Esta pregunta pudiera estar relacionada con alguno de los muchos atributos de la más extensa de las provincias cubanas, con la peculiar abundancia de sus tinajones, su arraigada cultura ganadera como en ningún otro lugar de Cuba, el centro histórico de su ciudad reconocido con la condición de Patrimonio de la Humanidad, sus historias de amor, la belleza de sus mujeres o las grabaciones de la más reciente película del ICAIC dedicada a Ignacio Agramonte, “El Mayor”; pero no nos referimos ahora a esas singularidades, sino a aquellas que han hecho a Camagüey merecedora de la sede del acto nacional por el Día Mundial del Medio Ambiente.
Nuevitas es una amplia bahía de bolsa con tres pequeños cayos interiores conocidos como los Ballenatos. En ella yacen varias embarcaciones hundidas, entre ellas el Mortera, cerca del cual tiene lugar durante una parte del año un show de tiburones, visitado por buzos de todo el mundo. Otras reliquias del pasado han estado resguardadas bajo sus aguas. Recientemente, con la colaboración de la Oficina del Historiador de la ciudad de Camagüey y de otras personas e instituciones, y la conducción del Centro para el Patrimonio Subacuático de la región oriental del país, CUBASUB, fue ubicado el Francisco Pizarro, cañonera española que sin llegar a cumplir sus tres años de vida fue hundida a propósito durante la guerra hispano-cubano-norteamericana de 1898 para que evitar cayera en manos de la marina de los Estados Unidos.
Espolón de proa del Pizarro, clave en su identificación (Foto: Naturaleza Secreta).
Con la custodia del fuerte San Hilario desde el extremo de cayo Sabinal, un estrecho canal conduce a mar abierto. De un lado el polo turístico Santa Lucía y del otro varios de los más extensos cayos de Cuba: Romano, Sabinal y Guajaba. Desde hace años, los dos primeros fueron enlazados con la isla de Cuba por pedraplenes. Con ellos termina el archipiélago Sabana-Camagüey o Jardines del Rey, una de las áreas de mayores valores naturales de todo el archipiélago cubano. En algunos de esos cayos y en otros, como Cayo Cruz, se prevé un intenso desarrollo turístico y actualmente se construyen las infraestructuras. Precisamente, uno de los resultados más significativos del sistema de ciencia y medio ambiente en Camagüey durante el pasado año fue el asesoramiento con un criterio de sostenibilidad de este desarrollo turístico, que por su magnitud representa todo un desafío para la conservación de la diversidad biológica de la costa norte y los cayos de esta provincia. Esa misión la desempeña el Centro de Investigaciones para el Medio Ambiente de Camagüey (CIMAC), creado precisamente un 5 de junio, pero de 1996, institución que fue reconocida en el acto nacional con el Premio Provincial de Medio Ambiente.
Jardines de la Reina se ha convertido en una de las áreas de Cuba más prestigiosa por sus valores naturales (Foto: Naturaleza Secreta).
Hacia el sur se encuentra Jardines de la Reina, con más de 660 cayos y sobre todo una abundancia de peces, especialmente de tiburones, superior a cualquier otra área marina de Cuba. Desde hace 20 años tiene lugar en una zona de ese archipiélago una de las experiencias más exitosas de manejo de un área marina protegida en todo el mundo, a partir de la modificación de su actividad económica tradicional vinculada a la pesca comercial, por el turismo asociado al buceo contemplativo y a la pesca deportiva, con menores impactos ambientales y mayores ingresos económicos.
Los monitores indican que las poblaciones de tiburones son más abundantes en Jardines de la Reina que en otras áreas marinas de Cuba (Fotos: Naturaleza Secreta).
