Andar de neón

De la década de los 80 del siglo pasado nos viene una tendencia que enciende nuestros ojos con colores fosforescentes. Ya hemos mencionado en otras ocasiones el carácter cíclico de la moda, y esto, que había estado dormido por tantos años, de pronto regresa a las calles con su ambiente festivo y medio discotequero.

De pronto encuentro que la gente vuelve a vestirse con prendas muy brillantes, y en Cuba, que predomina la tendencia Normcore, le vamos añadiendo unos toques de fluorescencia. El otro día, una señora bastante mayor subió al autobús con un pulóver verde neón que la hacía lucir extremadamente llamativa y realzaba todas las deformidades típicas de su edad. Pensé dos cosas, o esta señora no tenía muchas opciones para vestirse ese día, lo cual es comprensible y respetable, o realmente no tenía la menor idea de lo mal que le sentaba este pulóver.

Sucede que la ropa fluorescente tiene sus reglas de uso. La tonalidad de estos colores es muy llamativa y suele enfocar la atención en la zona del cuerpo donde esté ubicada, por lo tanto, debe ser estratégica y sabiamente usada, en dependencia de los atributos que se quieran realzar.

Para algunos es algo que solo deben llevar los jóvenes, quizás por los colores encendidos, y la sensación tan festiva que denota. Lo cierto es que personas de más edad también pueden llevarla, siempre y cuando sea con mesura y discreción. En tal sentido las combinaciones son un punto clave que cuidar, pues queda terminantemente prohibido vestirse con excesos de ropa fluorescente, pues da la sensación de recarga, además de que luce mal y hace que la persona parezca un bombillo ambulante.

Lo ideal en este caso es combinar la ropa fluorescente con otras de colores neutrales y pasteles. Una blusa o pulóver fluorescente con un pantalón negro, gris, beige; un color que no sobrecargue. De igual modo, también se están llevando mucho los maquillajes con colores encendidos, ¡Cuidado! Se pueden realzar partes que deben ir más discretamente maquilladas, y, más cuidado aún, si aparte del maquillaje ya lleva puesto algo brillante.

He visto personas que van con la típica combinación de verde y rosado fosforescente, al estilo de principios de los 90. Sabemos que es la mezcla más distintiva, pero una vez más recalco el cuidado con las prendas, pues no es lo mismo esta mezcla de colores encendidos en unas simples franjas en los zapatos, o un detalle del pulóver, a todo un conjunto de piezas grandes con colores encendidos.

En la calle escuché un comentario desagradable, pues pasó un hombre maduro, negro, con un pulóver verde encendido, y un pantalón oscuro. “Mira eso, con lo negro que está para la gracia esa de andar con esos colorines”. Realmente fue un comentario desagradable, pues el señor supo combinar de manera correcta su ropa, andaba a la moda, y no lucía mal, lo que, por supuesto, llamaba mucho la atención. Es una pena que aún existan criterios de índole racista que traten de descartar el uso de algunas ropas según el color de la piel. Eso no está bien.

En el caso de las mujeres, si ya tiene puesta una prenda fluorescente, lleve el maquillaje natural y sencillo, sea discreta con los accesorios, y verá que no luce recargada. Tenga en cuenta su cuerpo, sus formas y medidas, y trate de evitar las zonas que considere con menor potencial para hacerla lucir bien. Otro detalle pudiera ser vestir de manera sobria y llevar los accesorios en neón, o usar una sola prenda fosforescente y lo demás neutral. El buen gusto radica en quitar lo que sobra, no en el recargo.

Hoy, la moda discotequera anda circulando por las calles al estilo de moda casual, tal y como sucedía en los 80, recordemos las pintas de Madonna, Cindy Lauper, y Whitney Houston en sus inicios; con accesorios coloridos y maquillaje divertido. Lo mejor que tiene este tipo de ropa es la sensación de frescura que aporta a la imagen. Son vestuarios alegres, y bien combinados pueden aportarle a su imagen una sensación de gozo y juventud.

Claro está, en un contexto más bien festivo como las discotecas, carnavales o fiestas, abusar de los colores fluorescentes puede ser una opción divertidísima para quien lo lleve y quienes lo acompañen, eso depende de la personalidad, como toda tendencia al vestir. Pero, por el contrario, si anda en uno de esos días en los que no tiene el más mínimo deseo de llamar la atención, olvídese del tema, pues para robar miradas lo mejor es ponerse algo así de luminoso.

Lo cierto es que la ropa fluorescente le queda bien a quien sepa combinarla, llevarla ante todo de forma oportuna y con seguridad.