//

domingo, 24 de noviembre de 2024

La niñez perdida (+Trailer)

Un debut cinematográfico que es también una de las películas españolas más impresionantes en lo que va de año, madurísima destilación de unas reminiscencias de infancia asimiladas a través de una virtuosa representación...

Diany Castaños González
en Exclusivo 22/01/2019
1 comentarios
Verano 1993-Carla-Simón-película española
Las niñas Paula Robles (izquierda) y Laia Artigas, en una escena de la película española “Verano 1993”.

Frida (Laia Artigas) es una niña de seis años, huérfana. La película nos cuenta el primer verano de su vida luego de la pérdida de su madre. Lejos de su entorno cercano, en pleno campo, la niña deberá adaptarse a su nueva vida.

En una de las primeras escenas un grupo de niños están jugando. La niña ya ha perdido a su madre, pero juega con ellos. Hasta que uno se le acerca y le pregunta: ¿y tú, por qué no lloras? Lo cual adentra al espectador en la familiarización -que tanto desea la película- con los contradictorios procesos de gestión de dolor de la infancia.

Así como en la película de Jacques Doillon, la niña Ponette lidiaba con la muerte de su madre llorando sin parar durante horas, en verano 1993, Frida mantiene los ojos secos en casi todo el filme.

A los que no le gustan que le cuenten el final que no lean este párrafo. Es solo al final que la niña pasa de la sequedad al desbordamiento, sin razón aparente. El nuevo territorio físico y afectivo le es agradable, pero el llanto igual aflora. Y no solo aflora, sino que rebasa la lógica.

Las reacciones de los seres humanos no tienen por qué estar preestablecidas. Reír en los funerales, saltar sobre las tumbas, llorar de terror en las bodas. Nadie debe cuestionar los sentimientos. Estoy totalmente de acuerdo con esta, la tesis de la española Carla Simón.

Y ella debe saber. Porque Verano 1993, que hasta el año exacto lleva, son los recuerdos de la propia infancia de la realizadora. La principal fortaleza de esta cinta es su estilo visual, elaborado como libre de todo exhibicionismo. Las niñas Laia Artigas y Paula Robles no parecen estar interpretando, más bien andando libres como mariposas, transparentan en sus besos todas las corrientes subterráneas de sentido de su nada cómoda relación.

Carla simón no enfatiza nada, porque la cinta es una constante sucesión de ideas brillantes. Un ritual de duelo en una historia que se basa en su propia vida… quizás por ello es esta ficción tan verosímil.


Compartir

Diany Castaños González

A aquella muchacha le gustaba acostarse soñando imposibles, hasta que despertó una mañana segura que, durante la noche, había dormido apoyando su cabeza sobre el ombligo de Adán.

Se han publicado 1 comentarios


gretter
 22/1/19 7:44

Verano 1993: la complejidad de la niñez

El debut  de Carla Simón  en la dirección ha sido tan alabado por la crítica que cualquiera pudiera pensar que estamos ante una de las mejores películas españolas de los últimos tiempos, en realidad creo el resultado no podía estar más alejado de la realidad.

La historia se centra en Frida  una niña de seis años, afronta el primer verano de su vida con su nueva familia adoptiva tras la muerte de su madre. Lejos de su entorno cercano, en pleno campo, la niña deberá adaptarse a su nueva vida.

Mejor ópera prima y Gran Premio del Jurado en Berlín, Biznaga de oro en Málaga , incluso preseleccionada a los Oscar , Verano 1993 es tan sobrevalorada como lo fuera en su momento Tarde para la ira

Drama que refleja la niñez , sustentado por un guión contemplativo que todo el tiempo está manipulando al espectador.

La sensibilidad, la emotividad del relato me parecen reflejadas forzosamente

El debut de Laia Artigas es portentoso, su mirada, su proyección es lo más destacable de la cinta, Bruna Cusí y David Verdaguer la acompañan sin grandes momentos

Es probable que gane el Goya a mejor película, tal vez otros lauros, pero Verano 1993 de maravillosa no tiene nada, de simple mucho

Deja tu comentario

Condición de protección de datos