegó a su fin, al no lograr la sintonía esperada con las nuevas generaciones. No nos engañemos, la mala racha de Alemania responde a la simple lógica del cambio generacional, un proceso que, aunque largo y complicado, debe ocurrir con racionalidad y coherencia si el fútbol germano desea continuar con su linaje ganador.
Términos y condiciones
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.