Wim Wenders, director de cine alemán, afirma que la principal razón de infelicidad del ser humano es su renuencia a mirar hacia dentro. Dice que preferimos admirar lo bello que se la tierra desde la luna y viceversa, pero mirarnos por dentro; ¡eso jamás!
Quizás por eso la última película del alemán propone un viaje hacia lo más profundo de sí mismo: es ahí donde habían cada los más profundos de todos nuestros monstruos, ángeles y demonios, ¿no es verdad?
No es entonces de sorprender lo pausado del filme Inmersión. Ni su título.
Las miradas en esta cinta son intensas, profundas, casi tan inamovibles como la cámara. Cada plano tiene una quietud casi litúrgica. Sigue la línea que antes también ha configurado su filmografía. Estoy hablando de Paris, Texas (1984). Una vez más, y a pesar de que sean otros los que hablen –en este caso los cuerpos de James McAvoy y Alicia Vikander en el reparto- Wim Wenders se limita a hundirse.
La película discurre completamente ajena a las motivaciones, los deseos o las aventuras de sus personajes.
Él es espía y ella, oceanógrafa. Él tiene por misión acabar con lo que la cinta asume como terrorismo y ella, dar con rastros de vida en lo más profundo del mar. Es decir, los dos se han marcado como objetivo ir hasta el fondo. Sobre este presupuesto, lo han adivinado, todo es metáfora, todo es hundirse.
Inmersión (Wim Wenders, 2017) vive tan sólo pendiente de su rigor, de su extraño y pomposo empeño de abstracción. Y claro, agota. Tan adentro no hay aire.
Nuestros protagonistas funcionan mejor en conjunto que separados en esta cinta. Como si se creyeran la historia de amor, pero nunca sus respectivos trabajos.
Es complicado aspirar a la metafísica en el cine.
Inspirado en una novela de J. M. Ledgard, las labores de los personajes son tan improbables que sus razones se difuminan entre los diálogos. Los cometidos de algo se acercan mucho a los conceptos de imposibilidad.
En resumen: Una obra mejorable pero valiosa. Relato intenso, a ratos conmovedor y a ratos enfático, sobre el amor y el fatalismo.
Almir U. Mestre León
5/3/19 12:30
La vi el año pasado y una de las cosas que más me gustó fue el paisaje.
gretter
5/3/19 8:57
Submergence : no siempre triunfan los enamorados
El cineasta alemán Wim Wenders responsable de El cielo sobre Berlín , Tan lejos, tan cerca y Todo saldrá bien inauguró el Festival de San Sebastián con Submergence
James More es un ingeniero hidráulico que ha sido tomado como rehén en Somalia por terroristas yihadistas, que sospechan que es un espía británico. Danielle ‘Danny’ Flinders es una biomatemática que trabaja en un proyecto de inmersión en las aguas más profundas de los océanos para demostrar su teoría sobre el origen de la vida en el planeta. Un año antes, James y Danny se conocieron en un hotel de la costa atlántica francesa y se enamoraron. Ahora, separados, Danny inicia una inmersión al fondo del océano sin saber si James sigue vivo.
Historia de amor con un final no tan feliz , una película con un guión demasiado abarcador y esta es tal vez su debilidad
La fotografía es excelente y los paisajes son reveladores , aun cuando el producto no llegue a resultar tan redondo como quisiéramos
Pudiéramos decir que incluso es una película triste , cuando se centra en el drama romántico conmueve pero cuando divide las historias se disuelve
Wenders acomoda el lente de su cámara sobre el rostro de Vikander , plasmando su delicadeza en más de una secuencia, ella junto a James McAvoy, consiguen que el metraje se más llevadero
Wim Wenders y la tragedia del amor , la fatalidad de las distancias convergen en Submergence
Términos y condiciones
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.