Final de infarto, épica parisina, messidependencia, Alexis recibe su premio por la actuación del año, y Valdés demuestra que es capaz de lo mejor y lo peor en un mismo juego. Dos goles por bando y las espadas por todo lo alto para el partido de vuelta en el Camp Nou. Ibra, con gol y asistencia, fue la luz del PSG y Messi el gran protagonista de los azulgranas, por su gol y por su ausencia en el segundo tiempo.
Lionel puso por delante a los suyos cuando Dani Alves (más Dani Alves que nunca) se sacó un pase con tres dedos por encima de toda la defensa del PSG. El brasileiro volvió a jugar al nivel con que impresionó al mundo hace unas temporadas. Su presencia en la banda libera de tantas responsabilidades al extremo derecho, que el Barça acaba jugando con par de delanteros centros. Él fue uno de los puntos altos del equipo catalán.
Y si nos referimos a los altos, tenemos rendimientos dispares. Thiago Silva fue una torre espectacular dentro de su área (nada para nadie), además de enviar un testarazo al palo, una casi suerte de asistencia para que Ibra, otro de los altos con gran rendimiento, pusiera la paridad en el marcador. Gracias a su altura, el ex delantero del Barça pudo bajar el esférico para Matuidi. Despiste olímpico de Valdés y empate de nuevo en la última jugada del partido. Más dramático imposible.
En balance general, el PSG hizo su juego y le funcionó. Contraataques, transiciones rápidas, juego aéreo y un resultado decente ante uno de los rivales más peligrosos de Europa. Pero antes hablaba de rendimientos desiguales. Piqué, uno de los pocos jugadores más altos del club catalán, no logró levantarse (literalmente) por encima de los parisinos: Lavezzi lo envió a una fiesta con un recorte, Thiago Silva remató a placer en par de ocasiones y apenas se le vio. El wakadefensa no estuvo a la altura de Mascherano. El argentino quizás no haya jugado mejor, pero su presencia en el campo se nota, se respira, inspira. Es una pena esa involución (o redescubrimiento, como dicen los catalanes) de uno de los mejores contenciones del mundo.
Los franceses, no obstante, tuvieron un inicio de encuentro muy bueno. Llevaron el peso del partido sin dominar el esférico y pusieron las ocasiones de gol. Por desgracia, hay un solo Messi, a quien le bastó con una oportunidad. Quizás esa sea la gran diferencia entre un equipo y otro: un jugador que desestabiliza. Después de la sustitución, Fábregas fue un espectro deambulando por todo el campo. Ni las cadenas del pasado pudieron hacer ningún tipo de ruido para llamar la atención. Es una sombra de su pasado
El otro jugador culé con méritos es Andrés Iniesta; incombustible, constante (sobre todo constante) en cada partido de su equipo. El duende merece una estatua junto al diez culé en las afueras del Camp Nou. Pero son tantas las estatuas de esta generación que se necesitaría de una avenida de los héroes.
Mención especial también para David Beckham. No brilló como antes, pero tampoco pasó desapercibido. El Spice Boy sufre de la factura de los años, pero tampoco es un vejete sin nivel. Quien sí sigue mostrando su inestabilidad es Javier Pastore; llamado a ser el sustituto de Riquelme en la selección, sus tonos grises no le acercan ni de casualidad al color albiceleste.
¿Pero cómo podés ser un fanático tan boludo? Solo hablás de la Argentina, de los culés, de Messi, de Mascherano, incluso de Pastore cuando juega mal, de Lavezzi, das pena. ¿Por qué no hablas de Moura y sus carreras frenéticas dejando rivales desparramados por la grama? ¿O de todo lo sufrido por Jordi Alba en esa banda izquierda? Reconocélo, tus lectores tienen razón, das pena. Solo hablando de lo que te gusta, de los tuyos, odas para acá, odas para allá. ¿Hasta cuándo? Mirá, mejor hablá del Bayern — Juve a ver si te limpiás un poco.
El reloj marcaba el segundo treinta y ya el Bayern ganaba. Alaba (primer austriaco que marca en la fase de K.O. en Champions) aprovechó un despiste de Pirlo y zapatazo. Gol. Nada que hacer para Buffon. El balón se había desviado en el pie de Vidal. Parecía el inicio de un vendaval imparable, la continuación del 9-2 del fin de semana. Pero no. El Bayern no remató a la bestia herida. Las ocasiones se sucedieron, pero cuando el portero de tu rival es lo más semejante en el mundo al guardameta de un videojuego o un comercial, los esfuerzos pueden ser en vano. Aún no entiendo cómo algunos dudan de su calidad como el mejor del mundo. Los récords de Buffon no tienen comparación. El sólo gana partidos. Si acaso uno o dos porteros más pueden hacer eso hoy.
El verdadero revulsivo del Bayern fue Robben. Su entrada tras la lesión de Toni Kroos hizo a su equipo recuperar los metros perdidos tras la reacción de la Vecchia Signora. Fue una carnicería, pero los dioses tenían puesto el dedo sobre el meta italiano.
No fue hasta pasado un buen rato de la segunda mitad que se dobló la ventaja. Un disparo lejano de Luiz Gustavo lo rechazó el cancerbero juventino y el rebote le cayó a Mandzukic. Dadivoso como no suelen ser los delanteros centros, se la dio a Müller. El resto era fácil: puerta vacía y el balón al fondo de las redes.
Aún así, opinión muy personal, el Bayern debió finiquitar el juego. Después de la experiencia tan terrible ante el Arsenal, 2-0 no parece ventaja suficiente para afrontar la vuelta en Juventus Stadium. Arrasar con un equipo y no liquidarlo es el peor error del fútbol.
Mañana le toca al Madrid. Todos hablan del Galatasaray como si fuese una perita. Nada más lejos de la realidad. Los turcos son equipos fuertes, y jugar en Estambúl no es fácil para nadie. El Málaga lo tiene mucho más complicado frente a Borussia Dortmund. Pero en partidos de ida y vuelta todo es posible.
Perro
4/4/13 20:17
Muy buen post dog y más puntos de evidencia a la triste dependencia en Messi,. otro fantasma en la cancha fue Villa. Que nostalgia prehistórica viendo a Beckham en tal evento.
Javier Montenegro
3/4/13 22:00
Bene, no estoy muy claro del desvío de Bartra, puede ser, pero al final me pareció que nadie tocaba el balón y Valdés se iba solo por ahí. Deivi, en cualquier fútbol, cuando un mediocampista natural pasa a la defensa es porque se está poniendo viejo y pierde velocidad y facultades. A Mascherano no le pasa eso, solo es malcriadez de Guardiola que lo puso ahí.
eldavixxl
3/4/13 11:22
javi, genial todo, solo una pregunta: por qué para ti q mascherano pase a ser central es una involución????
Bene
3/4/13 10:40
Pelu: Mi primer y te aseguro que no ultimo comentario en esta columna increiblemente es para resaltar qu estamos casi de acuerdo en todo en este post. Solo un leve detalle: no creo que el gol de Matuidi fuera culpa de Valdes (y bien sabes que no es ni de lejos un portero de preferencia). Dicen las leyes de la Fisica que no puedes estar en dos lugares al mismo tiempo y si el balon se desvia en Bartra ya no ira al lugar que pensaba Valdes. Por demas, enhorabuena tardia por la columna.
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