El ser humano siempre se ha preguntado si existe vida en otros planetas. Ovnis y extraterrestres han sido mitos entre la población mundial más crédula. Pero no pudo saberse si además de la Luna y el Sol existían otros planetas, o reforzar las teorías de rotación de la Tierra sin un artefacto que cumple este mes de agosto 409 años: el telescopio. Esta es su historia.
Galileo Galilei era hijo de una familia relativamente acomodada de Pisa en Italia, por lo que pudo estudiar, gracias a su posición social y su tiempo libre, Medicina, Matemáticas y Filosofía. Era un fiel seguidor de la teoría heliocéntrica de Nicolás Copérnico, que sostenía que la Tierra giraba alrededor de su eje y en torno al Sol y no al revés, como defendían los preceptos de la Iglesia Católica en aquella época.
A lo largo de sus investigaciones creó el pulsómetro. Gracias a varios estudios pudo medir una escala de tiempo que permite conocer el valor del pulso. Siendo profesor de la Universidad de Padua, creó también el termostato, el primero de su tipo en la historia de la ciencia, y además el termómetro de gas. Pero su invento indiscutible que cambió el mundo y la perspectiva de la Astronomía fue el telescopio.
Es cierto que la creación del primer telescopio no se le atribuye a su persona, sino a un holandés contemporáneo que creó un artefacto capaz de ver el cielo de cerca. Al enterarse Galileo de la existencia, en 1609, de aquel artilugio capaz de ver los cuerpos celestes, inmediatamente resolvió hacer su versión.
Ideó y llevó a la práctica un instrumento de 1,27 metros de largo, con carácter refractario, que permitía ver objetos lejanos con mayores dimensiones y más brillantes. Aquella primera versión artesanal tenía 20 cristales de aumento, y superaba seis veces la de los cristales del telescopio original. Al poco tiempo decide crear otro que alcanzaba a ver objetivos ocho y nueve veces más de cerca que el primero.
Un año después, en 1610, tenía 30 telescopios diferentes y además había logrado con cristales inversos el primer microscopio. Gracias a la utilidad del telescopio, Galileo Galilei observó un cordón difuso de luz que se extendía en el cielo, acababa de descubrir lo que hoy conocemos como la Vía Láctea. También reveló que Júpiter tiene sus propios satélites naturales, conformando así un pequeñísimo sistema a su alrededor. Asimismo descubrió los cráteres de la Luna, y dejó constancia en unos dibujos que representaban las montañas y las irregularidades de nuestro satélite. Reveló que Venus también tiene fases y que el Sol no era tan perfecto como sostenía la teoría bíblica, pues tiene manchas; además de corroborar la teoría copernicana de que la Tierra no es el centro del Sistema Solar, lo que le valió la persecución de la Iglesia.
El astrónomo realizó observaciones directas de las estrellas, el cielo y sus componentes, aprovechando cuando las nubes se interponían al disco solar, en las mañanas o las tardes, cuando la intensidad luminosa era más soportable.
Este rito de observaciones diarias lo llevó a la ceguera al final de sus días. No obstante los grandes aportes de su nuevo invento, perfeccionado a lo largo de los años, Galileo tuvo que ir a juicio por la Santa Inquisición en 1633, cuando fue condenado por hereje y obligado a retractarse de todos sus descubrimientos acerca del espacio exterior. Murió ciego y solo en 1642.
A pesar de ello, con el telescopio, Galileo Galilei abrió los ojos de la humanidad al Universo, por lo que se le considera el Padre de la Astronomía Moderna.
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