Desde hace poco más de un año toda la red de computadoras de los tribunales de la provincia de Las Tunas se encuentra montada sobre plataformas de código abierto, específicamente una distribución de Ubuntu.
“Hay dos maneras de hacer esto”, dice David Alejandro Rivas, administrador de redes de la entidad. “Una es la lógica que consiste en ir paso a paso, la otra es la drástica: guardar tu documento esta tarde en Microsoft Word y mañana tener que abrirlo en un procesador de texto de Open Office. Esa fue la que escogimos”.
“Lo hicimos porque somos los tribunales, no podemos incumplir las leyes de propiedad intelectual, pero también porque nos permitió darle más seguridad a nuestra red, elevar el rendimiento de nuestros clientes ligeros e incrementar la calidad de los servicios del nodo central, como el chat, los correos, entre otros”, dice.
Aunque parece un poco drástica, la experiencia de los tribunales tuneros es una de las pocas que ha alcanzado éxito en el territorio. A juicio de Rivas ello se debe porque al no existir Windows la gente no tuvo una referencia para comparar un sistema operativo con otro y se vio obligada a aprender el nuevo y comprender que es posible interactuar con él aun sin grandes conocimientos de informática.
Para varios de los expertos la cuenta regresiva para el apagón informático y la migración masiva a software libre ha comenzado en Cuba. Otros consideran que siempre existirán empresas e incluso personas, que podrán pagar las licencias de propiedad intelectual del software propietario.
REINICIANDO EL SISTEMA
Linux, el más extendido de los sistemas operativos de software libre fue creado en 1991 por el entonces estudiante finlandés Linus Benedict Torvalds, quien además entregó un concepto revolucionador: el código del nuevo software estaba abierto de forma libre y gratuita a toda la comunidad de programadores. Desde entonces, millones de usuarios de todo el mundo poseen este programa y miles de ellos contribuyen a su continuo desarrollo aportando ideas, nuevas aplicaciones, información sobre problemas técnicos.
De esta forma el producto es capaz de adaptarse a las necesidades específicas de cada persona o institución mientras se eliminan conceptos como el de piratería, aunque se protege la propiedad intelectual de los creadores.
La introducción de la informática en Cuba se hizo fundamentalmente sobre la base de programas privativos. La existencia del bloqueo de EEUU exceptuaba al país de pagar licencias; sin embargo ese panorama ahora ha cambiado con el proceso de normalización de relaciones entre la Isla y EEUU, aunque desde el año 2004 el Consejo de Ministros acordó la migración a plataformas de código abierto de forma continua y organizada.
Actualmente existe una estrategia nacional, con acciones y tareas específicas, tanto organizativas como técnicas, legales y de capacitación, pero es un proceso que se desarrolla con altibajos.
Para Cuba es indispensable la migración porque garantizaría su independencia tecnológica y su soberanía. Desde el punto de vista económico ahorraría el pago de millonarias sumas de dinero por concepto de licencias de propiedad intelectual, lo cual limitaría el proceso de informatización de la sociedad. Al mismo tiempo, y contrariamente a lo que se cree, las plataformas de código abierto son más estables cuando se utilizan en las redes, seguras (reciben pocos ataques de virus), y demandan máquinas de menos prestaciones. Sin embargo, en la actualidad Linux y sus distribuciones, como Ubuntu, Nova (versión cubana) y Debian, son muy conocidas entre administradores de redes e informáticos, pero prácticamente desconocidas para los usuarios de manera general.
ROMPER PARADIGMAS
“Es más fácil cambiar los programas de todas las computadoras del mundo, que cambiar el mundo”, dice Arián Santiesteban, Jefe del Departamento de Tecnologías en Función de las Comunicaciones de la Universidad de Ciencias Médicas de Las Tunas.
Así sintetiza la resistencia al cambio de personas e instituciones de migrar a plataformas de diferentes a Windows. A su juicio, la mayoría de las veces por desconocimiento y facilismo.
Para el experto en tecnologías William Amed, el problema radica en que el sistema operativo de Microsoft estableció, al menos en América, un paradigma de interacción de usuarios con las máquinas que es muy difícil de romper, y la visualidad y usuabilidad, no son precisamente los puntos fuertes de Linux.
Santiesteban opina que existen muchos mitos alrededor del software libre pero la realidad es que hay obstáculos como la falta de un repositorio para todas los programas, su no inserción en los programas de estudio o la poca integración entre las instituciones que hace que cuando se circule un documento en plataformas de código abierto, este entre en contradicción con los programas de Office y no sea legible para la mayoría de los usuarios.
Ramiro Mejías, especialista en ciencias de la información en la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba SA (Etecsa) en Las Tunas, señala contradicciones como el hecho de que se promueva el uso de Linux pero en las entidades se adquieran y utilicen software que no corren en estas plataformas.
Precisamente otro de los grandes problemas de la extensión del software libre es la necesidad de crear aplicaciones de factura nacional que “corran” en esta plataforma.
Algo se ha avanzado en ese sentido. Desoft comercializa aplicaciones como Decisor, para la toma de decisiones en las empresas mientras avanza en el desarrollo de programas sobre la base de la plataforma Odoo, que permitirá actualizar y migrar a un programa tan importante para la contabilidad cubana como el Versat.
Los Joven Club han hecho lo suyo con la creación de SEAT, un software para el control y organización del transporte, o AtenciónOnLine, para la atención a la población, todos ellos desarrollados a partir de la plataforma Raptor 2, concebida por programadores cubanos, la cual está orientada al SL en la web. Precisamente, por la versatilidad y estabilidad de este sistema de programas, se ha convertido en una tendencia muy llamativa en el país.
El software libre está presente en la mayoría de los servidores de redes del país, por sus fortalezas en la estabilidad de las redes y la seguridad; sin embargo no existen laboratorios para su enseñanza, lo que provoca que aún resulte desconocido para gran parte del público.
La migración del país a plataformas de código abierto resulta un tema polémico que ocupa y preocupa a los integrantes de la Unión de Informáticos de Cuba que se ha propuesto desarrollar varias iniciativas entre especialistas, directivos y la población.
Cursos, festivales de instalación gratuita, promoción de experiencias y prácticas positivas, aún son insuficientes si no se logran traducir las potencialidades de las plataformas de código abierto al lenguaje común de los usuarios, quienes, al menos por el momento, tienen la oportunidad de copiar, pegar e instalar (en resumen piratear) programas propietarios sin grandes problemas legales.
Términos y condiciones
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.