En su zona costera y tierra adentro, Camagüey posee muy altos valores naturales. Su fauna de vertebrados ha sido la más estudiada, identificándose 279 especies, de ellas 101 son endémicas. Sobresalen 13 de anfibios, 27 de reptiles, 84 de aves y 30 de mamíferos. Posee más de 1 700 especies de plantas, el 24 % de todas las especies de la flora nacional. Más de la mitad de estas especies tiene alguna utilidad conocida; el 60 % son medicinales o potencialmente medicinales, el 35 % son melíferas, el 30 % maderable y el 42 % ofrecen otros usos.
Un guincho durante su reproducción (arriba) y una marbella (debajo) (Fotos: Naturaleza Secreta).
En la provincia existen actualmente 162 especies amenazadas por la extinción o necesitadas de algún manejo diferenciado por la situación tan depauperada de sus poblaciones naturales. La estrategia ambiental de Camagüey para el periodo 2016-2020 precisa afrontar los factores que inciden en la pérdida de la diversidad biológica asociados a la fragmentación de los hábitats, los efectos de la contaminación ambiental, los incendios rurales y forestales, las prácticas agrícolas inadecuadas, la pesca, caza y tala furtiva, el comercio ilegal de especies de la flora y la fauna, y la introducción e inadecuado control y manejo de especies exóticas invasoras, entre otros.
Durante muchos años en el Refugio de Fauna Río Máximo, en la costa norte de Camagüey, se reproducían decenas de miles de parejas de flamencos (Foto: Naturaleza Secreta).
Ante las amenazas a su diversidad biológica, la provincia cuenta con 11 áreas protegidas, todas tienen sus planes de manejo y planes operativos aprobados, y existe una evaluación de medianamente satisfactoria de la efectividad de su funcionamiento.
Disfrutar de la naturaleza con una increíble proximidad es un exclusivo privilegio de Camagüey (Foto: Naturaleza Secreta).
Frente al desafío de conservar la diversidad biológica y enfrentar con éxito otras problemáticas ambientales del territorio, la dirección de Medio Ambiente del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) considera que Camagüey ha venido desarrollando un trabajo estable, con un seguimiento muy serio a la estrategia ambiental territorial, mejorías en indicadores claves durante el 2017 y un cumplimiento de un 95 % de las metas proyectadas. La provincia presentó, además, con calidad aceptable y en el periodo establecido, la propuesta de programa de implementación para el 2018 de la estrategia ambiental.
No quiere decir que Camagüey no tenga retos por vencer en su medio ambiente. Uno de ellos es disminuir la contaminación, que tiene entre sus indicadores de evaluación, la estimación de la carga contaminante orgánica vertida al medio, que por lo general se ha incrementado en los últimos años, tanto a nivel provincial como en las cuencas hidrográficas, la bahía de Nuevitas y los ecosistemas montañosos, entre ellos Sierra de Cubitas y Sierra de Najasa. Se evacuan aproximadamente 25.562 millones de m3 de residuales líquidos al año, de los cuales se tratan 14 314 millones de m3 (56 %) en 32 lagunas de oxidación.
Camagüey ha sufrido una intensa sequía durante años, con impactos en la ganadería y la agricultura (Foto: Naturaleza Secreta).
La propia estrategia ambiental precisa que en la provincia la mayoría de las redes hidrográficas constituyen cuerpos receptores de residuales crudos o parcialmente tratados, como ocurre en el resto del país. La carga contaminante que ingresa a las aguas terrestres ha comprometido en muchos casos la capacidad de autodepuración de las mismas, lo que constituye una amenaza a la salud humana. A lo anterior se unen los incrementos de las sales solubles en las aguas de los acuíferos cársicos costeros por la intrusión salina, debido, tanto a causas naturales como a inadecuados regímenes de explotación. La intensa sequía que ha experimentado la provincia —con disminución en el último trimestre del 2017— conllevó, en determinados casos, a la sobreexplotación de los principales acuíferos con descensos en el almacenamiento de agua hasta un estado crítico.
Impactos negativos a los manglares (Fotos: Naturaleza Secreta).
