Una cubana en la cima de las mujeres de ciencia

A Ariana Barberá no le correspondió vivir en la misma época de nombres como Marie Curie, Amalie Emmy Noether o Hypatia, mujeres marcadas por épocas donde género y ciencia mantenían relaciones complejas; pero sí compartir el mismo amor por la vocación científica, una rama dominada por hombres, y en la que las féminas han permanecido durante siglos en el anonimato.

Ariana Barberá es una bioquímica cubana y máster en ciencias del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, cuya trayectoria investigativa se ha desarrollado en ramas asociadas a la artritis reumatoidea, la diabetes mellitus y la enfermedad de Crohn, causante de inflamación del sistema digestivo. Ella, junto a un grupo de féminas de otros países, será reconocida esta semana con el premio La mujer y la ciencia, una beca de la Fundación Corporativa L'Oréal y la UNESCO, para continuar sus estudios sobre el tratamiento de enfermedades autoinmunes.

Durante los últimos 14 años, esta institución ha apoyado a mujeres científicas de todo el mundo y estimulado su talento. La beca, otorgada por la UNESCO, durará un período de seis meses en la universidad de Utrecht, una de las más antiguas de Holanda, así como de las más prestigiosas de toda Europa.

“Este premio es muy importante para mi formación académica y también para la continuación de la investigación”, aseguró Barberá en recientes declaraciones ofrecidas a Prensa Latina (PL).

En la entrevista concedida a PL, la científica destacó las enormes posibilidades ofrecidas por la Revolución cubana para el desarrollo profesional de las mujeres. “Nosotras tenemos en Cuba las mismas posibilidades que los hombres de estudiar carreras de ciencias, tal es así, que alrededor del 50 por ciento del personal que trabaja en el sector son féminas”, afirmó.

Desde 1998, los Premios L'ORÉAL-UNESCO se han convertido en una referencia internacional de excelencia científica por parte de mujeres. Hasta la fecha, han sido reconocidas 72 galardonadas, mujeres excepcionales que han dedicado su vida a la ciencia, de las cuales dos han recibido el Premio Nobel.

MUJERES CIENTÍFICAS MÁS ALLÁ DEL DEBATE GÉNERO-CIENCIA

Desde el año 1880, el movimiento feminista europeo comenzó a destacar la capacidad de las mujeres para participar en la ciencia. Para 1888 fue fundado en París un periódico titulado “La Revue Scientifique des Femmes”, y, en 1894, los Saint Simonians tuvieron su primera conferencia sobre el tema, de la que emergió el libro de Alphonse Rebière “Les femmes dans la Science”.

Pero, desde épocas pasadas, es sabido que ha prevalecido la idea desarrollada por Aristóteles de que “las características que definen la naturaleza femenina”, según el filósofo, “impiden cualquier pensamiento racional”.

En Italia, por ejemplo, Gino Loria se preguntaba: ¿Qué mujer puede rivalizar con Pitágoras, Arquímides o Leibniz? Mientras que Rousseau pensaba que la mujer era el complemento del hombre, no su igual, y que este papel complementario le destinaba un papel diferente en la sociedad

En un contexto que estuvo marcado por la discriminación de la mujer en el mundo de la ciencia, y en el que el siglo XXI ha traído cambios al respecto y una mayor democratización de la ciencia, estrategias como la de este Premio estimulan la labor de científicas con gran talento.

Arianna Barberá es una de estas tantas mujeres, muchas veces anónimas, que engrosa la lista de científicas consagradas a su profesión.