Onel, entre la necedad y lo “ajeno” (+Foto)(+Video)

Juran que pocas veces se ha escuchado al Carrow Road Stadium celebrar lo exótico con tanto fervor. Aseguran que en las nebulosas del tiempo ya se había perdido la última vez que el mítico coliseo hizo temblar de alegría a la modesta ciudad de Norwich.

Por eso poco afectó la enésima goleada a manos de un gigante con la moral distraída o la terrible sospecha de vagar eternamente por las áreas marginadas de una tabla de posiciones cada vez más competitiva e impredecible. Ni la presencia del imponente Manchester United, ni mucho menos el mundano deleite de ver desfilar sobre la cancha destellos de los más estimado en el Viejo Continente. Aquella tarde todo daba igual.

Quizás si Onel Hernández no hubiera asomado con ínfulas de Quijote en el crepúsculo de unos 45 minutos condenados a lo predecible, otro gallo hubiera cantado. Pero apareció. En el bostezo del encuentro decidió poner a prueba la rodilla recién estrenada tras la lesión y adueñarse en la medular del campo de un esférico sin propósito aparente para hacer fluir la magia.

Desde el interior izquierdo burló a golpe de velocidad el tenue cerco improvisado por la zaga. De a poco describió una diagonal maradoniana y cuando el cuero apenas traspasó la frontera que limita el territorio donde el portero suele deambular, se sacó de la chistera un disparo raso a la derecha del poste imposible para el internacional español David De Gea.

En ocasiones, formar parte de la historia se consigue en un pestañear. Onel ahora lo sabe.

Se podrá escribir de inimaginables maneras y en cada una de ellas cuanto menos siempre existirá la irremediable sospecha y el constante reto a lo absurdo. Pero nunca nadie dijo que la realidad tuviera en la lógica una camisa de fuerza. Una y mil veces sí:  un cubano anotó en la Premier League.

El mismo que antes de llegar al fútbol inglés tuvo la dicha de formarse bajo la sombra de la filosofía de juego alemana. El mismo que con 14 años inició su carrera profesional en las divisiones juveniles del Arminia Bielefeld para luego pasar por los segundos equipos del SV Werder Bremen y el VFL Wolfsburg, hasta fichar por el Eintracht Braunschweig y estar a nada de debutar en la Bundesliga.

Hernández llegó al Norwich City de la mano del estratega teutón Daniel Farke—un militante ortodoxo del más puro y tradicional balompié germano—para sellar una plantilla antojada interesante y capaz de atragantársele al más enchufado. Nadie o casi nadie apostó por el antillano. Sin embargo, el pasar de las jornadas develó la valía de quien, apoyado en su extraordinaria rapidez, buena colocación e instinto goleador se convirtió en pieza indiscutible de un esquema habitado por extraclases de la talla de Tim Krul, Emiliano Buendía o Teemu Pukki.

Onel Hernández ya es el primer futbolista cubano en jugar la Premier League (Foto: Twitter oficial de Onel Hernández).

Onel difícilmente alguna vez conquiste un título europeo o disfrute de la ampulosidad de algún premio individual. ¿Realmente importa? Acaso sin proponérselo, el avileño simboliza el eterno anhelo de hallarle sentido propio a una pasión comprendida hasta entonces ajena. Encarna la pesadumbre de quien padece la distancia de otro ídolo “prohibido”, mientras simboliza la ilusión de tiempos mejores. ¿Qué necedad le impide lucir, junto a otros tantos, nuestra enseña nacional?