Más allá del conejo blanco (+PDF)

Mi sobrino, desde que empezó a hablar, me parece que no se calla nunca. Siempre está con una palabra en la boca, es un niño muy alegre y espabilado. Cuando tenía dos años, lo llevaba de la mano al parque infantil que quedaba cerca de su casa. ¿Qué es eso?, preguntaba y señalaba, como era su costumbre. Miraba un árbol y me decía: ¿Qué es eso? Y yo le respondía lo que era y lo repetía. Así era con todo lo que le llamaba la atención hasta que llegábamos al parque infantil:

- ¿Qué es eso?

- Una bicicleta

- ¿Qué es eso?

- Un gato…

 A veces le gustaba preguntar y responderse a sí mismo con alegría, como si estuviera orgulloso de saberlo: ¿Qué es eso? ¡Un carro!

Los niños se asombran por todo, porque no saben mucho del mundo. Todo es nuevo para ellos. A los dos años cuántos carros habría visto mi sobrino, ¿diez? ¿Yo a los veintidós cuántos habría visto ya?

Cuando crecemos perdemos poco a poco esa capacidad de asombro, lo damos todo por sentado y perdemos la buena costumbre de preguntar. Ahora mi sobrino tiene tres años y entró en la famosa etapa de los porqués.

A veces pienso si cuando crezca dejará de preguntar, de querer aprender más sobre el mundo o si se conformará de mala gana con lo que le enseñen en la escuela. Por eso recordé este libro del noruego Jostein Gaarder, El mundo de Sofía.

Es un libro para adolescentes y los que no lo son tanto que quieran aprender lo básico sobre la filosofía y su historia de manera didáctica. Empieza cuando Sofía Amundsen, una adolescente que va cumplir sus quince años, recibe una carta en su buzón que dice: ¿Quién eres?

A partir de ahí, comienza a recibir un misterioso curso de filosofía que le hace cuestionarse su vida y su forma de ver lo que le rodea. Así comienza un viaje por la filosofía occidental, desde la Antigua Grecia, con los presocráticos, hasta el existencialismo de Sartre.

¿Cómo se creó el mundo? ¿Existe alguna voluntad o intención detrás de lo que sucede? ¿Hay otra vida después de la muerte? ¿Cómo debemos vivir? Estas y otras preguntas esenciales que se ha hecho la humanidad, aparecen en el libro con las respuestas y los enfoques de diversos filósofos a lo largo de la historia.

Gaarder compara al universo con un conejo blanco, nosotros estamos dentro. Escribe: “En el extremo de los finos pelillos de su piel nacen todas las criaturas humanas. De esa manera son capaces de asombrarse por el imposible arte de la magia. Pero conforme se van haciendo mayores, se adentran cada vez más en la piel del conejo, y allí se quedan. Están tan a gusto y tan cómodos que no se atreven a volver a los finos pelillos de la piel. Solo los filósofos emprenden ese peligroso viaje hacia los límites extremos del idioma y de la existencia”.

El mundo de Sofía es una guía para aquellos que quieran salirse del conejo y ver más allá. Como siempre, les comparto el libro. Descargue la primera parte (Archivo pdf de 392 KB) y la segunda (Archivo pdf de 312 KB).