Portugal ganó sin su Mesías

El Dios del fútbol observaba sobre el cielo de París. Cristiano salió del juego final antes del minuto 20, pero la historia de Portugal ya estaba escrita. Este domingo en Saint Denis el equipo luso ganó la primera Eurocopa de su historia.

Portugal no necesitó su principal estrella para hacer el milagro y derrotó a Francia, el conjunto local, en 120 minutos de puro nervio.

La Eurocopa Francia 2016 demostró que el fútbol sigue siendo un deporte de equipo y que las historias de David contra Goliat todavía son posibles. Portugal es campeón de Europa, y también lo es Cristiano Ronaldo, quien ahora se ubica entre los grandes futbolistas que han logrado triunfar con sus clubes y selecciones.

Precisamente con la lesión en la rodilla de CR7, luego de un encontronazo con Dimitri Payet, comenzaron a aparecer las nubes negras en el cielo de los portugueses. Luego de varios intentos estériles por mantenerse en pie, Cristiano tuvo que abandonar la cancha y dejar a los suyos, un puñado de futbolistas decentes, a la merced de Dios.

El astro de Madeira salió entre lágrimas, impotente. La providencia le regalaba por segunda vez la posibilidad de alcanzar la gloria y, otra vez, Cristiano salía herido.

Pero nuevamente la historia se puso del lado de los más débiles, como en el 2004 cuando Grecia ganó en Lisboa y, luego de esa repentina debacle, el elenco de Fernando Santos sacó el resto de fútbol que podría jugar una Portugal sin CR7 y jugó los 90 minutos más organizados de toda la Euro. Finalmente, un gol del suplente Éder fue el premio perfecto para toda una vida de sufrimiento.

Uno por uno, los futbolistas lusitanos se batieron como equipo y regalaron a su estrella, adolorida, el mejor de los partidos posibles, el de la victoria.

Francia no pudo volver a ser la que vimos contra Alemania y sus incursiones en el área chica se diluyeron en las manos salvadoras de Rui Patrício. Ni Paul Pogba, ni Antoine Griezmman, bota de oro con seis goles, pudieron derribar la muralla que construyeron los portugueses. Solamente el franco-maliense Moussa Sissoko logró mostrar genuino brillo e infundir algo de miedo. El resto de los galos jugaron bien, pero sin resultado al fin.

Al árbitro lo aturdió un poco la marea francesa que se congregó en Saint Denis y, por momentos, olvidó que dentro del campo había dos equipos, afortunadamente su comportamiento no fue decisivo y el fútbol pudo fluir.

El once portugués, más allá de la hombrada, demostró que cuenta con un medio campo saludable, capaz de contener el embate blues, y que Pepe goza de una segunda juventud. El central se erigió como el estandarte de la defensa y supo mantener la cordura, a pesar de ver a su gran amigo del Real Madrid ultrajado.

El propio Pepe y Cristiano Ronaldo se unen al club de jugadores que han ganado Eurocopa y Champions League en un mismo año. El primero concluye un año estupendo, en el que recuperó la titularidad en la zaga madrileña, mientras CR7, selló su candidatura al Balón de Oro 2016 y demostró, aún fuera de juego, la madera con que se construye un verdadero líder.

Cristiano Ronaldo, sin apenas tocar balón en la final, se confirma como una de los grandes de la historia del fútbol y, este domingo, se convirtió en el primer capitán en levantar un título en el fútbol para Portugal. El hombre, arrogante para muchos, acaba de conquistar la gloria para él y para su país.