La Copa América, máximo torneo de selecciones de América del Sur, cumple cien años y fue a celebrarlo a los Estados Unidos.
Esta centenaria competición, de manera extraordinaria, ha querido reunir a las mejores selecciones de la Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL) y la Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de Fútbol (CONCACAF) y emular a los ricos del continente, que van al norte a gastarse su platica y festejar un año más de vida.
La carrera por ser campeón del continente, que esta vez implicó a 16 selecciones nacionales y que por primera vez se juega fuera de Suramérica, ya superó su fase de grupos y en este tiempo nos ha dejado un par de perlitas.
Los primeros partidos de la Copa América fue imposible verlos en nuestro país por cuestiones asociadas, según dicen, a los derechos televisivos. A los cubanos, privados entonces del fútbol de acá y como si de una cura se tratara, nos quedó al menos la Eurocopa que tiene su sede en la lejana Francia y donde participan descendientes de vikingos, bálticos y nómadas; nunca de mayas, incas y aztecas.
Allá, en el viejo continente, hay que madrugar para ver la Copa América. Excluyendo a los periodistas deportivos y algún que otro interesado, muy pocos siguen los partidos de la selecciones americanas. A mí el fútbol europeo más que gustarme, me encanta, pero no cambio un partico Alemania-Ucrania, por más campeones del mundo que sean los teutones, por un choque crucial entre Brasil y Perú. No se puede cambiar calidad por identidad, por aquello de que el vino de plátano es agrio pero es nuestro vino
Otras de las noticias que más ha sonado en el transcurso de estos días es la intención de realizar todas las ediciones de la Copa América en suelo norteamericano.
Los federativos de CONCACAF, los mismos que lograron que la Copa Oro tenga a Estados Unidos como sede fija, son los principales promotores de esta iniciativa alegando las facilidades de infraestructura que brinda el país del norte, tales como calidad de estadios y hoteles y, por supuesto, un poderío económico superior al resto de las sedes sudamericanas.
Cómo es posible que en Estados Unidos, donde el fútbol se juega con las manos y al fútbol le llaman soccer, pretendan ser dueños del torneo de selecciones más antiguo del mundo. Su cruzada por sanar al fútbol de la corrupción que lo carcomía, no le da ese derecho.
Brasil perdió 0-1 ante Perú y quedó eliminado de la competencia en fase de grupo. Ahora se habla de injusticia, pues el gol peruano fue evidentemente con las manos. Es vergonzoso que en una competición con tanto prestigio y avances tecnológicos pasen esas cosas; pero más injusticia habría sido que el fútbol planteado por Dunga triunfara y se perpetuara.
Brasil hace rato que anda de mal en peor, en esta ocasión la ausencia de Neymar y Douglas Costa acentuó la falta de fútbol de una selección pentacampeona del mundo. Al final la mano de Perú hundió al equipo pero, posiblemente, salvó al entrenador de ser eliminado de su cargo.
Dentro de las condiciones del torneo, Brasil tenía calidad para avanzar pero nunca mereció ganar. El análisis postpartido no deberá centrarse en el gol ilegal sino en su incapacidad para doblegar, como antaño, a los rivales. Aquel que hizo del fútbol un arte y hoy lo profana no tiene derecho a la victoria, los brasileños, más que nadie deberían saber que el fútbol cobra sus propias cuentas. Este sin dudas es el peor Brasil de la historia.
Otro grande que ya se quedó sin cupo a cuartos de final fue Uruguay. La última vez que los charrúas quedaron eliminados en primera fase en una Copa América se dio en Bolivia en 1997. Poco después también perdieron las posibilidades de clasificar al Mundial de Francia 1998.
El pobre nivel de juego mostrado por la celeste en sus partidos dio al traste con este fracaso, que mucho imaginaron cuando en la final de la Copa del Rey de España Luis Suárez salió del campo lesionado y lloró desconsolado en el banquillo. El delantero del Barcelona no jugó ni un minuto y sus compañeros que jugaron tampoco mostraron mucho de cara a la victoria.
Colombia cada día tiene más motivos para creer. La selección cafetera, a pesar de quedar en segundo lugar de su llave, protagonizó una excelente fase de grupos. El desempeño del capitán James Rodríguez, lesionado de un hombro, fue esencial en la conducción de un conjunto inspirado, capaz de lo más grande.
En este minuto ya se sabe que su rival en la próxima etapa será el once peruano, pero el fútbol, que no tiene conciencia ni compasión, planeaba repetir la historia de los cuartos de final de la copa mundial entre colombianos y brasileños. Aquel juego, antesala del vergonzoso 7-1 que hundió a Brasil en su propia casa y donde fue anulado injustamente el gol de Mario Yepes, parecía que iba a repetirse. Pero no fue así y la precoz eliminación de Brasil añadió más esperanza al sueño de Colombia.
Lionel Messi y Argentina llegan a esta Copa América con deseos de redención. Algunos piensan que la tercera será la vencida. El conjunto albiceleste perdió en 2014 la final del Mundial contra Alemania y en 2015 sucumbió, en la tanda de penales, ante Chile por la Copa América. Ahora, en 2016, los dirigidos por el Tata Martino vuelven a enrolarse en el empeño de cesar la sequía de títulos que los persigue hace más de 20 años.
La Argentina ya está clasificada para la siguiente fase luego de derrotar a Chile y Panamá respectivamente. Messi, que tiene acumulados 28 títulos con el Barcelona y sabe que en su tierra le reclaman la falta de triunfos, no pudo aportar nada en el choque inaugural, pero contra los istmeños sacó el genio que vemos en el Camp Nou y anotó un hat trick en menos de 30 minutos.
En las últimas competiciones, los argentinos se han mostrado como un equipo sólido en defensa y mediocampo. A pesar de tener a los jugadores estrellas, ha sido la delantera la que se ha quedado por debajo de las expectativas. Ya Messi marcó tres veces, Ángel Di María, Ever Banegas y Sergio “Kun” Agüero también hicieron lo suyo; si todo sigue así quizá este año se acabe la espera.
Horas antes de terminar este post estaba por disputarse el choque definitivo entre Chile, campeón defensor, y Panamá. El que pierda se despide, el que gane pasa a cuartos y presumiblemente le tocaría enfrentar a México.
La Roja de América, que se alzó con el título por primera vez el año pasado, luchará por defender su trono y no convertir su reinado en el más corto de la Copa.
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