Cuando el 17 de diciembre de 2014, el mundo presenció el histórico acuerdo entre los presidentes Raúl Castro y Barack Obama de establecer relaciones diplomáticas e iniciar el camino hacia la normalización de vínculos bilaterales entre Estados Unidos y Cuba, hubo un sector que estuvo en el centro de las medidas tomadas por el presidente estadounidense para aliviar el Bloqueo: las telecomunicaciones.
En el inicio de lo que llamó una nueva estrategia de su administración para tratar el caso cubano tenía un peso privilegiado Internet y las nuevas tecnologías y por eso Washington eliminó varias regulaciones que impedían a las empresas estadounidenses exportar teléfonos inteligentes, software de Internet y otros equipos de telecomunicaciones a Cuba. Luego, el 16 de enero de 2015, entraron en vigor sus enmiendas a las regulaciones de los Departamentos del Tesoro y Comercio, y no pocas empresas estadounidenses comenzaron a mostrar su interés en acercarse a Cuba.
Una de las primeras compañías interesadas fue IDT, que firmó un acuerdo con la empresa estatal de telecomunicaciones cubana ETECSA para establecer comunicaciones telefónicas directas entre Cuba y Estados Unidos, fin de una era en la que las llamadas entre las dos naciones transitaron a través de terceros países. Luego Netflix, servicio líder mundial de suscripción para ver películas y series en móviles, abrió la posibilidad de subscripción para personas en Cuba con acceso a métodos internacionales de pago, y el gigante informático Apple también se unió a este grupo, aprobando la venta de algunos de sus productos y software dentro del país.
En septiembre de este año regresaron las telecomunicaciones dentro de otro paquete de la administración Obama, en el que esta vez se le permitía a personas sujetas a la jurisdicción de EE.UU. establecer negocios en Cuba, incluyendo inversiones mixtas con entidades cubanas, la importación de aplicaciones de telefonía celular hechas en el archipiélago, y la contratación a nacionales cubanos para desarrollarlas.
Pareciera que bastante ha llovido desde entonces en materia de telecomunicaciones en Cuba y, ciertamente, los cambios han sido positivos, pero el reciente Informe presentado por Cuba sobre la resolución 69/5 de la Asamblea General de la ONU, y que será sometido a votación en la ONU, da cuenta de algunas de las piedras que aún continúan en el camino.
Según refiere el Informe, aunque es muy positivo que se hayan autorizado las exportaciones de productos y servicios a Cuba, hoy es un requisito el pago en efectivo y por adelantado, una práctica que no se ajusta a las prácticas del comercio internacional y que por tanto afecta las negociaciones. La vía hoy es esta, aun cuando existe la posibilidad de que bancos extranjeros o estadounidenses radicados fuera de EE.UU. puedan proveer financiamiento para estas compras.
Por otro lado, muchos son los bancos que temen a realizar transacciones relacionadas con Cuba, como resultado del acoso financiero aplicado históricamente por el Bloqueo.
En total, el documento refiere que en el último año las pérdidas en el sector de las comunicaciones y la informática en Cuba ascienden a los 57 millones 122 mil 900 dólares.
Entre ellas, se incluyen los ingresos dejados de percibir por ETECSA que ascienden a 38 millones de dólares, debido a la imposibilidad de acceder a marcas y equipamientos de altas prestaciones y líderes en el mercado de las telecomunicaciones distribuidos por entidades norteamericanas; así como las pérdidas de la empresa cubana Copextel, dedicada al suministro y reparación de equipos de telecomunicaciones, de 2 millones 500 mil dólares.
Asimismo, insiste el Informe, pese a las visitas a Cuba de altos directivos de Google, y el marcado interés de introducir sus productos y servicios en el mercado cubano, el Bloqueo todavía impide el uso de servicios y aplicaciones como Google Chrome, Google Analytics y Google Play Store.
Todavía quedan del lado de Estados Unidos pasos importantes que dar, pues actualmente su propia política es un obstáculo para el desarrollo del sector de las telecomunicaciones en Cuba, y hasta para el feliz término de sus medidas.
Aun cuando muchos han intentado vender la idea de que el gobierno cubano no tiene interés en conectar a Internet a los cubanos, durante su participación en el I Taller de Informatización y Ciberseguridad, el vicepresidente cubano Miguel Díaz- Canel aseguró que existe la voluntad y la disposición del Partido y el Gobierno cubanos para desarrollar la informatización de la sociedad y poner Internet al servicio de todos.
“El Estado trabajará para que este recurso esté disponible, accesible, costeable para todos”, dijo, y aseguró que el cambio de táctica de Estados Unidos“acentúa la necesidad de que avancemos más en el proceso de informatización”.
El panorama de usos y accesos a Internet en Cuba es hoy ciertamente distinto al de varios años atrás. Según datos de la ONEI, suman más de tres millones los accesos a Internet, un millón de usuarios los que utilizan la plataforma Nauta, mientras que la apertura de 35 áreas de navegación WiFi, aún con sus notables deficiencias por saldar, han propiciado una ampliación del acceso a la red. También están en el horizonte perspectivas como la ampliación del uso de Internet en los hogares, y sectores claves del país como la educación, instituciones políticas, económicas, entre otros.
Pero el Bloqueo continúa siendo el principal obstáculo para el desarrollo de una infraestructura en Cuba que permita un mejor acceso a Internet, pues EE.UU constituye el emporio mundial de las tecnologías informáticas, refiere el Informe. La Internet Corporation for Assigned Names and Numbers (ICAN), por ejemplo, provee direcciones IP y nombres, pero por estar sujeta a las leyes de la Oficina Federal para las Comunicaciones y al Departamento de Estado de EE.UU, está limitada de brindar servicios a Cuba, se explica.
Lo interesante es que muchas de estas limitaciones pudieran desaparecer si Obama continuara haciendo uso de sus facultades ejecutivas. Permitir la concesión de créditos, préstamos y financiamientos a Cuba para la adquisición de productos en el mercado de EE.UU. —con excepción de los agrícolas— es una posibilidad que el presidente no ha tocado y que depende únicamente de su decisión.
Quedan pocos días para las votaciones sobre la resolución 69/5 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, y el mundo espera con ansias la posible abstención de Estados Unidos. Mientras tanto, los hechos están sobre la mesa y nosotros ponemos de lado de ustedes el debate ¿Qué más podría hacer Obama para facilitar el acceso a las nuevas tecnologías por parte de los cubanos?
laffita
28/10/15 13:40
la verdad es que a partir de estas medidas de mejoramientos de la relaciones entre los dos paíse vamos a tener que dejar a un lado las injustificables justificaciones de cosas que pasan o que no pasan y se las achacamos al bloqueo para empezar a repararnos desde el interior.
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