Como en el resto del archipiélago cubano, en Camagüey se evidencian impactos negativos a varios ecosistemas marino-costeros. El 84 % de las playas camagüeyanas están afectadas por diversos factores, entre los que se destacan la erosión generada por la acción del hombre y el oleaje intenso de los ciclones tropicales y los frentes fríos. El 28 % de los manglares presenta impactos negativos en algún grado y ha disminuido el 26 % de la vegetación submarina en zonas costeras. En el caso de las crestas de arrecifes de coral, el nivel de deterioro alcanza el 71 %, exactamente igual que para todo el país.
El blanqueamiento de corales es una de las más claras muestras del impacto del cambio climático (Fotos: Naturaleza Secreta).
La estrategia ambiental precisa también que prácticamente todas las pesquerías marinas se encuentran actualmente plenamente explotadas e, incluso, en algunos casos se han producido fenómenos de sobrepesca, con consecuencias ecológicas y económicas negativas.
Para Camagüey también es un enorme desafío detener la degradación de sus tierras. Aunque las medidas de conservación y mejoramiento de los suelos ejecutadas han beneficiado a 27 660 ha, la problemática ambiental y productiva continúa siendo muy compleja. El 59 % de los suelos está afectado por erosión de fuerte a media. Es una necesidad promover el manejo sostenible de tierras entre todos los productores de alimentos, independientemente de las formas de propiedad y los cultivos o rebaños que posean.
Una parte importante de las tierras en Camagüey están dedicadas a la ganadería, con significativa degradación de los suelos (Foto: Naturaleza Secreta)
Los bosques de Camagüey representan aproximadamente el 12 % de todos los de Cuba y estos ocupan el 26,3 % de toda la extensión territorial de la provincia, creciendo en unas 2 900 ha respecto al año anterior. El patrimonio forestal es de 476 000 ha y en la actualidad representa el 80 % de la superficie potencial para ser cubierta por bosques.
Los impactos del cambio climático son ya una realidad en Camagüey, frente a ello su comunidad científica y ambiental cumple con el cronograma previsto para realizar los estudios de Peligro, Vulnerabilidad y Riesgos ante determinados eventos, y se concluyó el cálculo de peligro sísmico en la Ciudad de Camagüey.
Tras el paso del huracán Irma por la provincia, el CIMAC lideró la evaluación del impacto ambiental de este evento hidrometeorológico en el territorio, a partir de una amplia participación de investigadores y técnicos de distintas entidades y organismos, entre ellos de la Delegación Provincial del CITMA, del Centro Meteorológico Provincial, del Centro de Ingeniería Ambiental, del Centro Provincial de Gestión para la Reducción de Riesgos de Desastres, de la Defensa Civil y sus grupos multidisciplinarios, entre otros.
Al desempeño del sistema ambiental de la provincia durante el pasado año, se une la significativa e histórica contribución de su centro provincial meteorológico al funcionamiento del sistema de radares de Cuba, vital para garantizar el pronóstico del tiempo, especialmente durante la ocurrencia de ciclones tropicales y otros eventos.
Camagüey también perfeccionó durante el pasado año los procesos de educación y comunicación ambiental para el desarrollo sostenible. La provincia se destaca en la educación ambiental y en la certificación ambiental de las escuelas.
El manejo sostenible de tierras es la clave para la recuperación de los suelos (Foto: Naturaleza Secreta)
La combinación de todos estos resultados, incluyendo los pasos que se dan para revertir indicadores ambientales negativos, hicieron que Camagüey no solo fuera la ciudad de los tinajones, o la de las bellas mujeres, o la de tantos otros atributos, y fuera también la capital del medio ambiente de Cuba este 5 de junio. El reto mayor es que continúe siendo una referencia positiva en la compleja relación entre el desarrollo económico y la conservación de las condiciones de vida para todas las especies y ecosistemas para que siempre allí se cultive la esperanza.
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