Cuando Rodrigo García —joven pianista que ha validado su rango artístico en prestigiosos concursos internacionales, también como parte del Espiral Dúo con la violinista Tania Haase— propuso presentar el 24 de enero del 2024 un concierto en el Teatro Martí que aparece recogido en el DVD Los días de gloria (Producciones Colibrí), es porque quería hacer realidad su personal homenaje al legado de la Nueva Trova.
Es la voluntad tácita de invitarnos a compartir de entre las tantas entrañables y aclamadas canciones de nuestros trovadores, con un grupo de ellas que marcan profundamente la vida espiritual de la nación. Cualquiera de ellas por separado, convocan una meditada reflexión en torno a su mensaje, pero si forman parte de un conjunto de quince composiciones, el impacto emotivo será mucho mayor debido a la singular capacidad de penetración psicológica de los trovadores para expresar en versos las múltiples problemáticas de nuestra sociedad y es por eso que las recibimos tan intensamente.
Con arreglos para la ocasión a cargo del propio pianista, acompañado por la Orquesta de Cámara de La Habana dirigida por la maestra Daiana García, además de la participación de solistas de renombre como Aldo López-Gavilán o Yasek Manzano, Rodrigo ha logrado el reverdecer de una sentida manifestación del arraigo en “Esta canción”, con la versión de Rochy Ameneiro, al clásico de Silvio Rodríguez del mismo modo que con Laritza Bacallao puede retomar la certeza de Tony Ávila patentizada en “Mi casa” al reiterarnos que es aquí donde están todas las cosas que más queremos como pueblo.
Valga la observación que las diferentes canciones aparecen interpretadas indistintamente en una escenografía ambientada lo mismo por sendas enseñas nacionales, que con gráficas del artista de la plástica Sándor González o por fotografías de Iván Soca, toda una acertada recreación de un entorno visual apegado a la sublimación de la identidad nacional, el apropiado para corear “Sábanas Blancas”, el antológico tema de Gerardo Alfonso en la voz de Kiko Ruiz, una apasionada advertencia de que nos moriríamos de amor y tristeza si algún día decidiéramos abandonar el país.
Sin embargo, para nadie es un secreto que la difícil situación económica ha propiciado una emigración mucho mayor que en otros tiempos, contexto en el que desgarradoras canciones en la cuerda de “Como antes”, de Diego Gutiérrez, y en su propia voz, adquiere una emotiva vigencia al añorar con nostalgia nuestro modo de vida en décadas anteriores.
Así regresa al escenario Kiko para cantar por quienes hemos decidido quedarnos en esta orilla durante la interpretación de la composición “La otra orilla”, de Frank Delgado. Y en medio del concierto, nos sorprenden un video del mismísimo Santiago Feliú en “Planeta Cuba”, actuación que, acompañada por Rodrigo al piano en vivo, resulta una vibrante exhortación del Santi a seguir resistiendo como país mientras que Laritza se adueña de una canción raigal como “No olvides que una vez tú fuiste Sol”, hermosa alegoría de Augusto Blanca al amor por lo nuestro.
Precisamente, la trascendencia de Los días de gloria, de Rodrigo García, es que no se trata de la recopilación ocasional de un mero cantar ante el cual pudiéramos haber permanecido indiferentes. Nos ha conmovido por su nobleza de cubano empeñado en potenciar el peso de los pensamientos reflejados en semejantes canciones desde el corazón de la patria.
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