Aunque estuve cerca de él en varias ocasiones de su prolífica carrera profesional nunca tuve la oportunidad de entrevistarlo. Creo que la última vez que lo vi fue en noviembre de 2021 cuando, en el contexto de la Semana de la Cultura Italiana en Cuba, los salones del Castillo de Elsinor, volvieron a vibrar con el estreno del performance Gran glassé, concebido por la dramaturga italiana Giulia Zacchini y dirigido por Alexis Díaz de Villegas.
Ese día le manifesté mi intención de entrevistarlo pero me dijo que esperara a que concluyera la representación teatral. Al final parecía muy feliz y ya en la euforia colectiva de esa bella jornada en la Universidad de las Artes (ISA) no tuve otro momento a solas con él.
Durante esa semana, Zacchini y Díaz de Villegas habían impartido un taller a estudiantes de teatro y músicos egresados de la Universidad, cuyos resultados se concretaron en el performance, que le devolvió el alma y la espiritualidad a la Escuela de Artes Dramáticas, concebida por el arquitecto veneciano Roberto Gottardi.
RECUENTO DE UNA VIDA TEATRAL
Como bien recuerda, el dramaturgo Norge Espinosa Mendoza, en su perfil de Facebook, Alexis aparece en el elenco original de La cuarta pared, pieza de Víctor Varela estrenada en 1988, y que estremece al ámbito cultural cubano de ese momento. Con este director y Teatro Obstáculo se presenta en Cuba y el extranjero. Añade a su historial montajes como Ópera ciega, Segismundo ex Marqués y El arca.
Tras su contacto con Vicente Revuelta advierte Espinosa estrena El trac, de Virgilio Piñera, espectáculo al que volvió en varias ocasiones. En 1998 se vincula a Argos Teatro, fundado por Carlos Celdrán, donde brilló en puestas como: Alma Buena de Se Chuán, La señorita Julia, Stockman: un enemigo del pueblo, y Vida y muerte de Pier Paolo Pasolini.
Fue en el otrora cine Trianón donde bajo la égida del gran Carlos Díaz debutó en piezas como La Gaviota, la popular La Celestina, Ícaros, Fedra y el inolvidable personaje de Calígula. Y como buen discípulo de sus maestros se convirtió en docente en el ISA y creó su proyecto Impulso Teatro devenido en gran escuela.
En la memoria colectiva permanecen sus caracteres para el séptimo arte en películas como: Entre ciclones, Kangamba, El cuerno de la abundancia y la irreverente Juan de los Muertos. También lo vimos en menor medida en la televisión, en algunos espacios dramatizados como cuentos y policiacos.
Sobre el actor publicó en su perfil de Facebook el Premio Nacional de Teatro Rubén Darío Salazar:
( ) Alexis Díaz de Villegas o El Majá, como cariñosamente le decíamos los teatreros, avanzó siempre de frente a su destino final. Hoy que ha llegado, quienes lo admiramos y aplaudimos, sentimos una pérdida profunda y un dolor sin cura y sin consuelo. Sólo nos sirve, como un bálsamo momentáneo, todo lo que entregó a las tablas con tanta pasión y tan bien.
Como actor inmenso, maestro, hermano de escenario, amigo, lo califican en la página del grupo Argos Teatro y agrega: No queremos decir que estamos de luto, porque el Teatro fue siempre su fiesta.
Por su parte, el dramaturgo Roberto Viña Martínez, profesor de Historia del Teatro en el ISA, señala en su perfil de Facebook que partió casualmente el día de San Juan, el actor que encarnó al Juan de La señorita Julia, que le valió un Premio de actuación masculina en el Festival de Teatro de Camagüey de 2002, y Juan, el de los Muertos. Resalta que Alexis llegó a ser considerado como uno de los artistas más relevantes y versátiles de la cultura cubana.
Por las múltiples vueltas que da la vida, en mi condición de periodista y, en aquel entonces, especialista en Relaciones Públicas del Centro Cultural Vicente Revuelta, fui testigo, en 2015, de las primeras puestas en escena de su grupo Impulso Teatro, en la sala Llauradó donde la Balada del pobre B.B fue cobrando vida con trajes que en otros tiempos pertenecieron a la maestra Raquel.
Hoy, como en eterna espiral que se recicla, vuela alto su espíritu desde la Casona de Línea donde sus trabajadores lo despiden con lágrimas pero con mucha gratitud por todo lo bueno que legó al teatro cubano con su voz que parecía hacer retumbar la escena para regalarnos grandes momentos que nunca olvidaremos.
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