Por: Jeremy Rehm
El segundo Satélite para el Estudio del Hielo, las Nubes y la Elevación Terrestre (ICESat-2), de la NASA, fue lanzado el pasado 15 de septiembre desde la base aérea estadounidense de Vandenberg, en California. La agencia inicia con ello una misión de tres años cuyo objetivo principal consistirá en monitorizar con gran detalle el espesor del hielo terrestre. Además, la nave se encargará de medir la altura de las nubes y el crecimiento de los bosques.
El nuevo satélite se encuentra equipado con el Sistema Avanzado de Altimetría Topográfica con Láser (ATLAS), el cual es capaz de rastrear cambios de hasta medio centímetro al año en el espesor de las capas de hielo. Los datos que recopile proporcionarán información estacional y anual que servirá para mejorar los modelos predictivos relativos a la fusión del hielo y al aumento del nivel del mar, así como para aclarar la manera en que el calentamiento global afecta al hielo del planeta.
La misión ICESat-2 constituye la continuación del proyecto ICESat, que finalizó en 2009. Los investigadores concibieron este segundo satélite ya en 2008, pero el desarrollo del instrumento ATLAS requirió cinco años. Después, las dificultades técnicas y las consideraciones presupuestarias retrasaron el lanzamiento del ICESat-2 hasta ahora.
En los años que han mediado entre una misión y otra, un programa aéreo denominado Operación IceBridge se encargó de supervisar el hielo de ambos casquetes polares a fin de mantener la continuidad del conjunto de datos entre ambas misiones ICESat. El nuevo proyecto cuenta ahora con financiación hasta 2020. (Nature News).
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